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Apenas dos días habían transcurrido desde lo que YoonGi sintió mientras veía a JiMin improvisar y cada vez se acostumbraba más a esa cálida sensación en su pecho y el cosquilleo en su estómago que le indicaba una sola cosa: le gustaba JiMin.

YoonGi tenía claro que le gustaban tanto los chicos como las chicas, nunca se había enamorado de un hombre pero jamás descartaría esa posibilidad, agradecía que JiMin se haya abierto con él contándole lo que ocurrió con su ex-novio, dándole aquel indicio de que le gustaban también los chicos. Quizás tenía una oportunidad si se esforzaba.

Las melodías que JiMin le decía de tocar, las interpretaba con pasión ahora que los latidos de su corazón iban al mismo ritmo y solo tenía que mirar al pelirrojo para lograr aquello.

—Buenos días, hyung— la dulce voz lo sacó de sus pensamientos logrando que sonriera al verlo dejar su mochila y quitarse la sudadera para ya estar listo.

—Buenos días, JiMin-ah— miró de reojo a los pocos alumnos que hablaban sentados en el piso del salón —¿Seguiremos con la coreografía de ayer?— preguntó.

JiMin admiró la sonrisa del mayor y ese brillo en los ojos, no tenía idea de por qué le parecía que YoonGi había cambiado su actitud, pero le gustaba. Ahora notaba que su hyung sonreía más y la pasaba mejor con los alumnos, los menores parecían más contentos con su trato no tan exigente como antes.

—JiMin...— los dedos de YoonGi chasqueando frente a su rostro lo hizo volver a la tierra, movió un poco su cabeza y se sonrojó, avergonzado —¿Estás bien?—

—S-Si, lo siento— rió suave desviando la mirada —Haremos otra, les he dicho que practiquen para hoy y la repasaremos al final. Esta será la coreografía de cierre.— comentó y solo volvió a mirar al pianista a los ojos cuando el color de sus mejillas volvió a ser normal.

—Bien...— dijo únicamente, mirando los ojos miel del menor que no se quitaban de los suyos oscuros. Nuevamente ese cosquilleo en su estómago lo hizo morderse el labio inferior, nervioso.

—¿P-Pasa algo?— JiMin habló al notar que YoonGi lo observaba en silencio y de esa manera que no llegaba a descifrar.

—Nada... Me gustan tus ojos— se atrevió a decir, se arrepintió, pues temía que JiMin se incomodara ante su comentario. Pero la tímida risa y el color de las mejillas del pelirrojo, le dieron otra idea.

—¿M-Mis ojos? ¿Qué tienen mis ojos?— preguntó jugando con sus propias manos, nervioso aunque con un cosquilleo agradable en su estómago...como el de YoonGi.

—Pues...—

—JiMin hyung— una voz los interrumpió y ambos miraron al chico que había llamado al bailarín.

—JungKook-ah ¿Qué ocurre?— preguntó el bailarín mirando con su típica y amable sonrisa al alumno frente a él.

—Hay...hay un paso que no me sale ¿Puede ayudarme?—

La manera en la que JungKook le sonreía a JiMin había activado algo en el pianista, quizás ya estaba pensando tonterías pero creía ver bien como al alumno le brillaban los ojos cuando veía a JiMin bailar y como le pedía ayuda y JiMin sin dudar se la brindaba. YoonGi también notó como JiMin tenía un trato diferente con ese alumno... Era más suave, solía apartarlo del resto solo para repasar la coreografía ellos dos y eso no le había molestado tanto hasta ahora.

—Tenemos que empezar, JungKook-ah. Practicala con Dami, ella te enseñará — se metió YoonGi volviendo a su rostro serio.

—Descuida, hyung. Podemos empezar unos minutos después.— dijo JiMin sonriendo —¡Chicos! Comiencen a practicar y si tienen dudas con algo, pregúntenme—

Tu tocas, yo bailo [YoonMin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora