•Misión•

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Dos años después

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Dos años después

La vibración de la nave hizo que calmara sus nervios, miró hacia la ventana, donde las nubes obstruían su visión. Dejó escapar un largo suspiro el cual llamó la atención de su compañera, pero no le dio importancia. Volvió a mordisquear sus uñas sin prestarle atención a lo que pasaba a su alrededor. El ruido que producían las astas era en cierto modo relajante.

—Estamos llegando—informó Nana, la mujer que pasaba la mayor parte del tiempo con ellos.

Eiko levantó su vista para mirarla, ella estaba tecleando algunas cosas en su tableta mientras le mostraba algún que otro dato al Dr. Hamada, el cual estaba sentado unos asientos más delante de donde ellos estaban.

Recostó su cabeza sobre el hombro de Kane, la cual ni se inmutó por aquel movimiento. Normalmente era de apartarse enseguida al tacto que uno le brindaba, pero aquella vez ni protestó. Tal vez estaba pensando en cómo sería la misión o que era lo que en realidad les esperaba, pero sin dudas esta sería una de las más difíciles desde que comenzaron hace dos años.

El primer día no había sido difícil, solamente tenían que ayudar al Dr. Hamada con unos simples experimentos que se habían descontrolado. Pero con el paso del tiempo las cosas se complicaban más, ya no eran dos o tres, ahora eran cientos o miles con los que se tenían que enfrentar. Aquellas cosas no dejaban de reproducirse, y aunque habían destruido la base principal de esos bichos, aún no podían entender de donde salían. Por lo tanto, su deber en esos momentos era destruirlos y buscar la forma de detener su reproducción.

—Necesito un baño. —susurró. Kane se removió incómoda en su lugar, pero no dijo nada.

Gaara asiente, acompañándola con su deseo. Hacía días de que no podían volver a la cabaña, hasta llegó a un punto en desesperarse al no poder darse un baño.

Lamió el dorso de su mano, la mayoría no sentiría nada; a no ser que tenga el quirk de los sentidos. Pero Eiko pudo percibir un leve sabor salado.

—Este es el último nido de la zona— se apresuró a decir Nana—, luego podrán descansar.

—Me gustaría ir a la playa. —dijo Gaara—Desde que salimos lo he deseado.

Nadie dijo nada, la mayor parte de ellos quería explorar el mundo, pero solamente podían llegar a conocer cierto punto. La libertad no la tenían del todo, algo que por ahí no les agradaba. A los parásitos (comúnmente eran llamados así por el Dr. Hamada) no se les permitía ir a explorar más de lo que permitía la zona, razones por las cuales aún no se conocían. Lo único que se sabía era que si te alejabas al menos diez metros más de lo que la zona marcaba, una leve picazón comenzaba a aparecer detrás del cuello. Y si salías por completo de la zona, era donde comenzaba el verdadero sufrimiento.

Nunca vieron lo que podía llegar a pasar si eso sucedía, pero trataban de evitarlo a toda costa.

—Puede que algún día—murmuró el Dr. Hamada mientras apartaba la tablet de sus ojos—, si hacen un perfecto trabajo hoy, los llevaré a la playa.

Human Experiment •BNHA x Oc•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora