***
DENZEL
Me levanto de la cama una vez que escucho el celular vibrar.
- Diga. -contestó.Lo se....mi voz no suena sexi en las mañanas, pero no soy un hombre modelo.
- "Denzel" -escuchó la voz de Kat- "¿Que tal?, has dormido bien amigo mío".
- Si....¿como lo sabes?.
- "¿Tu cinismo no tiene límites verdad?". -suena molesta.
- ¡Oye!. -exclamo, mientras me levanto sosamente de la cama- Se que llevamos tres meses de amistad, ¿pero de dónde sacas tanta confianza para hablarm...?.
- "¡No me vengas con eso!, ¡no estoy para bromas Denzel!". -suena más molesta- "Sabias que día era hoy y me haces esto".
- ¿Pero que te hice?. -le dijo extrañado he indignado.
- "¿Sabes que día es hoy?".
- Creo que es miércoles.
- "¡Si!...es decir, ¡no!".
- ¿De que hablas?, estoy seguro que es miércoles.
- "¿Sabes que hora es?".
Bostezo.
- Han de ser como...las seis o siete.
- "Son las diez". -gruñe.
De inmediato corro hacia las cortinas y los rayos de sol me invaden."Mierda", pienso.
Corro súper rápido por mi cuarto y encuentro los pantalones, me los coloco y busco una camisa.
- Ok. -suspiro- Entiendo tu enfado y...
- "No creo que lo logres entender. Teníamos que entregar el proyecto de historia hoy, se quedó en tu casa y no viniste a la clase. ¿Tienes alguna idea de lo difícil que fue convencer a la profesora para que nos lo aceptara más tarde?".
- Supongo que activaste tu encanto. -encuentro una camisa y me la pongo- Te prometo llegar lo antes posible. -Me caigo en el intento de llegar a la puerta de mi cuarto.
- "¿Estas bien?". -me pregunta- "¿Que fue eso?."
Me levanto.
- Ese....fui yo en la vida. -me quejo.
- "Trata de no morirte. Te necesito vivo para que me traigas el proyecto, de ahí en adelante te dejaré en manos de Dios".
- Sabes... -buscó mi mochila, verificó mis útiles y el maldito proyecto de la señora de mil años- me encanta que seas tan linda. -le dijo con sarcasmo.
- "Y yo adoro que seas tan irresponsable". -me responde.
- Te has vuelto buena en esto. -arrancó escaleras abajo.
- "Si...estoy aprendiendo. ¿Quieres que siga?".
- Nop. -antes de que proteste y pierda la batalla...- Voy a colgar. -le avisó.
- "Llega temprano".
- Nunca rompo una promesa Langford. -cuelgo.Entro a la cocina y veo a mi hermana en pijamas hablando tranquilamente por teléfono.
- ¿Que haces aquí Jocelyn?. -le preguntó.
Tomó una manzana y mantequilla de maní, combinados son una bomba para el niño interior que hay en mi.
- Espera un minuto. -dice por teléfono- ¿Que dijiste Denzel?. -me pregunta.
- Se supone que debes estar en la escuela. -le reprochó.
- Se supone que no debemos usar el auto por que somos menores de edad y ni siquiera tenemos el permiso, pero sin embargo lo usamos y es un milagro que no nos hayan pillado. Bueno....no puedo decir lo mismo de ti.
Gruño.
- ¡Ese día tu te acabaste la gasolina!. -le reclamó.
- Claro....me hechas la culpa de tus errores. Eso no solucionará nada querido hermano.
Trato de calmarme mientras me sirvo un vaso de agua. Lo azotó una vez que terminó.
- ¿Sabes que?, no voy a tener esta discusión de nuevo.
- Estoy de acuerdo, sabes que tengo razón. -se cruza de brazos.
- No es.... -suspiro- ¿No deberías estar en la escuela?.
- Hoy no tuve clases genio. -rueda los ojos.
- ¿Enserio?. -me acerco a la mesa- Que genial.
- Si...como sea. -me mira de arriba a bajo- Parece que te metiste a un huracán. -ríe- Se te hizo tarde.
- Lose. -me quejo- ¿Y mamá?.
- Se ha ido temprano. No hizo el desayuno, pero te dejo dinero en la mesa. -lo señala.
- Gracias dios. -dijo aliviado, compraré algo después en la cafetería.
- Tome cinco dólares. -me avisa.
- ¿Que?, ¿Por que?.
- Por que me debías una.
Miro el reloj.
- Sabes...hablaremos de esto luego.
- Den...
- No tomes cosas sin permiso. -la regaño.
- Deni no haré nada malo con cinco dólares. -rueda los ojos.
- Adiós. -tomo su emparedado y le doy una mordida para dejarlo de nuevo en el plato- Te quiero. -le dijo alejándome.
- Te quiero. -se queja- ¡Me debes un emparedado!. -le escuchó decir antes de salir de casa.
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UN SUSURRO A LAS ESTRELLAS
Novela Juvenil" Miro su rostro. Su bello rostro. Los mechones de su cabello caen sobre su cara y de inmediato los aparto, deteniéndome ha acariciar su mejilla; es cuando me doy cuenta que la estoy atesorando, cada rasgo de ella. Sus ojos se abren y me observa;...