Volvió a mirarse al espejo y pasó la yema de sus dedos por el contorno de sus cuernos, en la última semana habían crecido y ya le producían una cierta incomodidad. Buscó la lima que estaba perfectamente guardada dentro de uno de los cajones de su cómoda, y cuando ya la tuvo entre sus manos la pasó con delicadeza sobre los cuernos. Al terminar se fijó si habían quedado iguales.
—Siempre me pregunte si les dolía cuando intentaban achicarlos—pegó un salto, al girarse vio como Nana entraba a la habitación y dejaba sobre la cama una muda de ropa—Este será tu uniforme, con permiso.
Salió rápido dejándola nuevamente sola en aquel pequeño cuarto.
Se acercó y tomó entre sus manos la chaqueta del uniforme. No era de su agrado, los colores oscuros le hacían acordar a los cuartos en donde la encerraban para "comprobar" si estaba todo en orden.
Se preguntó si había hecho bien en haber aceptado ir a esa academia, y en que estaría tramando e Dr. Hamada. No era normal que se mostrara amable, ya que no todos los días le daba la oportunidad a un parasito de experimentar lo que sería su primera vez en una academia de aprendizaje. Según él, ya estaban dotados de varios conocimientos y no necesitaban ir a un instituto. Pero, ¿por qué ella debía ir?
No pudo seguir pensando cuando la puerta de la habitación se vuelve a abrir, Nana había vuelto, pero esta vez para escoltarla hacia afuera, donde el Dr. Hamada la esperaba. Guardó las últimas cosas, pasó al baño y se colocó lo que sería el uniforme. Se dio un último vistazo en el espejo y luego salió bajo la atente mirada de Nana.
Al llegar a lo que sería la sala de estar, dos guardias la esperaban. Y a unos metros más atrás de donde estaba, Kane y Gaara observaban como ella salía de la cabaña, cerrando la puerta como último acto.
—Que tenga buen viaje. —se despidió Nana mientras permaneció cerca del umbral.
Eiko no respondió a su saludo, simplemente se acercó a la compuerta y la abrió de un tirón, sintió como uno de los guardias colocaba la punta de su arma en la espalda. Como si tratara de escapar, aunque en realidad muchas opciones no tenía.
Se sentó en uno de los enormes asientos y esperó a que la nave despegara, el Dr. Hamada subió después de ella y se sienta al lado. Eiko no dijo nada, pero su rostro lo decía todo.
—Cambia la cara, deberías de estar feliz al saber que te marchas de este lugar.
¿Feliz? ¿Cómo podía estar feliz si aún su sufrimiento no se acababa?
Se iba del lugar, sí. Pero eso no significaba que las cosas iban a estar mucho mejor que antes.
—Aún no me dice que debo hacer.
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Human Experiment •BNHA x Oc•
FanfictionTener sentimientos, era de humanos. Poder disfrutar de la vida, era de humanos. Tener alguna habilidad, era de humanos. La mayoría de la población mundial había desarrollado desde los cuatro años la capacidad para poder controlar un superpoder. ¿Per...