Adara [09]

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Capítulo 9: "Malas decisiones"

Los ojos de mi hermana menor destellan felicidad cuando ve a Karlee a mi lado. Mi mejor amiga avanza hasta quedar a su lado, y Amy la rodea con sus pequeños brazos por unos segundos. Dejo un casto beso en su cabeza en forma de saludo y amago a alejarme pero ella agarra mi muñeca impidiéndomelo.

—¿Por qué tienes la cara lastimada?—. Su ceño se frunce levemente e inspecciona mi rostro. Niego con mi cabeza.

—No fue nada, quisieron quitarme el bolso y tuve que enseñarles una lección—. Karlee me observa con desconfianza desde el otro lado de la camilla, de todas maneras, no le doy atención.

—Parece que ellos te han dado la lección, Ara—. Su voz suena cada día más débil y los huesos faciales son aún más visibles a medida que el tiempo pasa.

—Deberías ver como han quedado ellos, pequeña—. Ella se carcajea suavemente lo que genera que una sonrisa se plante en mis labios.

—Te extrañé, Lee—. Siento como mis ojos se achinan aún más al escuchar el apodo hacia Karlee. Ella acaricia la mano de Amy con cariño y da una leve risa.

—También te extrañe, cariño. Eres la niña más valiente que conozco—. Las lágrimas se acumulan en las esquinas de mis ojos al escuchar a Kar. Me inclino para besar la mejilla de mi hermana y salgo rápidamente de la habitación.

Decido bajar por las escaleras mientras me dedico a observar que mis pies no tropiecen, mi visión no tarda en volverse borrosa y limpio la humedad de mi rostro con mis manos. Mi labio arde debido al golpe de ayer. Mi hombro se mueve bruscamente debido al impacto de otro cuerpo, murmuro una disculpa y continúo bajando las escaleras. Finalmente, siento el aire fresco de Liverpool bañar mi anatomía. Unos minutos pasan y decido sentarme en una banca para no estorbar a las personas que ingresan a la clínica. Mi llanto se intensifica sin mi consentimiento y doy leves sollozos.

—¿Te encuentras bien?—. Siento un pequeño toque en mi brazo y giro mi cabeza con desinterés al reconocer la voz.

—Sí, ¿Qué haces aquí?—. Intento respirar pausadamente para evitar hipar. Él toma asiento a mi lado y mi ceja se eleva juzgándolo.

—Solo vine por unos análisis de sangre. ¿Segura que te...

—¿Tienes algo fuerte que puedas darme ahora mismo?—. Interrumpo su pregunta y Evan me mira con sus ojos abiertos mientras la sorpresa golpea sus facciones.

Él asiente torpemente y me muestra una pequeña bolsa con pastillas dentro. Alzo mi brazo para tomarla pero una mano me golpea la muñeca generando que Evan las esconda en el bolsillo de su campera con agilidad.

—¿Qué mierda crees que haces?—. Karlee habla con los dientes apretados. Muerdo mi labio inferior con fuerza antes de contestarle.

—Eh, ¿Nada?—. Ella me observa con molestia y rueda sus ojos.

—¿Crees que soy tonta?—. Me encojo de hombros y me acerco al oído del ojiazul.

—Guárdame para esta noche, Evan—. Susurro para que mi amiga no escuche, giro mi cuerpo y me dedico a dar pasos hacia mi vehículo, con la sombra de Karlee siguiéndome.

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