Capitulo 4
La puerta se abrió, los jóvenes y las jóvenes que habitaban la mansión aparecieron rápidamente en la sala principal. Se miraron entre ellos y esperaron a que la persona quien había abierto la puerta, entre.
Por ella entro Cordelia, madre de los trillizos.
-Pero bueno, bueno, bueno. Todos me estaban esperando-dijo con una sonrisa.
-¿Puedo preguntar que necesitas?-preguntó Reiji acomodándose los anteojos- No estaba informado sobre ninguna visita hoy-dijo el joven.
-Oh pues, si estas interesado, tu padre me envió para preguntar cómo andan las cosas por aquí-dijo como si no fuera nada.
-Eso es extraño, no suele interesarse demasiado en nuestro bienestar-contestó Reiji entrecerrando los ojos.
-Quizás tengas razón. Pero es un caso especial, no están solos. Tienen bellas damas viviendo con ustedes, quienes son sus prometidas. Deben atenderlas bien, para eso estoy aquí. Voy a enseñarles a tratarse bien-dijo con una sonrisa.
-¿Tú?-preguntó Ayato con ironía.
-¡Sí! Yo-contestó Cordelia enojada. Su humor cambio repentinamente y se giró hacia las damas quienes estaban calladas observando la conversación- Comenzaremos primero con las damas.
-¿Es usted consciente de que mañana tenemos que asistir al colegio?-preguntó Rima fríamente.
-Oh, sí. Pues... no irán-dijo sonriendo.
-¡Sí!-dijo Ayato con triunfo.
La cara de Reiji y Rima mostraban sorpresa y luego enojo.
-No podemos faltar-protestó Reiji-Sería una mancha a mi asistencia perfecta, y además las señoritas quizás deben aprender algo importante.
-Las SEÑORITAS, van adelantadas-recalcó Cordelia-Y en cuanto a ustedes, eres el único que tiene interés en asistir al colegio-dijo sonriendo.
Y era verdad. Kanato, Laito y Ayato tenían una sonrisa en su rostro. Shu dormía plácidamente y una mueca divertida había en sus labios. En cuanto a Subaru, la escuela le daba totalmente igual. Sus calificaciones eran altas al igual que las de sus hermanos y la asistencia no le importaba.
Nadie protesto nada.
-Bien, damas-dijo Cordelia juntando sus manos- Síganme-dijo mientras subía las escaleras. Todas se miraron entre ellas y las siguieron.
Ya en un cuarto grande, apartado de las habitaciones, entraron todas y se ubicaron en los sillones.
-Mmmm... por donde empezamos-dijo Cordelia pensativa- Ya se, vamos a ver sus personalidades- Bien, háblenme de ustedes. Comencemos por la mayor, Shaina, ¿verdad? La chica asintió.
-Habla sobre ti-dijo Cordelia sentándose en una silla con las piernas cruzadas, su codo apoyado en el posa brazos y su cabeza descansaba en su mano.
La chica miró a sus hermanas, quienes la miraban atentamente. Luego miró a Cordelia. Entrecerró los ojos.
-¿Me están hablando... a mí?-preguntó señalándose a sí misma. Rima golpeo su frente en una señal de frustración.
-Es demasiado distraída-negó Rima con la cabeza- Siempre está en su mundo y no presta demasiada atención a los demás, a menos que llame su atención-continuó- Lo único que hace es encerrarse en su cuarto y realmente no sé qué es lo que hace allí todo el tiempo-dijo Rima.
-Ya veo... ¿y tú Rima?-preguntó. La chica se enderezo y entrecerró los ojos.
-Dime una pregunta en concreto-dijo- No puedo decir que es lo que exactamente quieres saber.
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Entre Ángeles y Demonios
FanfictionEllas eran la luz que la vida de los hermanos Sakamaki necesitaban. Pero todo lo que ahora se encuentra en la luz, tuvo que haber pasado por la oscuridad. Podrán los seis hermanos curar las heridas del triste pasado de las seis chicas?