Capítulo 7 "Negatividad"
Mis ojos se abren y tengo que parpadear varias veces para acostumbrarme a la luz. Un punzante dolor en la mejilla se hace presente y me quejo levemente.
—Hey, ¿Te encuentras bien?—. Jake me observa preocupado y me acaricia el cabello suavemente.
—¿Qué sucedió?—. Mi voz es tan ronca y débil que llego a asustarme. Él solo dirige su mirada hacia Evan antes de responder a mi pregunta.
—Te desmayaste del cansancio, no hagas esto. Por favor, pequeña bestia—. Ignoro el pequeño dolor de cabeza que obtengo cuando me coloco de pie.
—¿Me has traído a su casa?—. Frunzo mi ceño al analizar todo a mi alrededor. Mi amigo se remueve incómodo y asiente tímidamente.
—Oye, ¿Cuál es el problema con mi casa?—. Evan habla intrigado. La verdad era que no lo conocía tanto como a Jake, solo lo había visto unas tres veces y tenía claro que es lo que hacía para vivir.
—Que no quiero meterme en cosas que no me incumben, te vi hoy con Damon en las peleas—. Ahora que lo nombraba, los recuerdos me golpean. ¿Cuándo me había dejado?
—Ah, bien. Ahora que ya estás despabilada podrías irte—. La voz de Evan se envuelve en diversión. Jake gira su cabeza para observarlo con la boca levemente abierta.
—Eso iba a hacer, ¿Qué hora es?—. El de ojos verdes mira su reloj y carraspea.
—1:30 de la madrugada, te llevaré a casa, Adara—. Suspiro cuando me percato de que solo dormiré seis horas antes de trabajar.
Media hora más tarde llegamos a mi edificio y Jake sube conmigo para asegurarse de que llegue sana y salva.
—Gracias, Jake. Te quiero demasiado—. Abrazo su cuerpo y él me estruja en sus brazos.
—Mañana entrenaré por la mañana. También te quiero, pequeña idiota—. Deja un sonoro beso en mi mejilla y luego se pierde en la oscuridad del pasillo.
Me apresuro a ingresar en la tienda cuando noto la hora. 8:19 es lo que marca el reloj.
—Buenos días—. Mi voz suena nerviosa y tengo que limpiar mis manos contra mi pantalón debido al sudor que se escurre de ellas. Me dirijo hacia Susan para cambiar mi vestimenta por la correspondiente.
—No te molestes, estás despedida—. Mis ojos se abren con sorpresa y mi boca repite la acción. Jadeo levemente y frunzo mi ceño.
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Adara
RomanceUna noche fue necesaria para cambiarlo todo. Una mirada bastó para encender la intriga del ojiazul. Damon Brown nunca se había interesado en conocer a alguien, ni mucho menos lo había hecho. Adara Thompson era todo lo contrario a él. La joven de ca...