Después de 3000 años.

XVI

Corea del sur, unos meses después, residencia Cipher.

Ahí estaban reunidos nuevamente pero esta vez era algo diferente, la mirada de Phill estaba puesta en el chico castaño, el pelirrojo podía sentir su sudor descender por su torso, «¿Qué hace él aquí?» fue lo primero que se pregunto cuando entro a la sala y miró al chico junto a su abuela y Ford, no hubo respuesta al menos hasta ahora que Ford hablaba.

—este de aquí es mi sobrino-nieto, Mason Pines.

—y apartir de ahora, Dipper ayudará al próximo heredero a hacer bien su trabajo.

—es un gusto en conocerles.

El castaño había hecho una pequeña reverencia mientras sonreía tenuemente, Phill se había relajado ante esas palabras pues, si bien no había dicho nada como que lo había visto en algún lado o algo así entonces no tenía de que preocuparse.

—¿Próximo heredero? Mamá ¿Por fin piensas en que Phill es un buen heredero?

—Phill ciertamente es bueno pero no es digno de ser el encargado de todo lo que tiene la familia Cipher.

—¿Entonces? Madre Bill aún sigue desaparecido y...

—Bill está de regreso. —sonriendo emocionada. —Bill, cariño pasa.

Como si de una película de terror se tratase, Phill volteó a ver encontrándose con el fantasma de quién se suponía debía estar muerto, la cara de sorpresa de Phill no podía ser ocultada, y la felicidad del padre de ambos mucho menos, pues fue el primero en ir a abrazar al rubio.

—¡Bill!

—ha pasado tiempo ¿No padre?

—¿Qué ha sucedido? ¿Donde estabas?

—verán al parecer tuve un accidente y olvide algunas cosas, el doctor dijo que podría recuperar mis recuerdos en algún momento de la vida.

—¿Perdiste la memoria?

La mirada de Phill era de sorpresa pero en su voz se podía notar algo nerviosismos y a su vez sus ansías. El rubio miró al pelirrojo para sonreír un poco y negar con la cabeza.

—lo siento Phill, pero no recuerdo muchas cosas.

—¿Ni siquiera de tu accidente?

—¡Mucho menos de ellos! Solo me dijeron donde me encontraron y ya.

—ya veo.. pero al menos estas bien Bill.

—si Phill.

Ambos chicos se miraban con una sonrisa falsa en el rostro, Dipper y Ford le habían explicado con anterioridad los detalles del plan.

[……]

Los dos habían salido de la oficina mientras caminaban al ascensor.

—eso fue difícil.

—lo sé Bill, pero tenemos que hacerlo.

—gracias.

—¿Porqué? No tienes nada que agradecer, yo no estoy haciendo nada.

—me estás ayudando, estás a mi lado en este momento y la verdad eso es mucho más de lo que podría pedir.

—bueno, si puedo ayudarte entonces nada me hace más feliz después de todo, es lo que hacen los novios ¿No?

—entonces debo sacrificarme más por tí.

—no necesitas hacerlo, ya haces suficiente igual Bill.

Ya sin más, ninguno hablaba porque no sabían que debían decirse, pero no sé molestaban pues la presencia del otro era suficiente, las acciones muestran más que mil palabras, a pesar de que el pasillo era grande ambos caminaban pegado del otro al grado de topar ligeramente sus manos, un sonrojo tenue invadía las mejillas de ambos chicos que sin decir nada, tomaron discretamente la mano del otro, tal vez era por vergüenza, ya saben la timidez que uno tiene al poder ser halagado por tú crush mientras la felicidad le invadía, pero ni uno se volteó a ver, no obstante, la sonrisa que ambos tenían en su rostro no se comparaba ni siquiera a la felicidad real que sentían.

La felicidad es algo qué no puede ser vista por cualquiera pero cuando se siente en verdad ese granito de felicidad, no hay ser que pueda ser más dichoso que esa persona bendecida. La mejor felicidad viene en embases pequeñas, con pequeños detalles que no específicamente tienen que ser materiales, muchas veces importa más los sentimientos y las acciones que lo material. Las palabras dicen mucho más que mil palabras.

[……]

Horas después, departamento de Phill.

La puerta se abrió de golpe y tras ello las llaves de su auto fueron tiradas al suelo con furia, estaba enojado como el infierno, ¡Bill había regresado! ¡Bill estaba vivo justo cuando habia planeado declararlo muerto!

—maldita sea ¡¿Porqué?! Tiene que ser una maldita broma.

Su enojo era enorme, camino hasta la vitrina de las bebidas, se sirvió un baso de whisky para tomarlo de golpe, la verdad no amaba tomar pero ahora tenía una sed horrible en la garganta y el agua no se le apetecía.

—tengo que buscar algo, tengo que buscar una forma de alejarte de mi herencia. ¡Maldita sea! Es mi herencia, todo debería ser mío.

El vaso estaba siendo apretado con toda su fuerza, se sentía tan frustrado pero a la vez tan aliviado, pues no había matado a su hermano, ciertamente quería la herencia que le pertenecía pero a pesar de todo, Bill siempre fue su hermano menor, siempre estaba para cuidar a su hermanito pero los deseos egoístas siempre eran más grande que cualquier cosa.

—ya que estás vivo, mejor solo te alejó de esto... pero ¿Cómo?

Lleno de nuevo su vaso y se fue a sentar, ahora estaba más relajado, tenía que pensar con la cabeza fría antes de actuar, si dejaba que sus impulsos ganaran cometería de nuevo un error y eso no se lo podía permitir.

Los codiciosos arderán en llamas, la envidia es algo que consume el alma ¿Es más importante un bien material antes que tú familia? Pobre alma que se sumerge en la oscuridad, si sigues así no podrás redimirte ¿Te atreves a seguir este sendero de oscuridad? Si es así prepárate para lo peor.