Destiny

Capítulo 11.

Artemisa sabía que la reacción de los chicos seria así cuando ella soltara su patronus, pues no todos los días se veía que el patronus de un mortífaga era aquella bestia, aquel basilisco.

---Listo, ahora quiero que imiten mi acción y movimiento con la mano como mostré---Soltó observando a todos los chicos que se encontraban allí, pero su marca tenebrosa comenzó a doler, a quemar mas de lo usual, era extraño.

Artemisa soltó una leve mueca debía irse de allí cuanto antes, debía buscar alguna excusa...guió su mirada por todo el lugar hasta que cayo en un pelirrojo y sonrió, ya tenía la escusa perfecta. ---Fred acompáñame hasta mi despacho, debo hablar contigo.---El pelirrojo asintió sin oponerse de alguna manera.---Y para los demás practiquen para la próxima clase, quiero que les salga perfecto.---Dijo sería.

Salio de allí acompañada por Fred camino por todos los pasillos hasta llegar a la sala de pociones que compartía con Snape para dar las clases, por suerte el hombre  de cabellos azabaches no se encontraba allí. Debía irse cuanto antes, antes de que su señor se enfadara, si es que ya no estaba enfadado, debía distraer al chico de alguna manera.

---¿Que quería de mi profesora?---Pregunto sacando de sus pensamientos a Artemisa.

---Solo quería salir de allí y usted fue mi mejor opción.

Fred sintió que lo había utilizado como un estúpido para poder salir de aquella sala, suspiro enfadado haciendo que Artemisa lo note, lo había arruinado. Se acercó de a poco a Fred, solo era mas alta en esos momentos por la zapatos que llevaba puestos. Puso su mano en la mejilla del chico pelirrojo para luego acercarse y plantar un leve beso en esta.

---Gracias Weasley.---Artemisa aprovechó a salir de allí dejando a un Fred bastante nervioso, confundido, sonrojado y mas que nada feliz.

•••

Artemisa apareció frente a la casa Malfoy donde siempre su señor se encontraba últimamente, al entrar en aquella casa noto que Severus estaba allí sabiendo ahora por que no estaba en la sala de pociones.

---Querida...---El esqueleto viviente sin nariz, el Lord de todas las personas que allí se encontraban estaba bajando por las escaleras.---Es un gusto verte.---Y como el hombre solía hacerlo la abrazo, Artemisa sintió como su piel se volvía más fría por el abrazo del hombre. Por primera vez en su vida a Artemisa le asqueo el contacto con aquel hombre, era extraño.

---Quiero que tu y Severus se unan para una de las misiones que tengo encomendadas para ustedes, necesito información de todo lo que Dumbledore esta Haciendo últimamente, ustedes se encargaran.---Paso sus manos por su serpiente sonriendo, miro fijamente a ambos adultos.---Aparte se eso necesito que finjan tener una relación.---Ambos abrieron ampliamente los ojos sin saber si lo que escucharon era en serio.

---¡¿Que?!---Soltaron al unísono sorprendidos.

---Lo que escucharon, necesito que frente a todos finjan una relación, será lo mejor para nosotros, distraerá la atención de todos y sorprenderá a todo el mundo mágico...y que sea creible o los mato.---Soltó  con una tétrica sonrisa.

Sin poder oponerse a lo que Voldemort decía asintieron, en esos momentos ambos adultos estaban pensando como poder escapar de aquello, como salir corriendo...ninguno quería verse s la cara.

•••

Ya estaban saliendo de la casa Malfoy sin dirigirse ni una simple palabra, Artemisa pensaba como luego de que hagan su "relación" publica y podría verse con Draco, como le explicaría, por Lucius no se preocupaba por que él había estado en la reunión.
Severus por su parte le habían quedado las últimas palabras que Voldemort había dicho... "Severus si la tocas mas de lo necesario tu muerte estará asegurada."

---Severus...----Dijo Artemisa mientras ambos iban entrando al castillo.---Debemos hacer que se vea muy real...si no moriremos.----El hombre sin otra opción simplemente asintió, yéndose a su cuarto y pensar durante toda la noche.

Al día siguiente cuando Artemisa se despertó se entero que Dumbledore la estaba llamando, sabia de lo que de trataba, se había enterado de ls nueva misión que tenían. Suspiro mientras se acercaba al despacho de Dumbledore así diciendo la contraseña hasta llegar a este, encontrándose que Snape ya estaba allí.

---Artemisa, pasa y tomo asiento.---Eso fue lo que la chica hizo. ----Me entere de la nueva misión que Voldemort les a encomendado a Severus y a ti. Quiero que la cumplan.----

----¿Por que yo debería obedecerte a ti?-----Pregunto alzando una ceja.

----A mi no, pero no creó que incumplas la misión que te mando tu Lord.----El barbón tenía razón.---Quiero que te unas a mi Artemisa, que deje todos tus ideales de lado y me sirvas como Severus lo hace...como un espía.---Esa petición no asombraba a Artemisa para nada.

----Albus...sabes que no voy a ir en contra de Voldemort...---Era cierto el hombre mayor lo sabía.----Denegó tu petición, no insistas.

Dumbledore sabia que le costaría mas trabajo que eso poder tener a Artemisa de su lado, ella podía llegar a amar a Tom. Ambos profesores salieron del despacho de Albus y comenzaron a caminar hacia el gran comedor donde ya todos los alumnos se encontraban, se sentaron en su respectivos lugares sin decirse ni uns simple palabra entre ellos. Pero Albus no se quedaría callado.

---Buenos días alumnos, espero que esten pasando un hermoso día, me paro delante de ustedes para celebrar él unimiemto de dos personas que nadie se esperaba. Dos de nuestros profesores comenzaron a salir...en una relación amorosa se podría decir.---Artemisa y Severus ya sabían de que se trataban y ambos pensaban lo mismo, querían salir corriendo de allí.----La profesora Artemisa Gemma Yaxley B y el profesor Severus Snape.----En cuestion de segundos todo el bullicio que había en aquel comedor se esfumo, nadie podía creer esas palabras, que la hermosa profesora que la mayoría deseaba en su cama con el hombre que todos odiaban.
Fred quería salir corriendo de allí, no entendía por que sentía que su corazón era arrancado en aquel momento, por que sentía ganas de matar a su profesor, en realidad si entendía, se enamoro de Artemisa al igual que Draco Malfoy que en su asiento con toda la ira que sentía tenía ganas de matar a su padrino.