3.

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Los ojos de Jimin estaban brillosos, las lágrimas acumuladas en sus pequeños y redondos fanales, sus brazos rodearon el cuello del mayor y su cuerpo se apego más al otro.

-¿Qué pasa Chim?- el mayor se encontraba nervioso.

-Para mi- susurró.

-Por eso me esforcé tanto, quería que fuese perfecta porque era para ti, es sobre ti. Y...- sus puños se apretaron al igual que su mandíbula- ellos no la aceptaron, querían cambiarla, Dios, estoy tan molesto.

Y Jimin sólo le bastó ver las lágrimas del mayor, su corazón latió rápidamente, no quería, no quería malinterpretar las palabras del mayor, de verdad no quería hacerse tontas ilusiones, Jimin era inexperto en el amor, muchas veces le preguntó a Taehyung con lágrimas en sus ojos frustrado por sentirse de aquella manera, pero no era más que eso. Le gustaba su hyung, la manera en que este lo trataba con tanta ternura, la manera en que sus manos se entrelazaban perfectamente, sus manos pequeñas siendo cubridas por las grandes manos de Min Yoongi, el chico que lo hacía convertirse un niño egoísta por querer tenerlo sólo para el.

Y fue el momento indicado, el perfecto momento en que sus voces coincidieron, sonando a coro pronunciando aquellas palabras tan esperadas.

-Te quiero.

Ambos se miraron sorprendidos, sus mejillas tiñéndose de un color carmesí, finalmente las lágrimas acumuladas salieron, Jimin se tiró sobre los brazos del mayor sollozando.

-Hyung- lloró- Tonto y gruñón hyung- las lágrimas mojaban el cuello de Yoongi.

-Ya pequeño, estoy aquí- susurró el mayor, aún atónito por la confesión.

-Porque me haces esto, odio sentirme así, es raro- el menor no paraba de llorar, hipidos saliendo de sus carnosos y rosados labios- ¿Porque haces que me confunda así Min Yoongi?

El mayor sonrió enternecido, y sabía que había una única manera de callar al menor y sus incontables sollozos. Un beso.

Las lágrimas cesaron y la habitación quedó en silencio, ambos labios unidos, el tacto... el tacto era suave, tan adictivo, el mayor llevo sus largos dedos al rostro del menor, tomando sus mejillas, acercándolo más para más contacto, estaba siendo ambicioso, ¿pero como no serlo? El menor a los pocos segundos se dejo besar, cerrando sus ojos disfrutando, sus labios encajaban tan bien, Yoongi decidió tomar la iniciativa cuando entre abrió sus labios moviéndolos sobre los del más pequeño, los pequeños sonidos de sus labios juntándose era lo único que se escuchaba en la habitación, Jimin se sentía extasiado, complacido, se separaba del mayor torpemente para luego volver a besarlo, quería más, estaba siendo igual de ambicioso que el peli-negro, eran tal para cuál.

Sus manos viajaron a la nuca de Yoongi afirmándose de ésta, como si fuese a caer en cualquier momento, acariciaba su cabello y tiraba ligeramente de este, sin saber que hacer, dejándose llevar por las sensaciones del momento.

-Me gustas, me gustas tanto maldición- el mayor murmuraba perdido en los cerezos del peli-gris.

Había deseado hace tanto tiempo esto, tener al menor tan cerca, reclamarlo suyo, besarlo y tocarlo, sentía que estaba corrompiendo al menor pero no, no estaba más que mostrando con pequeñas y dulces acciones todo lo que le provocaba. Yoongi no era bueno expresándose, y si había una manera de hacerlo era a través de su música, cuando rapeaba dejaba salir todo lo que era, y allí, en ese preciso instante se dio cuenta que lo que le hacía falta en su vida era ese chico de pequeña estatura y mejillas regordetas, porque Jimin lo hacía sentir el mismo, le hacía expresarse más porque temía dañarlo si no le respondía dulcemente, si no cumplía sus caprichos, Jimin lo llenaba de amor y de dulzura, lo complementaba. Era esa otra mitad que necesitaba Yoongi, porque más allá de ser sólo un gruñón era un chico que necesitaba salir de esas cuatro paredes que lo oprimían por dentro y Jimin con su alegría y su bella sonrisa no hacia más que darle color a su vida, convertirlo más en persona, hacerlo más humano.

"Grumpy Min" ➡ (myg + pjm)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora