Capítulo Dos

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¡Míralo al loco de Hernández!-dijo uno de los amigos de Leonel que todavía estaban.-Se sigue levantando para que lo hagan cagar.
-Ya pasaron cuatro horas. Tengo hambre, sueño y verlo al boludo esté cayéndose y levantándose una y otra vez para que lo hagan cagar me está hartando.

Alcancé a pegarle una patada a Leonel, él se hizo para atrás para tomar distancia y devolverme la patada.

-No se de dónde saca ganas para seguir así.
-Debe ser masoquista.
Leonel me golpea en la cara y vuelvo a caer otra vez al suelo.
-¿Vos pensas que se va a levantar?
-Y mirá...no me extrañaría
-Hola. Era enserio que seguían.-dijo Adrián mientras terminaba de llegar al grupo.
-Hola Adrián. Che, ¿cómo sabes que todavía estábamos acá?
-Yo le dije. Adrián me preguntó.

Leonel se sienta encima mío, se lo nota algo cansado. Pero sus golpes siguen doliendo aunque me este cubriendo la cara.

-No creía que seguirían peleando y justo tenía que pasar por acá. ¿Cuántos rounds van ya?
-No tengo idea. Solo te puedo decir que estamos desde las una y media acá.
-¿Cuatro horas sin parar? Fede está loco.
-Che Adrián, ¿El loco ese no era tu amigo?
-Si. Lo es.

Utilicé mis piernas para liberarme haciendo fuerza contra el abdomen de Leonel. Terminé soltandome y haciendo que Leonel se caiga de espalda del otro lado.

-¿Por qué no lo ayudaste?
-Porque no me interesan las peleas. Me gusta una vida tranquila.
-¿Entonces para que venís? ¿No te produce algo ver a tu "amigo" así?
Adrián quedó en silencio.

Me levanté y me senté encima de Leonel para empezar a golpear su cara como él hizo conmigo. Luego de unos golpes, agarré una piedra que estaba a mano y golpeo su cara.

-Eh Adrián, ¿tenés algo con Cristina?
-¿Y eso qué tiene que ver?
-Te tomaste tu tiempo para responder, ¿eh?
-¡Miren! El otro por fin está haciendo algo. Lo tiene a Leonel en el suelo.
-No va a durar mucho.
-Que fe que le tenés a tu "amigo".
-Soy realista. Fede está hecho bosta y el otro apenas fue golpeado.

Leonel me agarró el brazo con el que sostenía la piedra, forcejamos y terminé en el suelo cubriéndome la cara de vuelta.

-Basta ya, Leonel.-dijo Adrián mientras que se acercaba lentamente y con las manos en los bolsillos.
Siempre tan despreocupado, como si todo le chupara un huevo.

-¿Qué vas a saltar por tu amigo, eh fracasado?

Adrián abre los brazos, las Palmas y los ojos. Se muestra burlista.-¿Me ves con ganas? ¿No ves que tengo las manos en los bolsillos?-pero su tono no cambió.
-¿Entonces para que te metes?
-¿Querés matarlo?
-No habría drama.
Adrián suspira burlomamente.-Por favor, Leonel. Sos un nene todavía, no creo que tengas estomago para hacerlo.
-¿Acaso vos si?
-¿Yo dije de matar a alguien?
-Lo voy a seguir golpeando.
-Hacelo y te voy a separar.
-¿Vas a saltar por él? Acordate que sos de mí grupo. Mí supuesto "amigo".
-Y como buen amigo que soy.-dijo con un tono soberbio mientras se acercaba.-Te recomiendo que lo soltés.
-¿Me estás amenazando?
-No pelotudo. Si le pasa algo después vos sos el responsable.
-¿Qué acaso me vas a demandar?
-Federico también es mí amigo. Y a vos no te conviene que sigas.
-Está bien, pero después quiero que me digas de quién sos mas amigo, Castillo.
-¿Estás celosa, Roldán?
Leonel se levantó, miró mal a Adrián y lo empujó con el hombro. Adrián se inmutó. Leonel se acercó a su grupo y uno de sus amigos le dió su mochila y campera.
-¿Qué te vas a quedar con él, Castillo?-le gritó Leonel.
-Me voy a fijar que vaya a su casa, al hospital o un caps. Sería de maldito dejarlo tirado.
Leonel se quedó mirando con rabia a Adrián. Leonel no se percató, pero yo desde el suelo vi una leve sonrisa en el rostro de Adrián.
Leonel y su grupo se empezaron a ir, Adrián se quedó mirándolos y luego de un rato se puso de cuclillas y me habló.
-Che narigón-dijo Adrián con un tono amigable y con una sonrisa genuina
-me sorprende que nunca te puedan golpear la nariz. También me sorprende que hayas aguantado tantos rounds con el pelotudo ese, te felicito.
Adrián me tendió la mano, me quedé mirándola un rato y se la corrí. Me terminé levantando solo adolorido y con mucho esfuerzo.
-Podrías haber venido antes.-le dije con esfuerzo, tenía la cara hinchada, había sollozado y estaba cansado.
-Tambien como podría haber no venido.- Adrián se levantó.
-Como también podrías haberme ayudado.
-¿Querés que me haga cagar con otros porque te largas a llorar? Ya estamos grandes, Fede.-Adrián caminó hacia donde estaba mi bandolera tirada y la agarró.
-Tambien estamos grandes para saber quiénes son tus amigos y quiénes no.-le reproché. Era verdad que toda la primaria y hasta el año pasado Adrián daba la cara por mí. Sin que yo le pidiera. Pero también me molestaba mucho que desde mitad del año pasado él se haya empezado a juntar con el grupo de Leonel para salir a tomar y fumar. Tenía que mentirle a la madre de él que yo iba con él para que lo dejarán ir y más de una vez me quedé despierto para recibirlo borracho y cuidarlo en mí casa. Pero sabía bien la razón de porqué Adrián hacia eso.

Adrián se detuvo.
-Ah, ahora vos también estás celoso. Entiendo.-su tono sonaba enojado.-Mirá Fede, yo elijo con quien juntarme y sé que onda con la gente. Vos no me vas a decidir con quién ando o con quien no.
-¿Entonces para que seguís con ello?
-Porque quiero, Fede.-Adrián levantó mis anteojos del suelo y se acercó para devolvermelos.-Mirá Fede, tengo que juntarme con una chica que conocí en la fiesta de su colegio y estoy acá así que desde ya te digo. Vamos al hospital, al caps, una clínica clandestina o donde pingo se te cante.
Le quité las cosas violentamente. Me limpie la cara con el brazo, aunque creo que me la ensucié más y me puse los anteojos.
-¿Ahora te venís a preocupar?
-Federico, hace lo que quieras. No soy tu guardaespaldas ni nada tuyo aparte de tu amigo. Y como amigo te estoy diciendo que vayamos a un hospital para que te vean o vamos a tu casa para que te vea tu vieja.
-No quiero que me ayudes, Adrián. Me las voy arreglar solo como siempre.
Adrián se dió la vuelta y empezó a caminar.
-Hace lo que quieras, hoy me hartaste.
-Y vos a mí.-pasé al lado de Adrián y lo empujé con el hombro y me detuve.-No me pidas más nada. Sos un cínico.
Adrián se quedó mirando con la cara de siempre, luego de unos segundos siguió caminando.
-Chau, Fede.

Hablemos de sentimientos.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora