Aunque no lo parezca por su aspecto, los dragones son muy sobre-protectores con sus iguales menores y las cosas que aprecian (eso incluye personas). Y nosotros, los Dragon Slayers, lo somos también. Bueno, mejor dicho, los demás lo son hacia mí.
Siempre que Romeo-kun tenía la idea de prepararme algún regalo, le preguntaba a Natsu-san si podía entregármelo, porque él presentía la sobre-protección que tenían ellos hacia mí. Él siempre aceptaba, lo que le daba la creencia de que los demás apoyarían su decisión de intentar "camelarme" a mí, aquella a la que ellos consideraban su hermanita pequeña.
Ya adelanto que eso no era así. Normalmente, los que se encargaban de que el regalo no llegara a mis manos solían ser Gajeel-san y Laxus-san, quienes lo amenazaban cada vez que lo veían y le hacían cualquier jugarreta con tal de que el presente se desbaratara, ya que solían ser cosas de lo más delicadas.
¿Yo me enfadaba por eso? Por supuesto que no, ni siquiera estaba enterada de las intenciones de Romeo-kun, y mucho menos del momento en el que pasaba todo eso, hasta que un día Lucy-san se me acercó para hablar conmigo.
-¿Qué tal con Romeo?- me preguntó.
-¿Con Romeo-kun?- mencioné con el ceño fruncido.- Si hace un montón que no lo veo.
Lucy-san puso cara de confusión.
-¿No te llegaron sus regalos?
Yo negué con la cabeza, extrañada.
-¿De qué regalos está hablando, Lucy-san?- quise decir para curiosear.
-De los que Romeo preparó para darte- me explicó ella.
-¿Romeo-kun tenía la intención de entregarme algún regalo?- pregunté, bastante sorprendida.
Lucy-san asintió con la cabeza, con semblante serio.
-Me pidió ayuda para preparar algunos de ellos- me aclaró.- Y cuando vi que cada vez era más frecuente que se me acercara para que le asistiera en la preparación de otros, pensé que tú los aceptabas con bastante gusto.
-Pues déjame aclararle que no me llegó ni uno.
Lucy-san se quedó algo pensativa durante un momento, y parecía estar examinando la mesa y el patrón de la madera, ya que su vista estaba fija en ella.
Después, se giró hacia la dirección de la mesa en la que se encontraban Laxus-san y los Raijinshuu. El primero parecía tener la atención fija en la mesa, ya que retiró la mirada rauda y veloz en cuanto notó que lo mirábamos, que fue enseguida.
También miró al lugar donde se encontraban Levy-san sentada junto a Gajeel-san y Lily. El penúltimo parecía sospechosamente interesado en nuestra conversación, ya que se le notó el cambio del tema de la suya propia en cuanto se fijó en que estábamos calladas prestando atención a la suya.
A continuación, Lucy-san volvió a girarse para mirarme.
-¿Y no has notado que Gajeel y Laxus últimamente están como... no sé, más pendientes de tus acciones?- me preguntó ella mirándome fijamente.
Yo dirigí mi dedo índice hacia mi mentón, al mismo tiempo que hacía lo mismo con mi vista, que había pasado a mirar al techo.
-Ahora que lo dice, últimamente me encuentro mucho más con ellos... bueno, de hecho- me detuve. Seguramente no era lo que ella quería saber.
-¿De hecho qué?- me preguntó Lucy-san. La curiosidad se notaba a leguas en su tono.
-Suelo encontrarme con prácticamente todos los Dragon Slayers por lo menos una vez cada semana- le dije, ya habiéndome fijado en ese curioso detalle.
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Cuentos de una pequeña Dragon Slayer
Humor[COMPLETA] Wendy ha vivido varias veces las cosas negativas que le ocasiona el ser la pequeña de los Dragon Slayers. Las más frecuentes suelen ser la constante sobre-protección de los demás hacia ella y el que sus enemigos la infravaloren por su asp...