Rocadragón

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La ya antigua fortaleza se había reconstruido de ciertas partes para evitar que se desmoronara con el paso del tiempo y las gárgolas que adornaban ciertos puntos se habían removido sustituyéndolas por estatuas de los diferentes dragones que habían estado en la casa Targaryen.

En una de las habitaciones más olvidadas y reservadas de la fortaleza se encontraba Allysae, la nieta de Daenerys, tenía el cabello largo, blanco platinado y aquellos ojos lilas característicos de la casa.

-Doryu.- dijo Ally agachándose para buscar a su dragón, siempre le hacía eso, se escondía y le prendía fuego a las demás personas por diversión.

Un grito agudo se escuchó por el pasillo, se levantó rápidamente y salió de ahí, al salir se encontró con una de las sirvientas sacudiendo su vestido para apagar las llamas.- Lo siento mucho...- dijo ella cuando el dragón dorado se acomodó en su hombro, tomó una de las mantas y la sacudió para apagar las llamas, la criada le dio una mala mirada y tomó a la niña por el brazo para llevarla con su padre a rastras.

-Nos meteremos en problemas...- dijo en Valyrio hacia su dragón, apenas era un bebé no más grande que del tamaño de una rata, pero le había enseñado cómo lanzar llamas hace unos días.

La puerta del gran salón se abrió estruendosamente haciendo que el hombre de cabello albino se girará furioso.- ¿Ahora que?- dijo claramente enojado al ver que lo habían interrumpido en sus tareas. El padre de Allysane era Magnus Targaryen su simple aspecto lo hacía ver imponente, pero en realidad era mucho peor, se había apoderado del trono de Rocadragón mediante actos violentos aunque fuera suyo por herencia, más que nada solo quería probarle a sus hermanos que era suyo y no sé lo podrían arrebatar.

-Mi lady a estado causando problemas otra vez.- dijo con un hilo de voz la criada al ver el enojo del Rey.

Magnus le hizo una seña, la niña se acercó lentamente sabiendo lo que venía. Su padre la tomó del cabello para que lo mirara, el ardor rápidamente se hizo presente en su mejilla, y hubiera llegado otro golpe de no ser por Doryu, el pequeño dragón mordió la mano de su padre haciendo que se detuviera.

-No volverá a suceder...- dijo con un susurro tomando a Doryu antes de que su padre le hiciera algo, estaba cabizbaja.- Lo prometo.

La criada se había ido en cuanto Magnus golpeó a la niña, Ally salió de ahí intentando reprimir las lágrimas, no era la primera vez que su padre la golpeaba y estaba muy segura de que esa no sería la última. Se miró al espejo roto que tenía abajo de su cama, su mejilla estaba roja y algo hinchada, se sobo ligeramente esperando a que eso la aliviara de alguna forma.

-Mi lady.- dijo alguien a través de la puerta.- ¿Se encuentra bien?

Se levantó del suelo, escondió el espejo nuevamente y abrió la puerta, el alquimista la miró con una sonrisa.- Hola Gyll.- dijo la platinada más calmada, era un hombre de aproximadamente unos 68 años, ya tenía canas en él cabello y siempre vestía una túnica verde oliva.-¿Que haces aquí?

-Vine a entregarle esto.- dijo extendiéndole una cataplasma, leche de amapola y un sobre de color amarillo gastado.

Abrió la carta con los dientes y leyó en voz alta.- Estimada señorita Targaryen. Nos complace informarle que usted a sido aceptada en el colegio Hogwarts de magia y hechicería, encontrará una lista de todos los útiles, esperamos su lechuza, las clases empiezan el primero de septiembre.

Gyll le sonrió abiertamente, ella tristemente tiró la carta y le extendió un trocito de carne a Doryu.- Mis padres no me dejarán ir...- suspiró mientras se echaba a la cama mirando al techo.

-Su majestad Daenerys ya lo aprobó.- dijo el alquimista más emocionado.- Preparó un barco para que zarpara mañana a Londres.- Su expresión cambio,alzó las cejas.- Tu abuela estará en el barco y te acompañará hasta que estés lista para ir a Hogwarts.

Ally se levantó muy feliz, y lo abrazo con fuerza.- Gracias,Gracias,Gracias.- murmuró repetidas veces, el dragón se puso en su hombro y soltó un gruñidito.- Doryu ira conmigo ¿cierto?- Gyll asintió.

Esa era la primera buena noticia que recibía después de tanto tiempo en Rocadragón, juraba que nunca saldría de esa isla a recorrer el mundo, su abuela vivía en Meereen y parecía ser la única que entendía ese sentimiento de no poder hacer lo que realmente quería, no se le hacía extraño el que ella le haya ayudado, sus esperanzas estaban en el suelo conociendo lo controlador que era su padre y el hecho de que no le gustaba ni si quiera visitar a la familia cruzando el mar, pero la decisión de su abuela lo cambiaba todo.

Y así es como empezó el viaje de la niña Targaryen.

Harry Potter y la espada de Valyria. || HP y GOT ||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora