Like you. Harry Styles. [EN EDICIÓN]

20

Abbie

Cuando por fin estaba conciliando mi sueño la puerta se abre y me aterra pensar que son mis padres y vean a Harry aquí. Por suerte escucho la voz de Sam preguntando a Harry que me ha pasado.

—Ve a casa. Yo me quedaré. —le dice Harry.

— ¿Estás bien con eso? —Pregunta Sam—. Yo puedo quedarme.

—Está bien. —Habla Harry—. Yo lo haré.

—Les he avisado a sus padres. —Comenta Sam—. Llámame aquí si pasa algo más. —puedo sentir que le ha entregado algo—. Adiós Harry y gracias.

—No hay de qué. —escucho antes de que la puerta vuelva a cerrarse.

Entrecierro mis ojos y veo como Harry se levanta hacia la ventana, sus manos están sobre su cintura y pasa una toalla sobre su frente con cansancio. Me parece mucho lo que ha hecho.

—Puedes irte a casa. —le digo—. Necesitas una ducha y descansar.

— ¿Cómo te sientes? —pregunta.

—Un poco mejor. —Asiento—. Pero el doctor dijo que necesitaba comer algo.

—Voy a conseguir algo. —se acerca a la puerta.

— ¡No! —se detiene—. Puedo esperar. Además no puedo comer con este. —señalo la aguja en mi mano.

— ¿Segura? —me mira fijamente.

—Segura. —asiento con una pequeña sonrisa.

El se acerca haciendo una mueca y se detiene a mi lado arrastrando una silla de la habitación para sentarse. Me mira por unos segundos y sonríe.

—Sam ha venido a verte. —me dice—. Los chicos y Rebecca también. Les he pedido que vayan a casa.

—Tu también debes ir. —pido.

— ¿Tan lejos me quieres? —se burla.

—No. —Niego—. Pero estás cansado y tú también debes descansar.

—Deja de preocuparte por mí como si fuera yo quien importara en estos momentos. —pone los ojos en blanco y sonríe.

—Tú te estás preocupando mucho por mí. —Frunzo mis labios—. ¿No puedo preocuparme yo por ti?

—No. —niega—. Sam dijo que tus padres venían.

— ¿Ves? —sonrió—. Ellos estarán aquí.

— ¿Quieres que me vaya porque ellos van a verme aquí? —pregunta.

—Quiero que descanses y dejes de preocuparte por mí. —aclaro—. Además no quiero tener que escuchar a mi madre reprocharme de que estés aquí aparte de que no comí. —sonrío.

—Está bien. —resopla Con una risa burlona—. Yo no los culparía por pensar que su hija sale con lo que ellos menos quieren. —se levanta colocando la silla en mi lugar.

—Harry. —Me levanto un poco pero me arrepiento—. Ay. —me quejo tocando mi cabeza.

— ¿Estás bien? —se acerca mucho y me mira fijamente mientras me recuesta de nuevo.

Asiento y me acerco para presionar sus labios a los míos. Un beso dulce y pequeño. Le sonrío al separarme mientras él se aleja con el ceño fruncido.