1ra Carta

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Querido Chūya:

Realmente no nos conocemos, entonces, probablemente te resulte muy extraña esta carta, pero algo me decía que debía hacerlos. Mi nombre es Dazai Osamu, trabajo en un bar cerca del supermercado de la calle 64. -Si, aquel bar que ridículamente tiene dos barras para su poca calidad- Tengo veintidós años, soy bastante alto, flaco y mi cabello suele parecer alborotonado. Dudo que me reconozcan por la calle, mi rostro no es muy memorable, je. No estoy seguro del porqué te cuento esto, pero he aquí el motivo de la carta.

Ayer trabaje hasta tarde, mi día fue bastante normal y aburrido, Aunque te sorprenderías al saber sobre las cosas interesantes que pasan en lo bares. Pero, esa tarde simplemente atendi a unos poco clientes y me quedé viendo un policial super patético y predecible que pasaban por la tele. Por lo menos tenía con que entretenerme.

Pero mi noche cambió por completo en el momento que entraste por esa puerta. Al verte, una sensación extraña recorrió mi ser, y la describi como una mezcla de emoción y agonía. Vi que caminabas directo hacia mi barra y no necesite que te pararas frente a mi para entender lo que me llamó la atencion. Eras extremadamente atractivo. Ya estabas frente a mi cara y yo ya había guardado mil imagenes mentales de tu figura. Tu presencia a esas horas de la noche, y sólo, no me sorprendieron tanto como el brillo y color de tus ojos, que me hacían perder el control de todos los sentidos.

'Hola.' Dijiste simplemente y te sentaste en el taburete frente a mi, mientras pedias una copa de vino. Al mismo tiempo, clavaste el codo izquierdo en la barra para inclinar tu cabeza y acomodarla sobre tu mano, haciendo pasar los mechones de tu cabello por delante de tus ojos. Para cuando recordé que me habías saludado, inevitablemente pronuncie un bajo 'Ho...hola.' y me dediqué a cumplir tu pedido mientras me maldecía por actuar de una forma tan patética y ridícula.

Cuando volví a mirarte con botella y copa en mano recuerdo que inconcientemente te pregunte '¿Cuál es tu nombre?'. Realmente es una pregunta demasiado extraña, para que te haga el barman de un bar, pero no me arrepentí de haberlo hecho. Me dijiste que te llamabas Nakahara Chūya, pero con decirte "Chūya" estaba bien, y a mi me encantó. Sentí que mis labios se movieron repitiendo tu nombre en silencio y tu voz pronunciandolo cautivaba mis oidos.

Me quede estatico frente a la mesa y carraspeaste, logrando devolverme a la tierra y me preocupo que algo que haya hecho te hubiera molestado. Levantando una ceja y una media sonrisa me preguntaste: '¿No se supone que debas abrir la botella?'. Y siento que podría morir ahora mismo por haberme dedicando una expresión como esa. Avergonzado me disculpe torpemente, mientras destapaba la botella y servía su líquido en la copa. ¿Acaso no puedo ser más estúpido? Pero para cuando levante la vista y volvimos a cruzar miradas vi que me seguías sonriendo y dejaste escapar una pequeña risa.

'No te preocupes. Ja, sos bastante simpático.' Tu voz retumbo en mi cabeza y la frase no dejaba de repetirse, acercaste la copa a tu rostro y acomodaste tus labios en el vidrio. Intenté lo más que pude de esconder mi emoción y balbucie un: 'Pero no tanto como vos.' mientras que el liquido bajaba por tu garganta y te relamias los labios. Y no entiendo cómo hiciste para que cada una de tus acciones no hayan sido a propósito.

Lamentablemente no pude estar toda la noche más cerca tuyo, ya que tenía a otras personas a las que atender, y en verdad lo odie porque no te quedaste mucho tiempo. Para cuando te terminaste la botella no había pasado la media hora, dejaste el dinero en la mesa y luego de un 'Gracias, buenas noches.' te diste media vuelta y vi tu silueta alejarse.

Realmente debe sonar muy estúpido de mi parte el escribir todo esto. Pero, creeme que llegué maravillado a mi casa. Supongo que te acordaras. Por supuesto que lo harás. Si pasó ayer. Pero me parece tan irreal, el haberte visto e intercambiar palabras.

Así que por eso te escribí esta carta, Chūya. Ahora que la sociedad está cambiando puedo decirte con toda la sinceridad del mundo que te amo, estoy completamente cautivado. Aunque fue un pequeño momento y una charla corta fue el tiempo suficiente para darme cuenta que hay una conexión entre nosotros dos.

Te haré llegar esta carta en brevedad.

Atentamente, Dazai Osamu.

Querido Chuya [Soukoku] | BSD |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora