WE WILL BE MORE (Hannor/DBH)

Perdidos

Cuando salieron del hospital con un Hank con varios puntos de sutura y vendas en la mano, ambos tomaron rumbo a la casa del mayor, claro que este se sentó en el asiento del copiloto ya que, aunque lo negara connor sabía que el dolor de su mano debía ser demasiado como para que el mayor logrará conducir, suspiro y pronto ambos llegaron a aquel sencillo suburbio de Detroit en donde se encontraba la casa del teniente. Una vez ubico la residencia el androide se encargó de estacionar el auto de manera correcta frente al garaje.

-- no era necesario que me trajeras –

-- tal vez, pero quería hacerlo, y además necesita descansar la mano, o si no los puntos podrían abrirse –contesto el castaño mientras apagaba el auto para así salir de este.

Una vez fuera camino detrás del más grande hasta llegar a la puerta en donde apenas este la abrió fueron recibidos por Sumo el cual ladro feliz al ver a su amo de vuelta, aunque Hank simplemente le acaricio la cabeza cuando paso a su lado, pero tanto Connor como Sumo sabían que esa era su manera del mayor de mostrar afecto. En eso de manera repentina connor sintió como su saco era jalado por el perro el cual movía la cola de manera efusiva, estaba feliz de ver al androide, pero connor al no entender muy bien el comportamiento del canino se puso algo nervioso, y su LED lo dejo ver perfectamente, mostrando el característico color amarillo cuando se trataba de esos temas.

-- te…teniente, yo necesito algo de ayuda…¡woah! –connor no pudo seguir hablando ya que sumo tiro de él tan fuerte que lo hizo caer al suelo, cosa que el perro aprovecho para poder subirse en él y comenzar a lamerle el rostro de manera feliz-- ¡teniente! –grito esta vez el menor, su LED estaba en rojo.

-- jajajaja pensé que te gustaban los perros connor –Hank estaba bastante entretenido con la escena frente a sus ojos, de hecho, le daba cierta ternura, aunque al ver que el chico realmente se estaba poniendo de los nervios, decidió ayudarlo de una buena vez—vamos sumo déjalo, creo que ya capto tu mensaje –dijo a la par que alejaba al perro del menor.

Hank sonrió y le estiro la mano a su compañero para así ayudarlo a levantarse, una vez el chico estuvo de pie cerro de una vez la puerta de entrada, miro a connor y pudo notar la enorme rasgadura en el traje de este causada por el tirón dado por Sumo, el cual había rasgado la tela.

-- ahg mierda…lo siento connor –se disculpó el de cabello cano un tanto avergonzado, después de todo había sido en parte su culpa por no detener a sumo desde el principio.

-- no es nada teniente, seguro podre arreglarlo –

-- no no no, nada de eso, te dije que mañana iríamos a comprarte algo de ropa, ya me canse de verte con ese puto traje por todos lados, ya no tienes por qué usarlo, ya no eres más un androide –dijo el mayor a la par que se dirigía hacia su habitación—voy a buscarte algo para que te pongas, hoy te quedaras aquí…

Connor no pudo decir palabra, ya que el más grande ya había desaparecido por el pasillo, sinceramente no comprendía porque Hank se tomaba tantas molestias en él, si, eran compañeros, hasta quizá amigos, pero parecía que el mayor se esforzaba más en el de que lo haría con otras personas. Ese pensamiento logro que connor sintiera como su corazón biónico comenzaba a bombear más tirio de lo normal, hizo un análisis para comprobar que todo estuviera en orden y así lo parecía, así que decidió dejarlo, después de todo la sensación la agradaba, era cálida, se preguntó qué clase de sentimiento seria ese, le frustraba un poco el no saberlo, y también le causaba curiosidad saber si Hank tenía la misma sensación cada vez que se mostraba atento con él. De nuevo esa sensación de bombeo, los sentimientos humanos eran tan complejos, suspiro y se sentó en el sofá antes de voltear a su costado en cuanto sintió algo húmedo contra su mano, Sumo, esta vez más tranquilo chocaba su nariz contra su palma, el castaño soltó una pequeña risa y acaricio el pelaje del perro de manera suave, se preguntaba cómo se sentiría, seguramente suave.
Connor sonrió algo triste, por mucho que lo negara y que el ser un androide le causaba aun cierta seguridad, la verdad era que también le gustaría sentir y poder entender todas esas emociones que le hacían tener pequeños cortocircuitos.