capítulo 4

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Katherine.

El día comenzaba mal desde el momento que la alarma interrumpía mi increíble sueño con Zac Efron.

Decidí apagarla ya que el ruido estaba lastimando mi oído. Bostece, y me encamine a levantarme, hice la rutina que cualquier persona normal hace.

Me acerqué a mi ventana y a la hora de abrirla el sol sentí como si este comenzara a quemarme, cerré un poco la persiana y todo volvió la normal.

Tal vez era porque recién me despertaba.

Busque algo de ropa en mi clóset, saque unos vaqueros desgastados y un suéter azul junto con mis tenis blancas.

Me hice una coleta y sonreí por el resultado. Mi estómago rugió por hambre y decidí bajar a la cocina.

Ahí se encontraba mi hermano, tenía su cabeza recostada en la palma de su mano, pasé por su lado y besé su mejilla.

Katherine:- ¿Cómo te encuentras?— pregunto buscando el cereal en la alacena.

Mi hermano murmuró algo por lo bajo y suspiró.

Scott:- ¿Cansado y...?— dejo de hablar porque entendió que me refería a otra cosa.— Oh... hablas de eso, no me duele, ¿y a ti?

Iba a decir algo pero mamá llegó a donde estábamos.

Katherine:- ¿Qué tal el turno de la noche?— me dirigí a madre.— Buenos días.

Melissa:- Buen día, cariño. Y estuvo muy pesado.— encendió la cafetera.

Katherine:- ¿Muchas vidas por salvar?— lleve un bocado de cereal a mi boca.

Mamá hizo un gesto de mas o menos.

Katherine:- Nunca es un mal día para salvar vidas.— hable con la boca llena.

Melissa:- Lo es cuando la gente es irrespetuosa, ¿qué culpa tenemos nosotros que sus hijos salgan de noche y beban?— dio un sorbo de café.

Scott:- Entonces, nosotros al lados de esos hijos somos unos santos.— murmuró con media sonrisa.

Mamá enarco una ceja y mi hermano borró inmediatamente su sonrisa, siguió tomando su café sin mencionar nada.

Melissa:- Ustedes son diablitos a su manera.— se quejó.— me sacarán canas.

Sonreí y negué.

Mi hermano miró la hora en su celular y dio un saltito, me gritó diciéndome que llegaríamos tarde, dio un último bocado a mi cereal y subí a lavarme los dientes.

Al terminar eso volvi a la cocina y besé la mejilla de mi mamá.

Katherine:- ¡Nos vemos, mami! Te quiero.— salude con efusividad.

°°°

Gracias mi suerte, mamá había comprado una bicicleta para mí, lo malo es que aún me costaba adaptarme a eso.

No era muy buena andando en bici.

Desde niña le tenía miedo, más que nada por los golpes que podías darte. Tenia miedo de que me chocara un auto, o peor, que alguien viera cuando me caiga.

Sin darme cuenta, ya habíamos llegado al instituto, me bajé de mi bicicleta y le puse un candado.

Ni siquiera me había dado cuenta cuando un idiota rubio estaba molestando a mi hermano.

Me acerqué a pasos apresurados y me acerqué a mi hermano.

Katherine:- ¿Sucede algo, Scott?— me cruce de brazos.

La Hermana De Scott MccallDonde viven las historias. Descúbrelo ahora