Like you. Harry Styles. [EN EDICIÓN]

17

Abbie.

— ¡Abbie!

El grito proviene a mis espaldas. Y no me doy la vuelta porque estoy enojada con ella. Lleva tacones, lo sé porque no dejan de resonar por el largo pasillo del campus. Pongo mis ojos en blanco y acelero el caminar cuando siento que está a punto de alcanzarme.

—Abbie, perdóname ¿Sí? —Casi ruega a mi lado.

— ¿Qué pensabas que iba a decirle a mi mamá? —la enfrento—. No llevo el mismo estilo de vida que tu, Becca. A mis padres les importa si llego a casa o no.

— ¡Ouch! —exclama ella—. Lo siento de verdad, Abbie. —Pongo los ojos en blanco.

— ¿Entonces tu y Zayn volvieron? —pregunto continuando mi caminar.

—Oh sí. —dice con una sonrisa. —Oye…

— ¿Sí?

—Tenía que asegurarme de que no estuvieras enojada. —sonríe—. Pero… nos vemos en el ensayo.

— ¿Hoy? —apenas era martes.

—Hay juego el viernes. —Se encoge de hombros—. Nos vemos en 10 minutos. —se aleja corriendo.

El dolor en mi cabeza aparece nuevamente y es que no me ha dejado en paz todo el día. Con cansancio camino al estacionamiento para buscar el maletín de ensayo en la maletera de mi auto y volver a caminar a la cancha.

(…)

— ¡Mas fuerte! —Grita Becca—. ¡No queremos movimientos débiles si somos animadoras!

Las pequeñas gotas de sudor caen por mi frente y el dolor de cabeza aumenta cada vez más. Sin embargo, continuo mis movimientos con fuerza y como deben ser.

— ¡Vamos, Abigail! —reprocha Becca.

—No puedo más que esto. —se queja Kate.

— ¡Cierra la boca y anima! —Señores, esta es Rebecca Parker.

Ahogo una pequeña risa y Becca me sonríe cómplice antes de que pueda sentir mis brazos desfallecer. Siento frio en mi cuerpo y poco después no siento mis piernas. LA bilis sube a mi garganta y trago con fuerzas junto a la saliva caliente. Suspiro con fuerzas y el dolor de cabeza aumenta cada vez más. Me pongo de rodillas y presiono mi cabeza con fuerzas.

— ¿Qué pasa, Neeson? —grita Becca.

—No me siento bien. —digo.

— ¿Qué…

—Necesito ir a enfermería.

Estoy consciente de que esta lejísimos de donde estamos pero necesitaba ir con urgencia. Intento ponerme de pie pero me parece imposible. Siento mi cuerpo cada vez más frio y mis manos sudorosas palidecer.

—Ay… —digo con voz débil.

Quiero gritar por ayuda pero la voz no sale de mí. Siento mi vista nublarse.

— ¡Zayn!

Es lo último que escucho antes de que mi vista se vuelva totalmente negra.