Un joven Alpha en busca de su mate, y una chica llena de rencor y deseo de venganza.
El destino tiene escrito algo para ambos, pero ninguno lo sabe.
Sólo los secretos son los protagonistas de esta historia.
No, esta no es la típica historia llena...
- Intenté conseguir ayuda en las manadas cercanas, Matt - dijo Ryan - Eso quiere decir que no te fue bien, ¿verdad? - insinuó Matthew - Ningún Alpha quiere arriesgar a su manada por alguien que no tiene genes licántropos, ni tampoco tiene ningún lazo con alguno de nuestra raza - Claro - le dio la razón - pero, sería distinto si ella estuviera marcada - ¿Qué estás pensando? - preguntó Ryan - Pienso en que Jackson podría traer algo de ayuda, aunque ya tendrían que haber llegado - Esperemos unos minutos más, si no, partimos con los que tenemos.
Pequeños y escasos copos de nieve caían sobre el Alpha y su Beta, esperando en la gran reja que daba paso a su ciudad, pero ya habían esperado lo suficiente, y Jackson y compañía no daban señales de vida. Matthew no seguiría esperando un milagro.
Thea por su parte, revisó cada mínimo detalle en su uniforme, asegurándose que todo estuviera en perfecto estado. Se miró en el espejo, quizás era la última vez que lo hacía. Su cabello, ahora lucía de un color rubio y despeinado, sólo había tomado en cuenta el consejo de Emily y Andrew.
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Sabía que se acercaba el momento y que el tiempo no estaba a su favor. Agarró el sable, justo antes de que golpearan su puerta.
- ¿Estás lista? - dijo Matthew asomándose, sin demostrar su asombro - Si, eso creo - miró la habitación y salió junto a Matthew - Que bien te queda ese color - Gracias.
Comenzaron a caminar, bajar escaleras hasta llegar a la gran puerta, que se comenzaba a abrir, dejando ver a cientos de lobos esperando ahí por ella.
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Estaba asombrada, y sin saber que decir.
- La manada quiso acompañarte en una caravana, el viaje es largo, el camino es oscuro y lleno de nieve - dijo Matthew - No era necesario - dijo sin aliento - Claro que lo es, estamos dispuestos a luchar contra tu gente si así lo requiere - En verdad no era necesario, pero gracias.
Los lobos comenzaron a caminar junto a Thea y Matthew.
Cuando él les habló de la historia de Thea, vieron una historia de sacrificios, de matar por otros y más que nada, de arrepentimiento, por eso, todos y cada uno de los miembros de la manada iría en su ayuda, y la acompañarían en su camino.
