IV

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— Puedes hablar conmigo. — responde Jungkook con la misma tranquilidad.

Se traga la ansiedad. Tae vacila hasta un punto que parece que vaya a responder, pero luego niega con la cabeza ferozmente. Levanta su palma, enlazando sus dedos con los de Jungkook.

— No es nada. — dice nuevamente. — Es que... me alegro por ti. Eso es todo. — captó la mirada curiosa de Jungkook y enrojeció. — Quiero decir, que me alegra tenerte. Gracias. Sé que no... recuerdo nada, pero siento que... eso es todo lo que quería decir, supongo. De todos modos... Gracias por quedarte conmigo.

Hay un sabor agrio en la boca de Jungkook.

— Por supuesto. — responde con todo lo que puede decir. Jungkook logra una sonrisa débil. — ¿Somos amigos, verdad?

En Berlín, vuelven a estar bebiendo. Las mejillas de Taehyung se tiñen de rojo con tres bebidas bajo las luces del club. Es un peso ligero, aprendió Jungkook, pero deja que Taehyung se divierta, siempre teniendo cuidado con lo que él mismo bebe y vigilando las salidas. Si Taehyung nota su desconfianza, nunca dice nada. Esta noche, mientras aprieta el brazo de Jungkook, dice:

— Baila conmigo.

Taehyung le lleva a la zona de baile antes de que él pueda decir que no.

— ¿Cómo sabes si sabes bailar? — Jungkook grita por lo alta que está la música. Algo parpadea en la cara de Taehyung, el tiempo suficiente para que Jungkook vacile y casi se disculpe, pero le devuelve la sonrisa.

— Supongo que tendrás que enseñarme, ¿no?

Jungkook sabe que el licor es el culpable de que Taehyung se incline hacia él, pero sigue siendo difícil no derretirse cuando Taehyung inclina la cabeza hacia atrás, con los ojos cerrados. El bajo suena a su alrededor y las luces se mezclan con el neón, y la boca de Jungkook se seca cuando Taehyung respira con fuerza contra su cuello, con los brazos alrededor de su cintura.

— Jungkook, — la voz de Taehyung es dulce. — Jungkook, Jungkookie... No lo estás haciendo bien.

Lo que Jungkook no está haciendo, es tocarlo. Taehyung rectifica esto entrelazando sus dedos, arrastrando las manos de Jungkook por sus costados y riéndose por ello. Jungkook le da una débil sonrisa, tirando hacia atrás, pero no sirve de nada.

— Taehyung... — Jungkook intenta decir, débilmente, pero se pierde con la música. Y él está perdido mirando a Tae, con la cabeza echada hacia atrás y su sonrisa angelical, las luces del club pintándole de un neón querubín.

— ¿No lo estamos? — Taehyung interrumpe. Él se inclina, tirando de la mano de Jungkook hacia su pecho, extendiéndose hasta su corazón. — ¿No estamos juntos, Jungkook?

— Yo... — Jungkook retrocede, el pánico lo traga entero. — Somos amigos.

— ¿Nada más que eso? — Taehyung se inclina para seguirlo desesperadamente, con los ojos desorbitados por el licor y la lujuria. — Kookie, lo he pensado mucho y tiene sentido. Te amaba... ¿No?

Hielo en las venas. Jungkook trabaja para desenredar sus manos, sacudiendo la cabeza.

— Taehyung. — dice, sin aliento. — No es... estás borracho, ¿vale? Salgamos de aquí. Vayámonos.

— Recuerdo a alguien. — Taehyung murmura débilmente cuando Jungkook engancha un brazo alrededor de su cintura. Él insiste, apoyándose en él. — Recuerdo haber amado a alguien. Alguien a mi lado. Tienes que ser tú. — no fue así, piensa Jungkook. Una voz más traicionera dice, "pero podría ser".

En algún momento, a mediados de verano y demasiado tarde, Jungkook se da cuenta de que Taehyung le importa demasiado. Taehyung es, para ser minuciosamente breve hablando, todo. Es amable, es inteligente, es gracioso, es precioso y es fuerte, porque había despertado su mente y había asumido el mundo de todos modos.

our burned bridges » vkook [revision mode on]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora