La Luz de tu aparecer

Preparativos

El día estaba extremadamente caluroso, podía ver como la gente secaba su sudor de la frente con su mano mientras caminaban por las estrechas veredas de la alameda que amorosas regalaban sombra camino al instituto.
El calor humano dentro del autobús era detestable, más aun cuando la acción del desodorante no daba a bastos para este calor. Este ambiente comenzaba a dar claustrofobia y deseaba que llegáramos de inmediato al instituto, si, lo deseaba más que nada; un minuto más ahí e iba a desmayarme.

—¿Chicas saben que día es hoooooy?—pregunta Cath camino al insti

—Viernes—digo yo desanimada sabiendo exactamente qué pasaba hoy día

—¡Malteada en Rocky's!—dice Lily inocentemente.

—No mi amor, la fiesta de Becca—le dice Curtis dándole un beso en su sudorosa frente.

Iugh el amor

—Pero..¿igual iremos a Rocky's cierto?—responde Lily haciendo pucheros

—La tradición no se rompe—dice Cher.

—¡O dios hoy día tenemos gimnasia!—digo—Que flojera—todos ríen

—Está vez sí que tomaré una ducha en el gimnasio—dice Cath.

A Cath, más bien a todas, nos dan asco las duchas que hay en el gimnasio. Número uno: a nadie le agrada bañarse con agua helada, más bien congelada, traída directo del polo norte; excepto a Cher que es un ser anormal, dice que endurece sus músculos. Número 2: Ese piso... ya veo que me resbalo y muero ahí trágicamente sin decirle te amo a nadie en mi vida. Número tres: HAY HONGOS, si, que asco. Pareciera que no las hubieran lavado en años. Número cuatro: para ser sincera, las tres razones anteriores son excusas de nuestra flojera, si, que flojera bañarse en la escuela. Llevar ropa de baño, toalla, todo un rollo.
Pero con el calor de hoy, prefiero enfrentar los hongos y el agua fría, o si no oleré a patatas fritas.

El autobús se detuvo y me bajé rápidamente de la cámara de calor.

—¡Aire fresco, por fin!—grité mientras me miraban extrañados

—¿Te he dicho que eres extraña May?—dice Cath sacándome de mi estado de lagarto.

—Creo que lo he oído, y no solo de tí—bromeo

—Venga ya, vamos a clases—dice Curtis

Ser aburrido y él

Cuando entré a mi salón todos se abanicaban con sus cuadernos, haciendo cientos de pliegos con las hojas para formar un lindo abanico, tomaban grandes cantidades de agua y apoyaban los pies sobre la mesa.
Me quedé un momento en el umbral a observar este divertido escenario, parecían monos de plasticina que iban a derretirse en cualquier momento. Las pobres secuaces de Becca, hacían lo posible por mantenerla a la temperatura indicada para su "perfecta piel". No quería ninguna sorpresa para hoy en la noche.

Ridícula

La profesora aún no había llegado, nos tocaba biología; y a juzgar por el escenario, haríamos la clase en otro salón con ventilación. No creo que la profesora fuera tan mala para torturarnos dentro del salón mientras veíamos el sistema reproductor femenino.
No se por que a los chicos les daba vergüenza, después de todo les tocaría estar dentro de uno ¿No?

Paso al lado de Becca y sin querer rocé con su mesa. Trato pasar desapercibida pero rápida como una víbora agarra mi brazo izquierdo haciendo que bote todos mis libros al frente de todo el salón.

—¿Supongo que hoy día no irás a mi fiesta?—dice girando su cuello como un búho

—Eso quieres—digo lo maliciosa