Como ya he dicho en anteriores ocasiones, Cana-san y yo últimamente pasamos bastante tiempo juntas, y es por eso que mi sanidad mental está por los suelos. Y ese día, sábado, justo antes de la cita, y más después de lo que había logrado el día anterior, estaba segura de que vendría a buscarme.
Por ahora la mañana estaba tranquila, y no había señales de Cana-san.
-Pero bueno, Wendy, ¿cómo lo conseguiste?- me preguntó Lucy-san, sorprendida.
-Pues, a decir verdad, Laxus-san me había estado pidiendo consejos durante meses- le expliqué.
-Es increíble...- murmuró Gray-san, ya sin camiseta.- ¿Quién iba a decir que esos dos iban a estar enamorados el uno del otro?
-A Juvia le suena como una novela romántica, ¿no lo cree también, Gray-sama?- comentó Juvia-san acercándose a él. Para nuestra sorpresa, cuando esta se colgó de su brazo, Gray-san no hizo ningún intento de deshacerse de ella ni mueca de desagrado.
-Y parece que ellos dos no son los únicos- susurró Lucy-san, picándole el brazo con el codo a Natsu-san.
Yo suspiré, y le dirigí una mirada a Gajeel-san, quien también miraba hacia ellos dos, para desconcierto de Levy-san. Esta era una de las desventajas de que nos acordáramos de las conversaciones de la noche de borrachera, y también de que estuviera modo shipper debido a Cana-san. Además, no había dicho nada que lo negara...
-De hecho, Lucy-san...- empecé, captando su atención. Natsu-san podía llegar a ser despistado, pero sin duda había captado a la primera lo que quería decir.
-¡No!- exclamó, tratando de que yo me callara. Soltó una risa nerviosa al ver que medio gremio lo estaba mirando.- H-He pensado que podríamos hacer una misión o algo- terminó diciendo mientras miraba a Happy.
Este le guiñó el ojo, sin moverse de su sitio. Ya no tenía ninguna excusa...
-Lucy-san...- volví a empezar. La cara de Natsu-san se enrojeció, para a continuación ser pegada contra la mesa.- ¿A usted le gusta Natsu-san?
Su cara se volvió tan roja como la de Natsu-san, llegando incluso al nivel del cabello de Erza-san.
-¿P-Por qué lo dices?- preguntó ella, tartamudeando por la sorpresa.
-Porque a Natsu-san le gustas- definitivamente debería dejar de pasar tanto tiempo con Cana-san, porque accidentalmente lo había oído todo el gremio.
-¡Esa es mi Wendy!- oí exclamar a Cana-san, que se levantó para cogerme del brazo y salir del gremio, que aún seguía en silencio por la noticia.
Una vez que estuvimos en la plaza de Magnolia, ella sacó un rollo de papel de lo que la Primera Maestra, Levy-san y yo no teníamos el placer de poseer, aunque no puedo negar que pasó por mi mente la pregunta de cómo podía tener eso allí sin que se notara...
-Gracias a ti, he podido tachar el MirAxus- dijo, enseñándome una lista que detallaba los nombres de todas las parejas.- Por cierto, ¿dijeron algo en esa reunión que me ayude a tachar más nombres?
Yo negué con la cabeza, intentando volver a mi estado de niña inocente.
Cana-san me miró pícaramente.
-Vamos, Wendy, sé que no es verdad- me dijo, a lo que yo solté un suspiro.
-El tal Erik con el que sale Kinana es Cobra-san- comenté.- Y ya está.
-Oh, ya veo, añadimos algo- comprendió, y sacó un bolígrafo de donde envidiábamos las tres mencionadas anteriormente.- ¿Y has oído algo más del bebé de Levy?
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Cuentos de una pequeña Dragon Slayer
Humor[COMPLETA] Wendy ha vivido varias veces las cosas negativas que le ocasiona el ser la pequeña de los Dragon Slayers. Las más frecuentes suelen ser la constante sobre-protección de los demás hacia ella y el que sus enemigos la infravaloren por su asp...