XIV - Now

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Último Capítulo.

Now: 30 YEARS OLD

—¡Hogar, dulce hogar! — Exclamó Justin en cuanto atravesó la puerta principal, extendiendo los puños en alto en señal de victoria.

Observó el espacioso interior de la residencia, contemplando el fruto del trabajo que habían empleado en ella los últimos meses. La habían adquirido en la inmobiliaria tiempo atrás, pero se abstuvieron de mudarse hasta que arreglaran algunos detalles, como la pintura y las conexiones eléctricas.

La casa era grande. Contaba con una sala de estar, una cocina, tres dormitorios, dos baños y un extenso jardín. En absoluto parecida al apartamento que estaban dejando atrás.

Un par de años antes, el antiguo jefe de Justin se había jubilado del rubro, cediéndole la concesión del sector contable al chico. El sueldo que recibía se triplicó y, de repente, fue capaz de costear, no solo las cuotas de una nueva vivienda, sino su propio automóvil. Aquella bendición monetaria era uno de los motivos por los cuales se sentía sumamente agradecido con la vida.

Pero no era el único, ni el más importante.

Miró sobre su hombro y sonrió ampliamente cuando vio a su esposa ingresar por el umbral. Tiempo atrás, ella había conseguido una titularidad en la dirección económica de un importante sindicato, además de un cargo en la prestigiosa cátedra de la Universidad local. Su vida profesional iba en ascenso de forma que su nombre ya se podía leer en varios artículos.

Helena paseó su mirada por la sala, manifestando fascinación en su semblante. Las paredes estaban desnudas y los muebles vacíos, mientras varias cajas se amontaban en el centro. Aquello delataba que acababan de terminar la mudanza esa tarde y aquella era la primera noche que iban a pasar allí, en su nueva casa. Su nuevo hogar.

—Tenías razón sobre el color crema, luce mejor que el blanco — Admitió, dirigiendo la mirada hacia su esposo.

Éste ensanchó la sonrisa que exponía y caminó hacia ella, deteniéndose a corta distancia. Tomó las mejillas de la chica entre sus manos, inclinándose para depositarle un corto beso en los labios.

—Estamos en casa, amor — Murmuró con evidente emoción.

—Estamos en casa — Repitió ella, sin poder evitar sonreír.

—Ven aquí... — La instó él, posicionándose a su lado. Le apoyó los dedos sobre la espalda para guiarla, ya que ella tenía las manos ocupadas. —Tienes que ver esto.

Ascendieron con cuidado por las escaleras y se dirigieron a una de las puertas del piso superior. Ésta destacaba del resto, pues era la única que no denotaba un color caoba, sino un suave tono verde. Ingresaron por ella, revelando un prolijo cuarto con varias estanterías, la mayoría de las cuales exhibían diferentes tipos de muñecos. Un enorme mueble cargado de ropa diminuta y pañales estaba situado en el lado derecho, y una enorme cuna se avistaba en el lado izquierdo.

Justo entonces, un suave gemido emanó del bulto de mantas que Helena sostenía en sus brazos. De inmediato, la pareja dirigió la atención al pequeño rostro que asomaba entre éstas, cuyos párpados revoloteaban luchando por abrirse.

—¡Hola, Campeón! — Profirió Justin, empleando un tono de voz suave mientras besaba la cabeza del bebé. —¿Ansioso por conocer tu nueva habitación?

Lo tomó entre sus brazos, cargándolo con suavidad. El niño tenía pocos meses de vida, por lo cual no poseía aún una experimentada habilidad motriz. A pesar de ello, su padre lo acomodó de forma que sus curiosos ojos pudieran escanear el contexto que lo rodeaba. Varios resoplidos y jadeos abandonaron sus labios cuando divisó su juguete favorito sobre una de las estanterías.

Por La VentanaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora