●Capitulo 8●

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— Mira, tú puedes creer en cuentos de hadas, pero no intentes que los crea yo.

Si un tono de voz pudiera matar, _________ sería cadáver. En la voz del hombre había una profunda desesperanza y le hubiera gustado abrazarlo, consolarlo hasta que se convenciera de que podría haber un final feliz para él.
Pero, por supuesto, eso sería una tontería. Zayn Malik no significaba nada para ella y no debería importarle si durante el resto de su vida era el hombre más amargado del mundo.
No debería importarle si tenía esperanzas o creía en el amor. Ni si tenía sueños secretos. No debería importarle y, sin embargo, el vacío de sus ojos, el frío desdén que había en su voz rompían su corazón. No debería importarle, pero le importaba.

—Mira, ________ —empezó a decir Zayn entonces, pasándose una mano por el pelo— Has sido una enorme ayuda para mí durante los últimos días. Has pasado mis informes al ordenador, me has hecho el desayuno y me has ayudado a vigilar a un canalla. ¿Por qué no hacemos las paces? Ya no me debes nada, así que puedes volver a tus vacaciones y yo puedo volver a mi vida.
—Eso no suena nada mal.

Obviamente, Zayn quería que desapareciera de su vida. Y ella no pensaba quedarse donde no era bienvenida.

________ tomó a Nathaniel en brazos y aunque el niño protestó, ella decidió ignorarlo. Seguramente no habría terminado de cenar, pero compraría una hamburguesa o cualquier otra cosa en el camino.

—No olvides la bolsa de los pañales —dijo Zayn, con expresión indescifrable.
—No te preocupes —replicó ella— No pienso volver por aquí.
Después de eso, salió de la cocina y fue al salón para tomar la bolsa y la mantita de Nathaniel.
—¿_________?
Ella se volvió desde la puerta.
—Espero que disfrutes de tus vacaciones.
—Tengo intención de hacerlo.

Unos minutos más tarde, con Nathaniel sentado en su silla de seguridad y solo cuando la casa de Zayn había desaparecido de su vista, ________ reconoció el vacío que sentía en el corazón.
Suponía que era debido a que, como auxiliar de clínica, estaba preparada para ayudar a la gente. Pero, como auxiliar de clínica, reconocía que había personas a las que no se podía ayudar. Y sospechaba que Zayn era una de esas personas.

Aunque no estaba físicamente enfermo, Zayn sufría una enfermedad del alma más terrible que cualquier otra y mucho más difícil de curar.

Además, él no era paciente suyo. No era más que un hombre al que había conocido durante sus vacaciones, un hombre al que había visto solo durante unos días. Estaba segura de que no volverían a verse, pero tenía la terrible sensación de que la imagen de Zayn Malik seguiría en su corazón durante mucho tiempo.

Zayn siempre se había sentido cómodo en el silencio de su casa. No era un hombre que encendiera la radio o la televisión para no sentirse solo. Pero en cuanto ________ y Nathaniel se marcharon, el silencio le pareció sofocante.

Limpió la cocina, guardó el resto de comida china en la nevera, preparó un vaso de té helado y salió a la terraza. Sentado en una silla, apoyó los pies sobre otra mientras miraba las olas.

A Bobby le encantaba la playa… le encantaba jugar en la arena. Incluso cuando era solo un bebé y empezaba a llorar, lo único que tenía que hacer era sacarlo a la terraza y la brisa y el sonido de las olas lo calmaban.

Bobby.

Maldita fuera _________ Criswell por recordarle lo que había perdido. Todo iba bien hasta que ella había entrado en la habitación del niño. Cuando por fin había conseguido apartar de sí el dolor, seguir adelante y aceptar la pérdida de su hijo.

Pero mientras miraba la playa, el dolor parecía llegar al mismo ritmo que las olas.

Si no tuviera una pierna escayolada, iría a correr un rato. Correría hasta que estuviera exhausto y no pudiera pensar, ni sentir. Desgraciadamente, en aquel momento esa no era una opción.

Zayn cerró los ojos, pensando que si dejaba de mirar las olas quizá dejaría de pensar en Bobby. Y funcionó. Casi instantáneamente, su mente se llenó del recuerdo del beso que había compartido con ________ en la cocina. Recordó la suavidad de sus labios, la presión de sus pechos contra su torso… y ese recuerdo hizo que se sintiera acalorado.

Había sabido instintivamente que el beso sería agradable. Lo que no había esperado era la pasión, el abrumador deseo que lo devoraba mientras la tenía en sus brazos.

Aquel deseo era debido únicamente a que había pasado mucho tiempo desde la última vez que estuvo con una mujer. No tenía nada que ver con las pecas que bailaban sobre la nariz de _________ ni con sus ojos, que parecían invitar a un hombre a ahogarse en ellos.

Su deseo por ella no era debido a que poseía un sentido del humor parecido al suyo y lo hacía reír como no había reído en mucho tiempo. Su deseo por ella no tenía nada que ver con aquel precioso niño que parecía confundirlo con su papá.

Los echaba de menos. Solo se habían ido de su casa una hora antes, pero sentía su ausencia. Habían aparecido en su vida, llevando el caos y la risa y, de repente, no estaban.

Zayn abrió los ojos de nuevo y se quedó mirando las olas. Se alegraba de que se hubieran ido. No necesitaba a una pecosa llena de sueños y a su delincuente hijo alrededor.

