"Septima Carta"

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Hey, escuche por hay que me estas buscando y que buscaste ayuda del Team Stan y del Team Craig. Es adorable. Pero, viendo tu reacción creo que prefieres que ya ni siquiera te hable. Pero, ¿sabes algo? Lo gracioso de todo es que yo he estado en todos los lugares cuando tu pedías ayuda para encontrarme, solo. Qué nunca miras atrás, una lástima Christophe DeLorne, si solo voltearas me verías hay.”

«Tu Admirador Secretó»

Mordió su labio, nunca pensó que él chico de las cartas estuviera hay. Observando, miro a los lados y noto que los pasillos estaban llenos. Gruño, cuando se dio cuenta que su visión era estorbada para poder observar a ese lindo rubio pasar siempre con sus amigos.

—¡Ve Gregory, no seas cobarde!. —Alentaba Pip, con una sonrisa de lado a lado mientras empujaba al rubio mayor.

Lo observó. Él chico lucia nervioso, mas que nada por esos pequeños temblores en sus manos. Lo vio acercarse a su persona y elevo una ceja, observó como Tweek iba detrás de Pip alentando al rubio de ojos brillantes cual cometas. Y hay entendió. Ellos lo estaban arrastrando hasta su persona, se cruzó de brazos sin dejar de observar a los rubios y se acomodo en su casillero luciendo casual. Sin guardar la carta que reposaba en sus manos.

—Buenas tardes. Compañero Christophe. —Saludo Pip, con una amable sonrisa.

—¿Que quieres?. —Pregunta entre un pequeño gruñido.

—G-gregory ¡nhug! Q-queria decirte algo. —Dice Tweek, tomando la mano de Pip para alejarlo de la pareja.

Su mirada pasó de ese par a observar al rubio ingles frente a él. —¿Y bien? ¿Que ibas a decir?. —Elevo una ceja.

—Y-yo m-me preguntaba si... —Bajo la mirada con nerviosismo. Sintiendo sus ojos humedecer se, no era bueno—. ¿E-eres b-bueno en francés, n-no?. —Cambia de tema rápidamente dejando de temblar.

—Es obvió que soy bueno en francés. —Rueda los ojos con una sonrisa burlona—. Por si no lo notaste, soy francés. —Suelta con obviedad.

—Eso lo tengo claro. —Suspira él de menor estatura aún sin elevar la mirada—. N-no te molesta, ¿s-si te p-pido que me des una tutoría?

Lo observó de pies a cabeza, «¿Que diablos? Este niño es él mejor de la clase, después de mi. Claro» sacudió la cabeza, malditos pensamientos que no lo dejaban tranquilo.

—Mañana, después de clases. Iré a tu casa. —Informa. Dándose la vuelta y caminando a su siguiente clase.

El menor se lo quedo observando y una pequeña sonrisa se dibujo en su rostro. Llevaba su carta en sus manos no la había botado como la primera. Aunque luego. Ese mismo día, vio como él castaño hurgaba en él basurero para encontrarla.

—Si pudieras corresponder me. —Suspira dolido y cabizbajo empieza su caminata hacia la siguiente clase.

Querido Christophe|Yaoi GregstopheDonde viven las historias. Descúbrelo ahora