Capítulo 4

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Caminé en círculos por mi habitación, no tenia del todo claro lo que iba a hacer, o como lo iba a hacer, pero ya estaba en la tómbola, ya la había invitado a una cita "improvisada" para ella, porque yo la estaba planeando hace días. Estaba nervioso, demasiado para mi gusto, había ido a orinar más de 10 veces seguidas y todavía estaba pensando en quien podría ayudarme con un auto. Eric llegó como flash a mi mente. Abrí el celular y busqué su contacto.

—¡Sabandija! —contestó casi inmediatamente —¿Qué haces llamándome a esta hora?, acaso tiene que ver con la cita? —rasqué mi nuca.

—Seré directo y claro, necesito un favor de ti —dije ahora bajando la voz para que mi padre no escuchara.

—Amigo, lo siento mucho, mis condones XXL pueda que te queden grandes —habló haciéndose el que lo siente —pero aquí tengo un dedal por si te sirve —se burló.

—Sabes que no tienes XXL y si lo tuvieras probablemente me apretarían —revoleé los ojos —ya, solo necesito que me prestes tu auto —finalmente le pedí.

—Uf, hermano, será un problema —lamentó —recuerda que hoy voy a llevar la morenota, la tremenda mujer a un motel y pues... ya sabes —bufé.

—Tenías que ir a follar justo hoy —miré hacia atrás.

—Pídeselo a tu padre, hoy es viernes, quizás no lo utiliza —pensé en un pequeño plan.

—Bueno, gracias de igual forma y no folles de mas —corté luego de escuchar su risa.

Suspiré, en unas horas tenía la cita, y ni auto tenia, la única opción que me quedaba era mi padre así que trataría. Salí de mi cuarto y vi a Irma trabajando desde su laptop, trabajaba con mi padre, pero lo hacía libremente, faltaba cuando quería y aun así le pagaban. Que buena vida. La puerta de su habitación estaba entre abierta, di leves toques, e Irma levanto la vista.

—Pasa querido —dijo de forma amable. Mi padre yacía en la cama con el control remoto mirando un programa televisivo con sus anteojos puestos.

—Necesito hablar con mi padre —tosí un poco para llamar su atención. Levantó la cara con el ceño levemente fruncido.

—Ahora salgo —achinó los ojos mirándome algo confuso.

Salí de su habitad y me dirigí a la terraza a esperar la presencia de mi padre. Que segundos después me acompañó, traía dos vasos de cristal con agua en su interior. Yo que estaba apoyado en el barandal me giré. Se me hacía muy difícil pedirle el auto a mi padre, aparte de que ya era un hombre, hacía mucho tiempo que no tenía dependencia directa por su lado, al menos parcialmente.

—Tengo que... —el no me dejó terminar y me pasó el vaso con agua.

—No hace falta hijo, ya lo sé —bebió un sorbo —y, está bien, no te preocupes —se quitó los anteojos. Lo miré confundido.

—Entonces..., ¿Ya lo sabes? —fruncí levemente el entrecejo.

—Siempre tuve mis sospechas, pero eso no te hace no ser mi hijo —se encogió de hombros —¿sabes? Se fuerte —dijo como si recién se le hubiese ocurrido esa frase —no es fácil, pero saldrás adelante, ya diste el primer paso que fue salir de ese pequeño closet —finalizó guiñándome un ojo. Ahora lo mire con obvia confusión.

—¿Qué dices?, ¿acaso piensas que soy... —miré mis manos —gay?, y cómo es eso de que tuviste tus sospechas? —lo miré confundido y ofendido.

—¿Acaso no lo eres? —coloco su dedo índice y pulgar en su barbilla. Lo mire con cara de pocos amigos.

—Solo te iba a decir que me prestaras el auto —lo miré esperanzado.

Brunolandia (Bruno Mars)Where stories live. Discover now