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El reencuentro

—¿Tenemos que estar aquí mucho tiempo? Hace frío y el sonido de los trenes me está dando escalofríos.— me quejé abrazándome a mi misma, viendo a John hacer su papel de sabueso.

—Si quieres puedo calentarte, gruñona.— se burló Marcos.— ¿Ya percibes algo?

—Estoy en eso...

—¿Crees que está aquí? Hace unos minutos dijiste que estaba a tres kilómetros.

—Entonces se mueve de manera extraña, pero no hay manera de que nuestro querido sabueso esté equivocado.— le sonreí inocente.

—Al llegar a casa te daremos un hueso para masticar.— agregó Lorna.

—Está cerca.

—¿Más cerca que la última vez?

—Sospecho que solo le gusta hacernos pasar frío.

—Miren eso.— dijo Marcos enfocando su luz en una parte de el suelo detrás de nosotros, parecía ser un pedazo de auto de policía, la sirena partida a la mitad.

—Ok, eso no se ve todos los días.

—Te lo dije.— comenzó a caminar hasta una verja, y puso sus manos en el suelo como siempre, después subió la mirada y la enfocó en el edificio que estaba del otro lado. —Ahí está.

Marcos rompió la verja con su luz dándonos un espacio para pasar, y cuando todos estábamos de el otro lado yo la uní, dejándola como nueva.

—No deberías molestarte, Juls.

—Sí, pero me gusta unir cosas. ¿Eres la policia de unir cosas o algo parecido?

Marcos me rodó los ojos y siguió caminando, a diferencia de Lorna que hizo como si algo se hubiera quemado. Seguimos caminando hasta llegar al edificio hasta que John tiró la puerta.

Marcos y Lorna se adelantaron mientras yo volvía a juntar la puerta para no levantar sospechas, escuchamos el sonido de algo romperse y corrí hasta allá, dispuesta a unir su cuerpo en una bola si se pasaba de lista.

—No somos policías, escuchamos que te escapaste y vinimos a ayudarte.— dijo Marcos tratando de calmarla.

—No entiendo, ¿quiénes son?— la grapadora que tenía en su mano voló hasta la de Lorna, la apretó y dejó caer.

—Fenómenos. Como tú.— odiaba esa maldita palabra.

—Yo soy Marcos, ellas son Lorna y Juliet. Todos hemos estado en tu lugar, y podemos ayudarte.

—No tenemos tiempo para esto.— repliqué —La policía estará aquí en cualquier momento, no se si recuerdan que acaba de escapar de la cárcel...

—¡Chicos, hay problemas!

—Se los dije...— me di la vuelta y camine hasta la parte delantera, me acerqué a una ventana y divisé al menos 4 patrullas, con más llegando. Lorna apagó las luces. — Mierda.

Odio la oscuridad.

—¿Cuántos son? No logro ver nada.— pregunté.

—Al menos diez, por el oeste y el sur.

"—Es el departamento de fugitivos de Atlanta, sabemos que el fugitivo está en el edificio. Salgan o abriremos fuego."

Todos nos mantuvimos callados, pegados a las paredes. Mi corazón latía con fuerza, y me di la libertad de pensar un poco en el pasado. Cuando lo más emocionante que hacía era escaparme con Lauren de madrugada, o sentarme en el techo a comer helado con Andy a escondidas de sus padres, cuando no quería hablar con nadie.

OppositeWhere stories live. Discover now