Manual para madres primerizas [ By Amy ]

El bebé

Estoy mas que nerviosa, no puedo creer que esto este pasando. No me siento lista y la doctora y enfermeras me miran intrigantes.

Saben que el bebe vendrá y yo aun no doy respuesta, solo respiro con dificultad y puedo sentir las contracciones dolorosas.

Ascendí no muy segura de mi, necesitaba apoyó, necesito a Shadow aquí. Mire por la sala en busca de mi azabache pero no estaba, simplemente no estaba y comencé a alterarme mas.

La doctora se percató de mi insistencia y minutos después, entro Shadow con una bata azul, un gorrito y un tapabocas al igual que los demás.

Sostuve su mano y la apreté con fuerza cuando las contracciones regresaron. Pusieron una especie de manta entre mi rostro y mi vientre, no podía ver nada y Shadow se veía como siempre.

Estoy muy segura que esta tan nervioso como yo.

Después de prepararse, decían que solo tenía que pujar, sentía mis mejillas sonrojarse y el dolor fluyendo. Decían que estaba cerca, que podía lograrlo

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Gritos, sudor, y lágrimas salian de la pobre eriza, utilizaba toda su energía para dar a luz al bebé.

– ¡Maldita sea! - Grito molesta al pujar.

– Rose, no querrás que el bebe escuche sus primeras palabras de esa forma - El comentario burlón del azabache hizo sacarle una sonrisita.

– Callaté o te dejare la mano como guacamole - Advirtió divertida.

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– ¿Cómo creen que se encuentre? - La murciélago caminaba de lado a otro en la sala de espera del hospital.

Todos venían muy elegantemente con la caja dorada en sus manos, aun tenían ganas de abrirla, ¿O mejor esperaban al bebe?

Estaban igual de ansiosos por resolver esa incógnita, pero prefirieron dejarlo a la suerte.

Se podían escuchar varios gritos provenir de una habitación, eso no los calmaba en lo absoluto, y por el descuido de Sonic en dejar la caja en el suelo.

Un pequeño niño se acercó curioso viendo el regalo, cuando la murciélago se dio cuenta advirtió a sus amigos. Pero fue demasiado tarde, la tapa fue abierta liberando muchos globos de plateados y rojos con letras grandes.

¡Es un niño!

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- ¡Falta poco Amy!, tienes que seguir pujando - La doctora miraba como la cabeza del bebe salía, unos cuantos empujones mas y estaría en sus brazos.

– ¡ESO INTENTO! - Pujaba molesta, le dolía, como no tienen idea, un dolor terrible que quería que parara pero no podía, tenía que seguir pujando y la mano del azabache seguia entrelazada a la suya.

– ¡Falta poco! - Y repentinamente, la puerta del cuarto se abrió revelando a Silver y Blaze disfrazados de doctores.

– Disculpen, voy a pasar, con permiso - El albino se abría paso entre las enfermeras para intentar pasar con los dos enamorados.

– ¡¿Silver?! - Pregunto Amy viéndolo confundida, no debería estar ahí.

– ¿Quién?, mi nombre es Marco y soy el doctor especializado en parto, oh lo siento - Intento hacer su voz un tanto diferente y sin querer empujó a una enfermera, se disculpo por su descuidó.