1.

823 42 5
                                    

Hyde Park, Londres.

Corría de mi.
De mis propios pensamientos. De sus palabras que inundaban toda mi mente. Corría de mi vida intentando huir después de todo.
Veía pasar mi alrededor, gente con sus mascotas, parejas trotando, otras tan solitarias como lo estaba yo ahora.

Sola.

...

—Quiero volver a casa, Adele. ¡Dejame volver, por favor!—suplicaba desesperado.

—Vete.—agarre aire ya que las lágrimas no me dejaban, me recargue en el fregadero, tirando los platos sin cuidado.—...vete de mi casa, Simón, ¡largo!

Lo ignore hasta que escuché el portazo fuertemente. Hizo que me estremeciera y mi llanto aumentara.
Esto se había acabado.

Me deslice hasta el frio azulejo del piso, con mis mejillas empapadas y cansancio emocional, escondiendome entre mis piernas y preguntándome como todo se había arruinado.

...

Corría y corría sin rumbo en esta fría mañana. Con todos esos tormentos en mi mente y los recuerdos que llegaban.

De todos ellos, los que más me partían el alma eran los de mi hijo, preguntándome porque todo había acabado.

...

—No me digas que no va volver, mamá, ¡no me digas eso, por favor¡—sus lágrimas y su mirada de dolor me trituraban entera.

—Escucha, cielo...—vi como corría hacia su habitación negandose—...Angelo, ven mi amor.—grité tratando de que volviera pero solo escuche nuevamente un portazo de parte de él. Mis lágrimas no tardaron el salir.

...

Decidí dejar descansar a mi mente y a mi cuerpo. Ya estaba muy cansada.

Seguí caminando lentamente y agarrando aire, ya era media mañana y era hora que no había regresado a casa.

Horas más tarde.

—Adele, tu sabes que te quiero como a una hermana, es por eso que tienes que firmar los papeles del divorcio de una buena vez y pasar esa página, ya han pasado 9 meses.—escuchaba como Laura, mi mejor amiga, hablaba pero sin captar mi completa atención.

Baje la mirada hacia mi taza de té tratando de ocultar mis ya ojos rojos.

—¿Qué pasa?, ¿tienes dudas?—levantó una ceja.

—Hemos quedado en una cena hoy—dije sin verla. Su mirada me causaba muchas veces miedo.

—¡¿con Simon?! Ay por dios, Adele. Estas tonta—se volteo dándome la espalda, abriendo uno de los cajones de mi cocina.

—Escucha, es por el cumpleaños de Angelo. Enserio, Laura, aveces pienso que estas en nuestra contra.—dije un poco molesta.

Cerró fuertemente el cajón y volteó. Con sus manos en su cadera.

—¿Nuestra?—frunció el ceño—¿te refieres a ti a mi o a ti y a él? Porque lo suyo ya se había acabado.

Mire hacia el techo, tratando de agarrar aire.

—Es el padre de mi hijo.—susurré.

—¡Que te engaña con su secretaria cada que va a las oficinas centrales de su trabajo y por eso tanto pinche caprichito de irse a España!

Vio mi cambio de expresión y cambio su cara a arrepentimiento.

—No necesitas estarmelo repitiendo—baje la mirada.

—Ya te lo dije, todo lo tengo por e-mail, es cuestión que quieras y te lo mostr...

—No tiene chiste seguir con esto, ¡porque lo tengo bien grabado en mi mente!—me pare de la silla—...¡para siempre!—y aquí van nuevamente mis lágrimas.

Laura solo negó.

—...y para tu información, Simón ya no va a España.—dije tratando de convercerme a mi misma—así que ya deja de tocar ese tema.

Después de que se acercara a mi y me diera un abrazo junto un beso en mi frente, sabía que lo que me estaba diciendo era nada más que la verdad.

—No te quiero ver llorar más, Adele. Mirate, cuanto haz soportado y sigues...

Lance los platos al fregadero resoplando. Esto me alteraba demasiado...

Era suficiente.

...
Hello.
Comencé esta historia hace unas semanas y no me había animado a subirla. Hoy quiero compartirla con ustedes y saber que opinan. Espero les guste y poder seguirla. Ya tengo varios capítulos escritos jsjs. Besos.

V.✨

[Obsesión] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora