Capitulo 25. El fin

2K 89 12
                                    

Hoy es 30 de Agosto.
Hoy es el día.

Me he estado preparando durante cinco meses para este estremecedor día que consideró tan racional y especial. En realidad jamás había estado tan emocionada como en este momento y como cuando sucedió el accidente. Solo que las emociones eran diferentes.

Sabía que todo cambiaría. ÉL, Mamá y ELLOS ya lo sabían pero no lo decía y aun así yo no los quería lastimar más. Pero no era justo. Porque la única que estaba lastimada por las heridas producidas por mí misma era yo. Porque no todas mis cortadas habían cicatrizado, pero mi aspecto era similar a un garabato. Y cada vez se veía peor.

Relaje mi mente para esperar este momento con mucha felicidad. Sin ninguna dificultad o distracción. Pensé.

—Acaso la vida es tan significativa para mucha gente y para otras no. Si yo solo veo lo negativo. Nacer, conocer a unos "extraños" que de repente te dicen "hija", conocer a monstruos que en realidad son marionetas disfrazadas bajo el arte de la actuación y son llamados "humanos". Y aparte sufrir de despecho contemplando a la suma de que aun así tienes que seguir... ¿Sonriendo?

Pero ahora yo gane, fui la que dio vuelta a la ruleta de la vida, gane. Yo sabré más que todos. Seré mejor que todos. Sabré que hay más allá de todas esas paredes de concreto llenas de sangre, deseos y lágrimas. —

Puedo ver ahora que mi vida fue maravillosa a pesar de las perdidas y heridas que todos compartimos.Agradezco la oportunidad que tuve de ver, de oir, de sentir, de saborear, la oportunidad de compartir con otros mi vida y la oportunidad de amar a mis semejantes.
Hoy me deshago de viejos resentimientos hacia otros y hacia mi mismo.Hoy rompo las cadenas con las que yo mismo me até.

Hoy me perdono por todos mis errores.Hoy admito que nadie tiene control sobre mis sentimientos.

Hoy me declaro libre de todas mis heridas. Hoy es un buen dia para morir.

Me quiero....

Y así fue, ahí están mis ángeles esperándome, para darme la mejor bienvenida.
Solo que aún me hacía falta algo, algo muy importante que no podía olvidar.

—PERDÓN— Grite mientras mi alma se iba despegando poco a poco de mi cuerpo dirigiéndose hacia el éxodo.

—PERDÓN— Repetí. Sentía como un escalofrío recorría desde la punta de mi pie hasta la última neurona que me quedaba. Y aun así yo no me la podía creer, todo había terminado. Recordé por última vez, el día de mi séptimo cumpleaños cuando mi abuelo me compro mi primera bicicleta. El brillo de mis ojos al verla. Recordé el sabor de la comida de mi madre, y el olor a puro que inundaba la casa cuando mi padre fumaba. Recordé la manera en la que batallaba contra mis propios demonios.

Recordé.

—PERDÓN—

Lost against the wallDonde viven las historias. Descúbrelo ahora