Noche, ciudad, celos, vacaciones y... ¿Jesús?

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Capítulo 11

 Kala POV'S

Kanato y yo comenzamos a caminar directos a la tienda de dulces, parecía conocer perfectamente el camino hacia ella. Quizás encuentre a Layla allí, ella y yo compartíamos el gusto por los dulces.

Kanato se dedicaba a mirar a los humanos con desprecio cuando lo miraban con curiosidad. Su oso, Teddy, parecía llamar la atención. No solo se enojaba cuando lo miraban a él o a su osito. También dejaba muy en claro que le molestaba que me mirasen, por lo que me pareció tierno de su parte. Kanato podía ser muy bipolar, cambiando de humor repentinamente, pero aún así era dulce.

Abrimos la puerta de la tienda de dulces y una pequeña campanita sobre la puerta había anunciado nuestra llegada.

Cuando entramos, divisamos a unos niños haciendo berrinche en el mostrador, su madre no quería comprarle dulces. Sonreí por que aquellos niños se veían tan adorables, venían vestidos formalmente y se quejaban por la ropa que no los dejaba jugar normalmente.

Salieron de la tienda y los observé marcharse. Luego me giré para encontrar a Kanato armando una bolsa, metiendo dulces, chocolates y todo lo que pudiera encontrar.

Sabiendo que él no compartiría nada conmigo, decidí alzar una bolsa para recoger lo que yo quería. Comencé recogiendo algunos chocolates grandes. Luego gomitas con formas de osito de varios colores. Luego hubo algo que llamo mi atención: ''Grageas Bertie Bott'' me detuve frente al estante.

Grageas Bertie Bott…

Me resultaba conocido.

-Son las de Harry Potter-dijo una voz detrás de mí, me giré para ver a un chico que lucía amable, su aura era cálida por lo que podía decir que la vida lo trataba bien.

-Harry Potter?-pregunté curiosa, miré por todos lados buscando a Kanato y lo encontré llenando una bolsa de gomitas mientras reía. Toda la gente tenía la vista en él.

-Sí, Harry Potter-respondió.

-El libro-dije por fin recordando. Había leído aquel libro que me había prestado Arya hace unos años. A la pequeña le gustaban aquellos libros, después de todo era humana, o había sido humana. Y de hecho, a mí también me gusto. Lo cual era raro porque generalmente no entendía los libros que los humanos creaban, no entendía el punto de vista de aquellos.

Me gustaban los libros fantásticos, se podría decir.

El chico asintió con una sonrisa y me incomodé un poco. Decidí alejarme un poco de él, ya que seguro Kanato lo golpearía si lo encontraba con migo.

Me di la vuelta y recogí una caja. Las famosas grageas Bertie Bott de todos los sabores, no sabía que vendían de estas realmente.

Comencé a buscar malvaviscos cuando el chico volvió a acercarse.

-Cómo te llamas?-preguntó una vez que estuvo a mi lado, recogiendo unos cuantos dulces.

-Kala-contesté amablemente, pero al mismo tiempo, buscando una forma de alejarlo. Volví mi vista a Kanato, quien parecía molesto porque una niña le había gritado que ya estaba grande para los muñecos.

-No la escuches Teddy-lo había oído murmurar.

-Tu Novio?-preguntó una vez que vio donde estaba mirando. Asentí, no muy segura. Aunque supongo que eso lo alejaría.

Kanato y yo no éramos novios, él era mi prometido, era lo mismo? Supongo…

-Luce interesante…-dijo con una sonrisa.

Entre Ángeles y DemoniosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora