Harry Potter y la espada de Valyria. || HP y GOT ||

Epilogo

La espada se sentía pesada entre sus pequeñas manos, pudo ver a Harry de pie, mínimo no se le veía herido. Al ver a Quirrel las runas de su piel brillaron, más doradas que nunca, el chico de lentes percatándose de esto pudo ver que la visión de sus padres en el espejo había desaparecido.

-Mentiroso.- le exclamó a la cara que miraba a ambos en el espejo.

-Mátalos a los dos.- respondió con furia, ¿su profesor de verdad sería capaz de hacerlo?

Se lanzó contra Harry, no podía atacarlos a los dos al mismo tiempo. La espada de entre sus manos pareció reaccionar a las runas haciendo que esta brillara entre sus inscripciones.

-La piedra, era el rubi que tenía en el centro, únelos.- le dijo Harry tocando a Quirrel y haciendo que este se quemara, de la impresión soltó un ahogo de grito.

Y ahí fue cuando entendió, miro a Harry negando con la cabeza, el azabache no parecía entender sus razones.

-Eso es lo que quiere, uniendo ambas se logrará una magia demasiado poderosa, podría volverlo mejor que antes, piénsalo Harry, porque uniría una piedra que da vida eterna a una espada forjada con magia oscura.

Sin preámbulos pateo la piedra lejos de ellos, provocando una reacción violenta del profesor, quien ahora se notaba más enojado que antes si eso era posible, vio como la mano de Quirrel se volvía ceniza, Harry rápidamente puso sus manos en la cara del profesor haciendo que este quemara, vieron a su profesor caer en el suelo hecho cenizas.

Esperaron unos segundos y no ocurría nada, por lo que el azabache se giró para buscar la piedra. Allysae notó que una gran bruma de polvo y cenizas se levantaba haciendo una forma humanoide, con espada en manos se armó de valor y asestó contra el aire, donde la espada partió el humo dejó momentáneamente un Aura color dorada, la cual terminó haciendo desaparecer al espectro, el as de luz hizo que momentáneamente se iluminara parte de la habitación y les dio un poco de tranquilidad.

-Asegurémonos de no juntar la piedra con la espada.- dijo Harry guardando el pequeño cristal en el bolsillo.- ¿Como supiste que lo iban a usar para eso?

-Me permito no confiar en ninguna sacerdotisa después de esta noche.- suspiró cansadamente.- Para que más me insistirían en juntar ambas cosas, si a fin de cuentas las de su clase manejan magia negra, la "Hermana Oscura" tal vez fue forjada en Valyria, pero estoy seguro que no era para aquellos propósitos. Iban a corromperla.

Ambos niños se sentaron en la escalera y tomándose las manos, suspirando y alegrándose de que al menos lo peor ya había pasado.

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-Menos mal la lechuza me encontró a tiempo.- dijo Dumbledore riendo mientras se sentaba en medio de ambas camillas.

Ally se incorporó para sentarse en la cama y Harry solo abrió levemente los ojos y sonrió. Hubo que limpiarle pequeñas heridas como rasguños y uno que otro moretón tenía que ser tratado. Pero como recompensa y preocupación por parte de sus amigos, ambos habían recibido una cantidad obscena de dulces y tarjetas.

-Profesor, si la piedra ya está protegida, ¿qué sucederá con la espada?- enarcó sus cejas con preocupación, no quería que la magia negra volviera a entrar con aquellos propósitos.- ¿Y la mujer sacerdotisa? ¿Que sucedió con ella?

-Todo apunta a que se retiró del castillo antes de que pudieran darle un juicio, como habrás visto, la magia de tus tierras natales es muy desconocida aún, pero te puedo asegurar que no volverán a traspasar los escudos mágicos del castillo.

Ella asintió con quietud. - En cuanto a la espada, es de tu familia, así que queda en ti si quieres conservarla.- la niña hizo un rotundo "no" con la cabeza.- De acuerdo, entonces será tiempo de mantenerla escondida.

-Pero ninguno de los dos se tiene que preocupar por aquellas cosas, sus amigos los esperan afuera, se acerca muy pronto la entrega de la copa de las casas.

Dumbledore les guiño un ojo y salió de la enfermería, pasaron unos minutos antes de que Harry y Ally salieran al gran corredor, donde encima de ellos, recargados en un barandal estaban Ron y Hermione.

Los 4 niños estaban portando sus uniformes, más animados y emocionados que nunca para ver qué casa sería la ganadora, se dieron un gran abrazo y prosiguieron a caminar juntos al gran comedor.

Slytherin tenía muchísima ventaja, por no decir que era la mayor de las casas con más puntos. Gryffindor era la última casa en el rango, todos se veían un poco desanimados, pero cuando Dumbledore tomó palabra en el estrado no les quedó más que soltar sorpresas y sonrisas por los nuevos puntos adquiridos.

-Vaya... quien diría que Neville nos conseguiría el triunfo en la copa de las casas.- Allysae rio por lo bajo viendo como Doryu revoloteaba viendo las ventanas del tren desde el exterior.

-Tampoco hay que quitarnos credito.- dijo Hermione con ese tono característico para enfatizar.- Ahí viene.

Harry finalmente se acercó a ellos, con lo que parecía ser un libro fotográfico, la platinada sonrió al ver las fotos, se le veía muy feliz al de anteojos, acordaron escribirse en el verano y mantenerse informados.

-¡Doryu!- llamó a su dragón para que se acomodara en su hombro y entraran a la cabina del tren correspondiente.

Se sentó al lado de la ventana, junto a Ron, Hermione y Harry estaban en frente, pero para ser sinceros la niña ya no tenía su atención puesta en ellos.

Miraba como el castillo se hacía cada vez más pequeño por la distancia, Doryu soltó un pequeño alarido, como si estuviera despidiéndose, la niña sonrió ante el gesto, y mirando nuevamente a sus amigos se dio cuenta de algo.

Estaría con ellos siempre, porque ahora se habían vuelto parte de ella y ella de ellos. Así tuvieran que derrotar mil veces más a profesores malvados, estaba segura de que quería estar ahí, y ninguna familia al otro lado del mundo en Rocadragon la iba a detener.

Fin.