Querido Chuya [Soukoku] | BSD |

5ta Carta

Querido Chūya:

Te vi despertar esta mañana. Yo no dormí ni un sólo segundo, me la pasé mirandote, cada instante, para apreciarte por completo, en verdad eres cautivador.

Cuando despertaste te moviste de un lado a otro y cuando saliste el cuarto, escuche ruidos de vidrios del otro lado de la pared, seguramente la cocina, porque volviste al cuarto con un vaso con una mezcla que claramente era para curar la resaca y te encerrarste en el baño. No me gustó lo que vieron mis ojos, tomar hasta emborracharte podría traerte problemas, ¿Que sería de mi sí algo te sucediera por hacer alguna tontería por estar bajo los efectos del alcohol?

Al rato te fuiste, tal vez a trabajar, probablemente. Entonces después de meditarlo me decidí a salir del ducto y entrar a tu cuarto. Logre sacar una mano por la abertura y con mucho esfuerzo y habilidad alcancé un tornillo y les di vueltas a retorcijones hasta que cedió. Luego imite la acción hasta poder abrir la rendija por completo y me abrí paso a tu cuarto.

Lo primero que hice fue ir a la cocina, no iba a permitir que siguieras dañando tu cuerpo tomando como desgraciado, te estaba haciendo un favor, así que vacie en la pileta todas las botellas que encontré. Luego me dirigí de nuevo a tu cuarto y lo mire mucho más detalladamente. Fui al baño para ver que tenías y encontré tu cepillo para el cabello tirado cerca de la pileta. Lo mire detenidamente y con sumo cuidado saque los pelos que quedaron enredados en él, en total conté cincuenta y nueve y me los guarde. Luego, seguí inspeccionando para conocerte mejor.

Encontré tu colección de CD's, atrás del armario, eran muchos,  nunca dejas de sorprenderme. Pero, también encontré otra cosa, algo que me disgustó un poco. Encontré una foto de vos con una chica, no me gusta esa foto, estan muy juntos y sonrientes, esa sonrisa no me la dedicaste a mi, no puedes sonreirle así a otra persona que no sea yo.

A las ocho me digne a volver a mi escondite pero me detuve y miré tu cama, las sábanas tocaban el piso y no se llegaban a ver por debajo de ella, así que cambie de plan y acomode la rendija, acto seguido me escondi debajo de la cama y me quedé quieto y mudo, esperando tu llegada.

Escuché que alguien entraba, y cuando abriste la puerta de la habitación tenías un semblante de preocupación en el rostro y noté que venias con alguien más, era un vecino que dijo que había escuchado ruidos y me maldije a mi mismo por ser tan descuidado. Pero al final, fue buena idea esconderme debajo de la cama porque lo primero que hiciste fue mirar por la rendija. Luego, agradeciste al vecino, para, porfin, estar solos vos y yo.

Tardaste una eternidad en irte a dormir, pero, como dije, soy paciente y esperé y esperé hasta que estabas en el más profundo sueño y salí de mi escondite. Era mi momento para estar más cerca tuyo.

Y agradecía estar tan cerca para poder deleitarme de tus facciones, cada línea que dibujaba tu cuerpo era perfecta, no me resisti, tome el mechon de cabello que caía por tus hombros y lo acerqué a mi rostro para leerlo y poder deleitarme de tu fragancia tan tuya, y luego te acaricie el rostro y la comisura de la boca con mis dedos, tan suavemente que nisiquiera altere el ritmo de tu respiración. Mirarte y tocarte me había exitado por completo, tu atractivo era abrumador, me baje los pantalones y empecé a tocarme intentando controlarme pero me era imposible, sólo podía pensar en vos y como me ponias y te deseaba más y más. Eras completamente perfecto.

Me digne a volver a mi escondite antes de que el sol saliera. Cada dia te presto más atención, no leíste la última carta que te envíe, que distraído sos, Chūya, así que, haré un cambio y pondré esta en tu repisa.

Ah, y por cierto, te estoy preparando una sorpresa, luego de leer esta carta, revisa el armario.

Siempre tuyo. Dazai Osamu.