Capítulo 14

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Maratón 5/6

Día 11: Jueves por la mañana

Era poco después de medianoche.

_____ despidió a la niñera. Le quemaban los ojos y le dolía la cabeza, pero las lágrimas se negaban a salir. Cuando los invitados de Justin empezaron a marcharse, ella había salido de la casa sin que la vieran para tomar un taxi.

-Siento mucho haberte juzgado mal -le había dicho a Justin, sin mirarlo.

-¿Eso es todo lo que tienes que decir? -le había preguntado él.

_____ estaba demasiado alterada como para dar más explicaciones. Catorce meses antes, había sido fácil pensar que él la había traicionado. Incluso había esperado que ocurriese. Estar locamente enamorada de un hombre que nunca mencionaba la palabra amor y que solo hacía planes para veinticuatro horas más tarde había sido demasiado para ella después de perder a su madre.

Que Justin hubiera preferido a una preciosa rubia en lugar de una mujer llorosa y entristecida le parecía lógico en él. Había creído que era un canalla, un desleal, un hombre sin convicciones morales. Pero no lo era. Y era ella la que estaba equivocada, muy equivocada.

El timbre sonó en ese momento. Y _____ sabía que era Justin. Fue entonces cuando sus ojos se llenaron de lágrimas. Lo quería tanto... ¿Cómo podía haberse torcido todo de aquella forma?

Con la camisa blanca medio desabrochada, mostrando un torso bronceado y muy masculino, el cabello despeinado y el mentón oscurecido por una sombra de barba, Justin parecía un pirata. Un pirata tremendamente sexy.

-No sé qué decir... -murmuró _____.

Justin dejó el paquete que llevaba sobre la mesita del pasillo y la tomó en sus brazos, observando sus ojos llorosos con expresión de censura. Y entonces, sin previo aviso, empezó a besarla con explosiva pasión, aplastando sus labios bajo los de él una y otra vez, hasta que _____ se colgó de su cuello, estremecida, con los sentidos alerta, el corazón latiendo a toda velocidad, la mente vacía... Levantando la orgullosa cabeza oscura, Justin sonrió como un lobo antes de tomarla en brazos.

Pero no la llevó al dormitorio. La dejó sobre el sofá y volvió a aparecer unos segundos después con el paquete que había dejado en el pasillo.

-¿Qué... es esto?

-Es para Derek.

-¿Para Derek? -repitió ella, sorprendida.

-Lo he visto hoy en la guardería -dijo él, sin mirarla directamente a los ojos-. Me sonrió... Parecía tan frágil. No voy a decir que es el niño más guapo que he visto en mi vida, pero probablemente es el primer niño al que he mirado de verdad.

Temblando, _____ sacó un conejito de terciopelo del paquete y se le hizo un nudo en la garganta.

-Gracias -consiguió decir.

-Yo tenía uno parecido cuando era pequeño... -murmuró Justin.

La vergüenza y la culpa invadieron a _____, haciéndola sentir como un gusano.

-Justin... Derek... Derek tiene seis meses.

Él siguió mirándola sin decir nada.

-Derek es tu hijo -murmuró entonces ______-. No ha habido otro hombre. Me quedé embarazada en París.

Con el corazón en un puño, observó cómo el hombre se tomaba aquella información. En sus ojos vio incredulidad, sorpresa, aceptación, seguidas todas aquellas emociones por una dura condena.

-Lo que acabas de decirme -empezó a decir Justin con voz ronca- es imperdonable.

Angustiada, _____ vio a Justin salir del salón y cerrar de un furioso portazo.

El hijo del Canadiense (Adaptada) Justin & tu (TERMINADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora