Capítulo Seis

0 0 0
                                    

Mientras caminaba al colegio a la mañana, Talakael giraba y daba vueltas alrededor mío, hablando de lo genial que se había visto la pelea. Estaba mucho más emocionado que yo.
-Ya estamos llegando, ¿Te podes ocultar?
-¡No! Bueno, si. ¡Pero no del todo!
Tomó la forma de algo similar a un loro y se apoyó en mí hombro.
-Genial...-suspiré.
Me sentía mal por haberle fallado a Adrián, seguro que pensaba que seguía enojado con él y por eso falté a esa misa tan importante para él.
Su padre, hermano y tío fallecieron en un accidente en la ruta cuando volvían de pescar. Según el informe, era porque el conductor había estado usando el celular. La madre de Adrián, nos contó a Cristina y a mí que Adrián se sentía culpable porque antes del accidente, los había llamado.
Ayer era la misa por el año del fallecimiento de los familiares de Adrián.

Entré a clases, me salteaba la formación y me senté en el fondo como siempre, aunque claro, tenía mala vista pero no me importaba.
Aunque desde que está Talakael veía mejor.
Adrián entró con el resto, su cara relajada se borró cuando me miró,lucia sorprendido, pero en unos segundos su rostro volvió a ser el mismo rostro relajado de siempre, casi inexpresivo.
-A ese Adrián todo le chupa un huevo todo.-dijo Talakael burlista.
-Algo así, no fue siempre de esa forma.-me acosté sobre el banco y hablé entre murmuros, casi como si no hablara.
-Supongo, solo lo conozco por tus recuerdos.
-¿Podés ver mis recuerdos?
-Te conozco de pies a cabezas...y cuando necesite aumentar tus inseguridades y hacerte sentir patético, necesito material.
-¿Por qué lo harías?
-Ya te expliqué, querido Fede. Mientras mayor sean tus pensamientos negativos, mayor será mí poder.

A mitad de clases de matemáticas, pedí permiso para ir al baño. Hice mis cosas y me fui a lavar las manos. De repente, sentí como me agarraban de los hombros y me golpeaban contra la pared. Me estaban torciendo un brazo y presionando desde el cuello contra la pared del baño.
-¡¿Me podes explicar qué mierda es esto, Fede?!-era la voz de Adrián, sus palabras eran secas y llenas de ira.
-¿A-a qué te referis?
-¡A la mierda qué tenés en el hombro!
-¡El niño me puede ver!-gritó Talakael alegre.
-¡Y también te puedo escuchar, basura!
-¿M-me podes soltar para que hablemos?
-¡Primero decime si sos vos el pelotudo que salió ayer de "patrullero"!
-¿Qué?
-¡No te hagas el boludo conmigo,Fede! ¿Sos vos el qué se metió para evitar que asaltaran a una vecina?
Hubo silencio.
-¡Sí! ¡Fuimos nosotros!-hasta que Talakael lo rompió.-¿Algún problema?
Adrián aflojó un poco.
-Sos un pelotudo, Federico...-Adrián estaba decepcionado. Me soltó.-Estás cosas no son mascotas.
-¿Cómo lo sabes? ¿Cómo podés ver a Talakael?
-Porque yo tengo un "Mensajero".
Talakael estalló en carcajadas.
-¡El único Mensajero importante soy yo, niño!
-Siempre tan orgulloso, querido Gabriel.-dijo una voz que parecía enfermiza.
Empezó a salir niebla de la espalda de Adrián y está tomó forma de un largo cuerpo humanoide gris, gris como si estuviera muerto.
Este cuerpo estaba lleno de vendas como una momia, excepto en sus brazos que estaban un poco descubiertos, y su rostro, en la que había una nariz carcomida y una de las cuencas de los ojos vacía, la otra estaba tapada por la venda al igual que la boca.
-Santhael.-susurró Talakael con desagrado.-¡Tanto tiempo, hermano!
Santhael no contestó.
-Ahora que ya te mostré, toca volver al fondo.-dijo Adrián.
Santhael fue perdiendo densidad hasta volverse neblina de vuelta y se metió en el cuerpo de Adrián.
-¿Cómo hiciste eso?
-Voluntad.
-¿El poderoso Arcángel de la Resurrección sometido por un niño?-Talakael estalló en risas.
-Tampoco es muy difícil. Probablemente Federico pueda someterte a su voluntad.
-No entiendo.
-Los mensajeros se alimentan de los sentimientos negativos ¿no? Bueno, uno puede ser la persona más depresiva pero si tiene la voluntad de seguir puede dominar a sus demonios. Como una persona normal, digamos. Voluntad y concentrarse.
-No suena complicado.
-A mí me costó casi un año.
-¿No será porqué la culpa de haber matado a tus familiares te pesa?
-¡Talakael!
-No pasa nada, Fede. Es cierto Remiel se alimenta principalmente de la culpa. Pero eso no es lo que me preocupa.
-¿Entonces qué es?
-Tenés que ocultar a Talakael y no salir de "vigilante".
Estuve en silencio, pensando a que se refería.
-¿Por qué?
-La gente como nosotros desaparece o muere joven.
-¿Y cómo lo sabes?
-En fiestas conocí a varios que no duraron mucho. Como te digo, mueren o desaparecen. Pero me perturba más que desaparezcan...
Adrián se lavó las manos.
-En fin, me vuelvo al curso ¿Alguna pregunta más?
-Sí. ¿Qué poder tenés?
Adrián se rió.
-Vamos Fede. Ya estamos grandes.
Hice aparecer el látigo en una versión más chica en mí mano.
-¿Es algo parecido?
Adrián solo me miró con la cara de siempre.
-No.-se arremangó la campera y levantó su brazo derecho.
Lentamente, unos huesos empezaron a salir de su antebrazo y mano, formando una especie de garra y cuchilla.
-No se parecen en nada.-Adrián sonrió.
-Es...
-Desagradable ¿no?-Los huesos volvían más rápido a su posición original de lo que salían.-En fin, tené en cuenta lo que te dije.
Adrián se dirigió a la puerta y se detuvo.
-Por cierto. Que no se te ocurra hacer idioteces de noche. No te va a traer nada bueno. Ni a vos ni a tu familia, aunque sea pensá en tu abuela. Y un último consejo. No hace falta hablar con tu Ángel, basta con que penses que le vas a contestar.
Adrián se fue.
Me miré en el espejo. Aún tenía los moretones y lastimados del viernes, y uno nuevo de ayer.
-¿Qué vas a hacer, Fede? ¿Qué vamos a hacer?
-Tengo que pensarlo...
Tomé aire.
-¿Me vas a preguntar por qué Adrián en un momento se refirió como "Mensajero" a mí?
-Si.
-Mensajeros, Ángeles, como quieras llamarnos. Somos los ayudantes de Dios. Santhael o Remiel es el Arcángel de los Resucitados.
-¿Y vos?
-Yo soy el mismísimo Gabriel Arcángel, mensajero de Dios.
-¿Por qué usan otros nombres entonces?
-Porque los nombres bíblicos son nombres que nos pusieron. Los consideramos insultos. Hasta algunas funciones están cambiadas o..."recortadas".
-Supongo que vos sos muy cercano a Dios.
-Je...ya veo por dónde vamos. Todo a su tiempo amiguito

Y la palabra "Dios" se repetiría demasiado en estos años.






Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Oct 24, 2018 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Hablemos de sentimientos.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora