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III

— ¿Tiene pesadillas, dices?

— Sí. — responde Jungkook en voz baja.

Taehyung está dormido, al menos por ahora. Jungkook está de pie, en la cocina, acompañado del tic-tac del reloj y la luz de la farola, entrando por la ventana, en su única compañía.

— Comenzó un día, de repente. Más o menos, después de que las pastillas para dormir que nos dieron, se acabasen.

— Y ahora quieres más.

Jungkook traga. Había preguntado por Ho Seok, pero la persona que le habían dado en su lugar parecía fría e impaciente. Sin embargo, recuerda el sonido de Taehyung llorando en la noche y vuelve a preguntar, con un propósito reforzado.

— Apenas puede aguantar una noche entera. — murmura Jungkook. — No puede ser sano. Necesita más sedantes.

Hay una mezcla de papeles encima de la encimera. Jungkook se pregunta qué tan grueso es el archivo de Taehyung; el verdadero, el que nunca ha visto.

— No puede depender de las pastillas para siempre. — responde rotundamente, el médico.

Jungkook agarra el auricular con fastidio, apretando los dientes. Sin embargo, cuando el doctor vuelve a hablar, hay algo nuevo en su voz; una ventaja que tienen los afinados instintos de Jungkook.

— ¿Con qué sueña?   — Jungkook frunce el ceño al oír esas palabras.

— ¿Qué?

— ¿Ha hablado de algo?   —   dice el doctor. La respiración de Jungkook se corta al escuchar un clic suave, como el de una grabadora. — En sueños; o a ti. Nombres, lugares. Cualquier cosa que haya podido decir.

Jungkook piensa en Taehyung, tan enfermo y asustado que, en efecto, le cuenta sus sueños. Piensa, también, en la forma en que Namjoon había dicho que estaban esperando ver si él recordaba algo, y cuánto Taehyung había odiado el hospital, y le dijo con tanto temor, que había sentido algo malo allí. Toma aliento.

— Nada. — responde Jungkook, en voz baja, cuando está seguro de que puede hablar con calma. — No dice nada, no recuerda nada. Simplemente, no puede dormir.

La llamada finaliza rápidamente después de eso, con la promesa de enviar una dosis más ligera para Taehyung. Cuando llega, sin embargo, la medicación no hace mucho. La revelación solo llega un mes después, cuando un exhausto Taehyung pregunta, mirando hacia otro lado, si Jungkook dormirá con él esa noche.

— Nunca vuelven, una vez entras en la cama. — dice, roncamente, con una expresión miserable. — Por favor, lo siento, pero, solamente podríamos... intentarlo.

Es la primera noche tranquila en meses. Taehyung sigue siendo del tipo que se mueven todo el rato, pero duermen toda la noche, y cuando Jungkook se agita, Taehyung parpadea y abre los ojos para sonreírle con tanta gratitud; a punto de llorar.

— Gracias. — dice.

— ¿Dormiste bien?   —   pregunta Jungkook con una mueca de sueño, todavía somnoliento. Taehyung asiente lentamente, con los ojos húmedos.

— Soñé, pero... esta vez,   —   se acurruca más cerca de sí mismo; su aliento se estremece. — recordé algo, creo. Una sensación del pasado; de que alguien está para mí. Creo que... ¿Eras tú?

Jungkook no responde, despertando lentamente con algo frío que se filtra por sus venas.

— Recuerdo a alguien. Alguien con quien estoy. Vigilando por mí. Me hace sentir seguro. Sentí lo mismo cuando desperté. Fuiste tú, estoy seguro de eso. Eres mi amigo, ¿estamos...?