Las primeras sombras de la noche envolvieron la casa y Zayn hizo un par de llamadas para retrasar algunos casos hasta que pudiera moverse.

Más tarde, recibió la llamada de su colega en el cuerpo de policía, informándole de que Samuel Jacobson había aceptado pagar la pensión que le debía a sus hijos. Un poco más contento, Zayn encendió el televisor.

Después de ver una serie cómica, se dio cuenta de por qué nunca veía la televisión. La serie era estúpida y las risas enlatadas, irritantes.
Cuando apagó el aparato, el silencio se instaló de nuevo en la casa. ¿Por qué lo molestaba tanto cuando nunca antes lo había molestado? Zayn no quería ni pensar cuál era la respuesta.

Por fin se fue a la cama y se quedó dormido casi inmediatamente, pero durmió mal, dando vueltas casi hasta el amanecer. Se despertó tarde y estaba tomando una taza de café cuando alguien llamó al timbre.

Zayn se levantó, apoyándose en las muletas. ________ debía haber encontrado alguna razón para volver, pensó. Sin darse cuenta de que tenía una sonrisa en los labios, se dirigió a la puerta.

Pero no eran ________ y Nathaniel, sino María.
La desilusión que sintió al verla lo confundió.

—¿Qué haces aquí? Creí que habrías metido en una maleta el dinero que ganaste en el bingo y te habrías marchado del país.
—Nunca me marcharía del país sin dejar a alguien que cuide de ti —replicó la mujer, entrando en la casa como si fuera la suya.
Zayn levantó una ceja; incrédulo.
—Ya. ¿Cuánto has perdido?
María entró en la cocina, se sirvió una taza de café y se dejó caer sobre una silla.
—Yo solo pensaba comprar cinco cartones, pero mi hermana insistió en que comprara más porque era mi día de suerte. Menuda suerte —suspiró la mujer— Mi hermana dice que tiene poderes psíquicos, pero yo más bien creo que es una psicópata.
A pesar de su mal humor, Zayn sonrió.
—¿Una sonrisa? ¿Qué te pasa, estás enfermo? —preguntó María, irónica— Espera, estoy teniendo una visión.
—Creí que la que tenía poderes psíquicos era tu hermana —replicó Zayn, burlón.
María abrió un ojo.
—Es una cosa de familia. Veo una mujer con el pelo rubio y las piernas largas. Tiene un niño pequeño… un niño rubito con los ojos azules. Creo que han sido ellos los que te han devuelto la sonrisa.

Por un momento, Zayn se quedó petrificado, pero entonces recordó que el día que había despedido a María, ésta salía de casa cuando ________ llegaba con el coche.

—Espera… yo también tengo una visión —dijo entonces Zayn— Veo una señora de la limpieza que se mete donde no le llaman, que suele perder en el bingo y que está intentando convencer a su patrón de que vuelva a contratarla.
—Eso prueba que ninguno de los dos es vidente.
—¿Quieres seguir trabajando para mí o no?
Las cejas grises de María bailaron sobre sus ojos.
—¿Vas a darme un aumento?
—No. Esta vez, no. Ya te pago el doble del salario normal.
—Pero me lo merezco.

Zayn rió, preguntándose cómo conseguía rodearse siempre de mujeres tan listas. Primero María, después _________. Las dos eran obstinadas, discutidoras y optimistas. María estaba convencida de que cualquier día ganaría la lotería o el bingo. Estaba tan convencida de eso como ________ de que encontraría a su príncipe azul.

— Si quieres, puedo empezar a trabajar ahora mismo.
—Muy bien. Voy a guardar las cosas de Bobby en el armario para que puedas limpiar la habitación.

María lo miró, sorprendida. La habitación de Bobby había estado hasta entonces cerrada para todo el mundo, incluida ella.

—Vale. Voy al coche por mi bata y vuelvo enseguida —dijo, levantándose de la silla.

Zayn permaneció sentado durante unos segundos. Se había sorprendido a sí mismo diciendo que iba a guardar las cosas de Bobby. Pero entonces se dio cuenta de que la idea llevaba toda la mañana dando vueltas en su cabeza.

Cuando entró de nuevo en la habitación, vio los juguetes con los que Bobby no jugaría nunca, la ropa que ya no le valdría…
No había razón para guardar aquellas cosas. Zayn sabía que el día de su cumpleaños compraría otro re galo. Seguiría añadiendo cosas a la colección, pero no había razón para conservar las que se habían quedado pequeñas.

Debería dárselas a alguien que pudiera usarlas, pensó, mirando un jersey con ositos azules. Era de la talla de «Terminator». Una sonrisa iluminó su rostro al pensar en Nathaniel.

No sabía cómo había pasado, pero ese niño se le había metido en el corazón. No había nada en aquel niño rubio de ojos azules que le recordara a su hijo y sabía que su afecto por Nathaniel no era una transferencia de sentimientos. Nathaniel era simplemente Nathaniel. Zayn dejó el jersey sobre la cama y después fue al armario para buscar unas cajas.

Cuando terminase de guardar las cosas, llamaría a ________ y le diría que fuera a buscarlas.
Pero se negaba a reconocer que su corazón se aceleraba ante la idea de volver a verla.

"Only a Kiss" ➳ Z.M.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora