-Buenos días Eme—saludé a la psicóloga
-Buenos días muchacho, espero que estés listo para tu primer día de trabajo—sonrió y es que hoy es mi primer día de trabajo, verán Emeraude en realidad es mi tía, acabo de terminar la preparatoria y pues no quedé en la universidad a la que deseaba entrar sin embargo ella me ofreció trabajo como recepcionista en su consultorio al principio no quería pero vamos es mi tía consentida y no podía negarle nada a ella, obvio solo es temporal, en lo que entro a la universidad.
-Claro tía—tomé asiento y revisé su agenda—según esto tienes 8 citas el día de hoy
-Muy bien, solo tienes que hacer trabajo de escritorio Colton, si necesitas algo estaré en mi consultorio—desapareció tras la puerta del fondo y comencé con mi labor, los pacientes fueron y todo fue muy fácil hasta que el teléfono sonó
LLAMADA TELEFÓNICA
-Buenos días consultorio de la Dra. Emeraude en que puedo ayudarle
-Bueno días, me gustaría agendar una cita para el día de hoy
-Muy bien, permítame revisar la agenda—comencé a buscar algún hueco en la agenda hasta que hallé uno a unas cuantas horas—solo hay un espacio disponible para el día de hoy, sería para dentro de 2 horas ¿le parece bien?
-Sí, me parece perfecto
-Muy bien podría proporcionarme su nombre completo por favor
-Claro, mi nombre es _______ Rodríguez Jons
-Muy bien señor Jons lo esperamos aquí en dos horas
-Mmm de hecho no soy señor pero gracias, ahí nos vemos—estaba a punto de disculparme pero el sonido de la llamada terminada se hizo presente, sea quien sea seguro será un chico muy raro.
FIN DE LA LLAMADA TELEFÓNICA
Ya habían pasado varios pacientes y sinceramente estaba aburrido, hasta que lo vi entrar era un chico al menos un año más joven que yo su mirada estaba como retraída, parecía que estaba muy concentrado en sus pensamientos, vestía todo de azul lo cual hacía resaltar más su belleza natural, desde el momento en que entró me hipnotizó y estuve tentado a decirle si creía en el amor a primera vista pero los nervios me invadieron y solo pude guiñarle un ojo, me ignoró y siguió su camino hacia el consultorio de mi tía.
Después de un rato salió y se acercó, enmudecí al instante y mis manos comenzaron a sudar, mi corazón se comenzó a acelerar y me perdí en su mirada una vez más.
-Disculpa Eme me dijo que viniera contigo para programar mi próxima cita—su voz me pareció muy hermosa como todo él, me distraje tanto que no pude contestarle hasta que tocó mi hombro y me sacó de mi trance y negué con mi cabeza
- ¿Estás bien?—se notaba la preocupación en su voz
-Sí, disculpa—me apresuré a contestar—en un momento agendo su siguiente cita—comencé a ojear la agenda hasta que encontré un hueco para agendarlo, justo en ese momento se me ocurrió la idea de escribir mi número telefónico en el papel donde escribiría los datos de su cita y se lo entregué.
-Gracias—frunció el ceño al ver mi numero en el papel, pero no dijo nada—hasta luego—fue lo último que dijo antes de salir por la puerta principal
Me quedé embobado un buen rato repitiéndome una y otra vez ¿Crees en el amor a primera vista? esa estúpida pregunta se repetía una y otra vez en mi cabeza.
-Sí, sí creo—suspiré y seguí trabajando