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El reloj seguía haciendo resonar en sus oídos el sonido del tick tock que hacía un eco eterno, rebotando en las paredes, anunciando que la hora de irse a dormir estaba serca y por más que no quisiera, no tenía las suficientes fuerzas como para desvelarse todos los días. Estaba tirado en su sofá azulado totalmente pasmado, con sus ojos clavados sobre la taza de té que reposaba sobre la mesita frente a él. En esas semanas ya hasta había llegado a pensar que estaba perdiendo la cabeza, y el psicólogo ya se había echo unas de sus opciones en esos últimos días. Levantó la vista, y allí se encontraba el objeto redondo con números diminutos, adornando perfectamente la pared sobre el umbral de la puerta. Las manecillas corrían a un modo lento, pero para ChanYeol la hora estaba llegando un tanto rápido.

Hoy lo atraparía...

Sí, hasta es su mente sonaba totalmente estúpido. Porque era un producto de su imaginación, algo que ocurría cuando dormía. Y aún así, ChanYeol no lo sentía nada imaginario y sus sensaciones y emociones eran cada vez más reales.

Pensó que soñar que el híbrido blanco iba a ser temporáneo, simplemente un sueño, nada más. Un sueño que olvidaría, se le pasaría y soñaría otras cosas como normalmente ocurría. Pero no. Estaba totalmente equivocado. Ahora lo soñaba con más frecuencia y su sueños se veían cada vez más nítidos. Una parte de él sentía que iba a enloquecer si no lograba atrapar entre sus brazos a ese encantador híbrido que se le escurría por entre los dedos cada vez que comenzaba a corretearlo por un bosque totalmente obscuro y tenebroso, donde no encajaba que una persona tan angelical como ese pequeño rondara. Pero claro, qué esperaba si eso era un producto de su imaginación. Una muy retorcida por cierto.

Después de tantas desveladas de noches enteras, donde temía dormirse, encontrar al  pequeño y despertarse sin él,  llegó a la conclusión de que, tal vez, lo único que debía hacer era alcanzar a el híbrido para que no lo soñara más, rodearlo con sus brazos y preguntarle a la misma criatura qué era lo que pretendía. Ya que lo único que hacía cuando despertaba en su sueño era correr tras el híbrido anhelando atraparlo de una vez por todas mientras que el otro se seguía burlando de él porque sabía perfectamente que no llegaría jamás. Él tampoco le encontraba mucho sentido a su conclusión descabellada de que así dejaría de pensarlo, pero en el fondo, eso no era lo que deseaba. Lo que realmente quería era atraparlo, tenerlo solo para él, que fuera real.

Soñó una y otra vez con él, todas la noches, y aunque no habían cruzado muchas palabras, al menos en una de sus corridas, pudo hacer que el híbrido le soltara la información de su nombre. Soy BaekHyun había gritado entre risillas encantadoras. Para él fue el nombre más bello que había escuchado, tenía la voz más melodiosa que había oído, era el híbrido más perfecto que había visto, o bueno, que había soñado.

ChanYeol hasta intentó buscarlo en una de las tiendas en las que vendían a esas criaturas, algún híbrido que se pareciera a BaekHyun, creyendo que tal vez lo había visto en una de sus idas al centro y no se había percatado hasta después, y de ahí había surgido su interés. Tal vez solo se lo había cruzado y su hermoso rostro se le quedó grabado con la tinta más pura en la mente pero no lo había percibido por haber estado apurado. El mismo SeHun, en uno de los día que lo había ido a buscar, irrumpiendo en su departamento, sin permiso, y lo encontró delirando mientras dormía en su cama, lo había arrastrado hasta la misma tienda en la que había conseguido a LuHan, sin un humor tan bueno, y hasta parecía un tanto frustrado por su comportamiento desconcertado al despertarlo. Su amigo le trató de comprar un híbrido, o más bien rentarle uno. ChanYeol no reaccionó hasta estar parado frente a la dependiente de la tienda y vio a SeHun sacar su tarjeta de crédito dispuesto a pagar por un híbrido que rentaría por una semana y al que ChanYeol poco le había prestado atención en su confusión. Detuvo a su amigo por poco atropelladolo, antes de que terminara con la compra, dejando confundida a la dependienta disfrazada de una de esas criaturas. Si ChanYeol no lo hubiera detenido, en ese mismo momento tendría a un extraño híbrido viviendo con él por una semana entera. SeHun no había estado conforme con su decisión. Le había dicho que si al menos se rentaba uno por un tiempo, dejaría de soñar al híbrido caliente, porque según él, lo que ChanYeol realmente tenía era un fantasía sexual y necesitaba un polvo.

Simplemente es un sueño... [ChanBaek•• BaekYeol]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora