Capitulo 8- Cuba

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_____ POV

Llegamos al centro comercial. Camila no dijo ni una sola palabra en todo el viaje. Yo seguía muy consternada por lo que había pasado, se veía muy asustada e indefensa. Dios haría lo que fuera por borrar su expresión de mi memoria. Ella no paraba de morderse las uñas y de vez en cuando sacaba una lágrima y un suspiro. Se intentaba calmar pero fallaba cada vez. Al bajarlos del carro le pregunté por quinta vez ya...

-¿Estas bien?- le pregunté con un tono delicado. Esta vez se dedicó a responderme otra cosa que no fuera 'claro' con voz temblorosa. Negó con la cabeza y se abrazó a mi brazo izquierdo. No podía negar que se sentía un poco incómoda su cercanía, pero se sentía muy bien también. Suspire y seguí caminando.

Llegamos al cine y Camila parecía más tranquila aunque parecía una paranoica mirando constantemente a todos lados con una cara de aflicción terrible. No había soltado mi brazo ni hablado en todo el camino, me estaba empezando a doler y no solo el brazo. Camila... me seguía gustando... era obvio, pero no podía pasar mi vida con la persona que me traicionó. Podríamos llegar a ser amigas, pero hasta ahí sería mi tope, no creo que pueda confiar nunca más en ella. Pero su contacto ahora mismo me está haciendo dudar. Quería que me soltara, pero quería que se acercara más. No podía alejarme de ella... pero tampoco podría encariñarme.

Pague los boletos y ella pago la comida. Íbamos a ver 'Los Minios'. Si obviamente Camila la eligió, dijo que quería una donde no hubiera muchas personas y esta estaba en su última tanda.

Entramos a la oscura sala y nos sentamos en los últimos puestos, elegidos por Camila.

-Camila... ¿me puedes decir qué pasó en la cafetería?- le pregunté con cuidado en mi tono de voz. Estaba preocupada por saber que le había pasado, pero tampoco quería sonar muy curiosa. Ella se mordió el labio y suspiró rendida.

-Había un hombre... que conozco desde pequeña... el no me agrada- me dio una breve y corta explicación que dejaba mucho obvios huecos en lo que de verdad pasó. Podía saltar en muchas conclusiones con esa poca información. Y solo me atrevía a pensar en lo peor.

**************

Después de un tiempo Camila se relajó y empezó a hablar normal conmigo.

-Y obviamente mi padre nos descubrió y... me confiscó la patineta- le conté mi anécdota un poco avergonzada y ella rio a carcajadas.

-Bueno, supongo que ya nos tenemos que separar- dije mordiendo mi labio en un incómodo silencio. Ella miro al piso y se rasco el brazo. Solo asintió.

Volvimos a la cafetería por su auto y ahí nos despedimos solo que... no sabíamos cómo. Me rasque la nuca obviamente incómoda. Cuando al fin me digne a despedirme le mostré mi mano y al mismo momento ella me iba a dar un abrazo. Eres una idiota. Se quedó viendo tristemente mi mano y pude escuchar un

-oh...-

Como dije antes, no quería encariñarme con Camila. Aunque crean que exagero, cualquier gesto suyo puede hacer que me enamore de nuevo. Mierda cualquier cosa suya; su aroma; su sonrisa; sus mejillas rosadas; sus suspiros; sus lágrimas; su impulso de morderse las uñas; su locura; su cordura; sus delicadas manos; sus sonrisas de lado; su timidez; su risa, cualquier cosa proveniente de Camila Cabello puede hacerme caer en dos parpadeos.

Nos estrechamos las manos incómodamente y nos dijimos un adiós bajo.

-Cualquier cosa me lo puedes decir Camila- le dije más como una advertencia y ella asintió con una pequeña sonrisa. Nos dimos la espalda y nos dirigimos a nuestros respectivos autos.

-Espera...- dijo con una voz alta pero débil.

-¿Puedes quedarte en mi casa hoy...?- me pregunto mientras su tono de voz iba disminuyendo. No puedo creer que me haya preguntado eso. Es una descarada... dile que si. Estaba muy insegura

-Emmm... Camila, yo- no me dejo terminar

-Por favor. Te juro que solo por hoy es que me siento... expuesta- fruncí el ceño, no sabía porque se sentía de esa manera ni porque me lo decía mientras hacía un tierno puchero. Me mordí el labio y lo pensé bien... era mentira obviamente no lo pensé bien porque acepté. Ella sonrió y me agradeció mil veces.

-Con una condición- le dije firmemente

-¿Si...?- tenía miedo en su voz.

-Me vas a decir qué pasó- se quedó pensando. En su cara podía ver como me suplicaba que no la obligara, pero al final accedió.

Nos fuimos en nuestros respectivos autos hacia su casa, no quedaba tan lejos. Era de noche y ambas estábamos cansadas así que nos fuimos directo a su habitación.

Era muy diferente a cómo era antes. Ya no tenía posters de One direction o Selena Gomez en sus paredes, ahora estaban pintadas de un gris azulado y tenía un gran escritorio en la parte derecha donde arriba se podían ver pegados papeles con algo escrito y algunos dibujos infantiles. No tenía televisión, pero si una cama enorme.

-Me voy al sofá, me avisas si algo te ocur...-

-Espera _____- me interrumpió nuevamente

-¿Si?-

-¿Puedes dormir conmigo?- me pregunto con el mismo tono inseguro que en Canadá. Todas esas memorias que he estado intentando enterrar volvieron como muertos vivientes. Estaba muy segura de que iba a decir que no

-Camila...- dije presionando los dientes

-Por favor. Me siento muy mal y necesito compañía- me dijo con un puchero y una cara de niñita que no me pude resistir.

-Estaba bien. Mientras me cuentes que ocurrió- le dije y ella suspiró rendida con frustración.

Me metí dejado de la sábanas y ella se acercó y empezó a hablar.

-Todo empezó en Cuba...-

No pain, No love (Camila Cabello y Tú) [G!P]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora