No pain, No love (Camila Cabello y Tú) [G!P]

Capitulo 5- Nunca aprendemos

Lauren POV

Veía la confusión en la mirada marrón de Camila, tenía las cejas muy cercanas y los ojos achinados. No miraba a mis ojos, miraba mis facciones, mis brazos, mis piernas; mi cuerpo. Su mirada hablaba por ella, no entendía nada. No la culpaba, yo estaba igual de confundida que ella. Necesitaba otro abrazo suyo, pero sabía que iba a separarme. Empezó a abrir la boca, pero parecía que las palabras estaban silenciadas; no salía nada. Sus ojos se cerraron y sus manos fueron directo a su cien izquierda, sabía que hacía eso cuando no entendía la situación o le dolía la cabeza. Involuntariamente, le toque el hombro, pero ella se alejó de mi con miedo. Me vio a la cara, su expresión era ilegible a simple vista. Seguía fijando su mirada en mi cara; analizando mis facciones.

-Camila...- di un paso adelante y ella dio dos atrás. Mi respiración se entre corto y me trague las palabras junto a la saliva. Pude sentir como mis cejas se arqueaban involuntariamente. Camila estaba sobresaltada, tenía los ojos muy abiertos, la boca medio abierta y los brazos alzados a la mitad de su cuerpo. Aunque habían muchas posibilidades y variables a lo que podía pasar, todavía tenía un granito de esperanza que no saliera corriendo como todos. Sabía que me tenía miedo y que no entendía nada, pero solo la quería en mis brazos, no me importaba si me odiaría después.

-Camz... déjame explicarte- dije con una voz suave y claramente temblorosa. Tenía los ojos fijos en mi cuerpo, iban de arriba abajo viendo mis facciones, piernas, torso y brazos; estaba analizando mi cuerpo como si pudiera encontrar las respuestas a las incontables preguntas que probablemente tenía en mente.

-No me llames así- dijo rápido, sin respirar ni dudar, fue como una bala. Su voz era dura, pero temblorosa; decidida, pero asustadiza; segura, pero insegura. Trague saliva en menos de un milisegundo. Quería llorar, tenía ganas de, hasta podía sentir la lágrima formándose en mis ojos. Cerré los ojos lo más que pude y frote mis manos en estos. No quería arruinarlo todo otra vez, no quería que alguna de las dos se fuera otra vez, no quería separarme de ella otra vez, no quería que me rompiera el corazón otra vez.

Ella dio un paso adelante, se acomodó la ropa y abrió la boca. No podía escuchar ninguna palabra que decía, tal vez yo también estoy en shock.

-¿Me escuchaste?- me pregunto en voz baja. Sacudí mi cabeza y me empecé a rascar el cuello con una mano.

-Si claro- mentí. Me mordí el labio y deseé a todos los dioses que no me preguntara que estaba diciendo, como usualmente hacía.

-Bueno, entonces te veo mañana- dijo mirando al piso y fue caminando hacia su carro. Parecía muy confundía y alterada, pero no podía dejar que se fuera. Fui detrás de ella y la agarre del brazo.

-Espera...-

-¡No me toques!- me dejo sin palabras. No grito, pero la forma en la que lo dijo me dolió. Sentí un pinchazo en varias partes de mi cuerpo, sabía que no era físico; que no había nada malo con estas áreas de mi piel, pero dolían como la mierda. Me quede congelada mirándola. Ella no se volteaba y no levanto la mirada del piso, no se digno a verme.

-Por favor...- lo dijo tan suave y suplicante que hacía que mi corazón se achicara.

-Solo no me hagas nada...- escuché un sollozo. ¿Enserio creía que le iba a hacer daño?. Ahora si estaba al borde de la lágrima.

Accedí a su... pedido y la solté suavemente. Ella se montó a su carro sin decir ni una palabra, arrancó y se fue sin dedicarme una última mirada. No pude decir nada ni reaccionar, me había matado las palabras.

Me caí de rodillas al piso sin darme cuenta. No me dolió, no sentía dolor alguno porque todo estaba en mi corazón. Me sentía sin ganas, vacía, no podría correr hacia ella aunque quisiera, era inútil. Había perdido a Camila otra vez solo por... ya no importa. ¿A quien le importa?. Ya no tengo amigas, mi hermano está en un hospital por una sobre dosis, mi hermana no ha vuelto al país, mi trabajo es una mierda.

Suspire, tenía ganas de gritar, mi garganta se quemaba de tanto pedirme que lo hiciera, pero no lo iba a hacer porque si algo aprendí es que con Camila no puedes abrir tu corazón.

Pero... nadie nunca aprende ¿verdad?