Capitulo 1

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Serví un poco más del líquido burbujeante en mi copa, hacía mucho tiempo que no hacia esto. Lo bebí todo de un trago e hice una pequeña mueca casi invisible, esta soda sí que estaba carbonatada.

Así se sentía volver a la casa de mi padre, ser consentido, amado y sobre todo cuidado. Es cierto que tengo 19 años, pero ¡qué va! Me encanta estar así, aunque hayan sus días duros de vez en cuando y más si se trata de mí que siempre termino siendo un maldito inadaptado. Desde mi niñez siempre tuve problemas para acoplarme a la sociedad, pero bueno; aquí estaba yo, sentado en un pequeño ottoman degastado que todavía se conservaba en mi habitación y preparado para besarle el culo a la vida esperando que no me respondiera con un chorro de diarrea.

Volví a casa de mi padre a estudiar en la universidad Waterloo que según dicen es unas de las mejores de Canadá, Vancouver es unos de los lugares más cálidos de Canadá y eso lo agradezco, porque Oymyakon en Rusia me dejo mucho que desear.

—¡Bruno! —exclamó mi madrastra desde el primer piso, sacándome de mis pensamientos.

—¡Ya bajo! —respondí en el mismo tono, a lo mejor ya estaría la cena y tengo mucha hambre, como siempre, soy de los que piensa que nací para comer y engordar, hasta he pensado que si fuera famoso hibernaría hasta 12 años, loco, ¿No?

Baje las escaleras casi corriendo y me detuve al ver a mi padre con su esposa mirarme fijamente desde la mesa, que por cierto no pase por alto el gran pavo que había sobre ella. Sin hablar, pero sin dejar de mirarlos me senté. Tosí un poco para aliviar el ambiente y sin más comencé a comer bajo la mirada de los dos terratenientes militares. Luego de largos segundos rompí el silencio sepulcral.

—Bien, ¿qué es lo que pasa? Realmente me asustan con ese suspenso sin razón —dije por fin. Mi padre sonrió

—Es bueno tenerte aquí, siempre has sido torpe hijo mío —algo dentro de mí se alivió —¿Ya escogiste la universidad en la que estudiaras? —eso que se alivió se despertó más que mi pene cuando veo buenos culos.

—Si papa, ya miré y dicen que Waterloo es una buena opción, ¿Tu que dices? —comenté mientras comía.

—La que pienses mejor te pagaré, Bruno —dijo ahora tocando el pavo por primera vez en la noche.

—No lo digas así que me siento afeminado —bufe —Pero bueno, gracias —sonreí de lado con agradecimiento.

—Sea lo que sea que hagas lo harás bien, querido —dijo ahora Irma, actual esposa de mi padre y mi actual madrastra. Ella me caía bien, era sencilla y leal.

—Gracias Irma, hare lo posible —y sin más la cena terminó entre pequeñas conversaciones superficiales. Después de terminarme mis dos platos llenos de comida, me arrastre con la silla un poco hacia atrás y desabotone mi pantalón para poder respirar.

Esta casa me traía buenos recuerdos...bueno no, o si... me había ido de aquí con 16 años, solo me atacaba un poco la nostalgia, nada más.

—Bueno, yo me voy a dormir —dije parándome de la mesa, mi padre hacia unos minutos se había retirado a la terraza a tomar aire fresco. Me dirigí a las escaleras —Tengan lindos sueños —hable dispuesto a irme, pero mi padre entro en escena.

—Bruno...— dijo frunciendo el ceño —olvidas algo —y se paró a mitad del comedor con los brazos cruzados.

—Emm, de hecho no —levante una ceja —Papa, no pensaras que te daré un beso de las buenas noches en la mejilla... ¿o sí? —hice una pequeña mueca de horror. Mi padre me miro con seriedad para luego explotar de la risa con Irma.

—Hijo, no sé qué haz hecho los últimos años, pero me sorprendes —dijo sacándose algunas lágrimas de risa —Solo te iba a decir que las mantas están en la habitación de huéspedes, en los cajones de abajo —Di un resoplido de alivio y lo miré divertido.

—Bien, si, ya adiós viejo —dije —Irma — di un asentimiento con la cabeza y corrí escaleras arriba en busca de las sabanas. Al llegar busque entre las mantas y encontré una foto de mi madre —Ay, mujer, ¿Qué te habré hecho? —hice una mueca y la guarde en su lugar, seguido de esto fui a mi habitación a dormir, tenía mucho que hacer mañana.



No, no una alarma; sino los gritos de mi padre conjunto de los chorros de agua helada que se me eran arrojados conformaban mi despertar:

—¡Bruno! —gritaba mi padre —despierta, que se te hace tarde para inscribirte —habló ahora con voz más suave. Entre abrí los ojos a mi pesar frunciendo el ceño por la claridad.

—¿Realmente era tan necesaria el agua? —comenté algo molesto —¿no pudiste levantarme como a una persona normal? —dije bufando —ahora me levanto —pasé una mano de manera frustrada por mi cara mojada.

—Créeme que lo intente, simio, pero eres frustrantemente difícil de despertar —dijo —el desayuno ya está servido —hablo complacido sosteniendo el vaso de agua en la otra mano y saliendo por la puerta.

Me senté en la cama y me quedé mirando un punto fijo largos segundos como un idiota, hasta que reaccioné y me puse de pie, al caminar por la habitación me mire en un espejo, vaya... sí que era alto, media un metro ochenta y algo, no recuerdo, lo que si recuerdo es que era un crio cuando vivía en esta casa, como pasa el tiempo...

Me di un baño, hice todo lo que tenía que hacer y baje a desayunar con unos jeans negros y una camisilla blanca puesta, Mi padre estaba bebiendo de su café y leyendo el periódico.

—Buenos días —dijo levantando la mirada con una sonrisa.

—Sí, sí, creo que ya me bendijiste lo suficiente allá arriba —dije señalando las escaleras con la cabeza y agarrando una pera. El rio.

Cuando terminé el desayuno subí escaleras arriba para ponerme un t-shirt decente para ir a Waterloo en busca de un futuro.


Llegue a Waterloo luego de tomar un taxi, todavía no me había dignado de comprar un coche, bueno, no tenía dinero suficiente para hacerlo y no se lo pediría a mi padre, ya era un hombre.

«Bienvenidos a Waterloo» señalaba un letrero verde con bordes blancos que estaba pegado en uno de los murales.

—Buenos días —salude a un hombre que estaba realizando la limpieza.

—Hola —contestó sin mirarme y continuando con su trabajo.

Camine por los pasillos, donde ahora habían muchas personas, y no me parece raro, porque este era uno de los días hábiles para inscripción. Solo espero, que por cosas del destino no encontrarme con ninguno de mis ex compañeros. Me posicioné en la fila y miré mi reloj. 

Esto iba a ser complicado.






Hola, bienvenidas a mi novela :3 Como verán una pequeña probadita aquí, espero que voten y comenten si les gusta o lo que se les ocurra xD <3 

Brunolandia (Bruno Mars)Where stories live. Discover now