3. Tercera llamada... cuates cuates.

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Janice estaba discutiendo con Joseph un asunto sin importancia, pero parecía que las vidas de ambos dependían de ello.

Janice observó venir a Monroe y a su cuate Orlando. Ella era una chica un poco más alta que ella, de largo y lacio cabello dorado, ojos enormes de color café claro y  piel muy pálida, cosa que sorprendió a Janice cuando la conoció, pensó que estaba enferma pero no se había atrevido a comentarle. Su cuate era algo parecido a Monroe, pero en vez de una nariz larga y pequeña era más parecida a la vela de algún antiguo barco o  un triángulo sin vérsele tan mal, sus ojos eran más pequeños y era más alto que todos los presentes.

— ¡Monroe!— dijo feliz al verla llegar — ¡Waaa!—soltó en un agudo gritito  cuando alguien la asustó por detrás, volteó rápidamente a ver y se encontró con Jordan, un chico de su grupo a diferencia de Orlando que estaba en 1-D junto con la cuate de Jordan que se llamaba Hellen.

Jordan tenía el cabello café chocolate y estaba acomodado con un flequillo hacia la izquierda, era ahora el más alto. Sus ojos  eran alegres y vivos del mismo tono que su cabello, siempre andaba diciendo cosas tontas y graciosas, su piel aperlada era suave y casi como a todos, su pequeña nariz ponía final al conjunto. A su lado apareció Hellen con unos paquetes de galletas dentro de una bolsa, quien era todo lo contrario a su hermano. Poseían la misma estatura pero sus ojos eran rasgados, negros y fríos, su nariz era más estirada y sin embargo, para Janice, el cabello de Hellen era el más bonito ya que era negro, brillante, largo y con mucho movimiento al andar, lo que a  Janice le encantaba porque se entretenía peinando gente.

Jordan se rio con gusto al ver que había conseguido lo que quería.

— ¡Tonto! —le  gritó Janice conteniendo la risa lo mejor que podía y tratando de lucir molesta.

— No te preocupes, siempre es así — le tranquilizó Hellen, que a pesar de su aspecto era muy amable.

—Bye hermanita — dijo Jordan y se fue corriendo a quien sabe dónde, probablemente con sus amigos.

En cambio Orlando había permanecido con las chicas. — Tienes tu harem hermano — dijo Monroe con gracia. Este par de cuates tenían algo en común con Janice, eran grandes fanáticos del anime, manga y Japón en general.

— Yo soy hombre — les recordó Joseph molesto.

— ¡Ah! Si  cierto  ¡perdóname! — decía riendo.

— Nah, no te preocupes. ¿Qué había de tarea?

Janice y  Monroe se miraron vagamente buscando respuesta en la otra. Así se formó un silencio sepulcral entre los chicos.

—Nadie lo sabe — anunció Orlando, él no tenía que preocuparse después de todo estaba con Hellen en el mismo grupo. — Me despido — agregó al ver llegar a un chico realmente alto, de corte militar y con gafas.

—Sus hermanos son muy raros — confesó Janice cuando vio que Orlando ya no rondaba cerca.

—Jordan no es raro, solo le gusta jugar y cosas así, te doy permiso de pegarle si te asusta — respondió Hellen viendo como a lo lejos su hermano jugaba soccer con otros chicos.

—Pues mi hermanito querido —comenzó a decir Monroe — Si es medio rarito, quiere ser de la marina, de la policía, del ejército y todo eso— decía con su  peculiar manera de hablar.  

—Yo soy hijo único — intervino Joseph que había sido ignorado.

— Yo no, tengo una hermana de como 30 años creo, en realidad nunca la he visto— agregó Janice un poco pensativa — Me gustaría conocerla — los demás comenzaron a notar que se ponía triste.

Venus Christy (Yaoi)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora