S E I S

160 14 7
                                    

Atsushi debió intentar decirme cada uno de los días en que el desastre comenzó, si realmente le importaba, debió hacerlo.
¿"Algo me decía que no era el momento"? ¿Qué sabe él de momentos? ¿Qué sabe él de voces que te sugieren un sin fin de ideas descabelladas por las noches? ¿Qué sabe él de mi?

Por un tiempo parece que pierdo la cabeza, sí aún más, porque cuando el razonamiento vuelve a mi, siento como mi espalda choca bruscamente contra la fría pared de una oscura habitación. Suelto un suave quejido y mi pulso se acelera mientras miro entre las sombras su silueta, me observa fijamente y vuelve a empujarme provocando que mi cabeza rebote dolorosamente contra el concreto. Por inercia alzo los brazos dispuesto a comprobar que todo está bien. No entiendo nada ¿qué demonios está pasando?.

- Ya basta... - Pido casi en una súplica aunque mi voz parece materializarse de forma tan débil que es probable que no me escuche.

Sus grandes manos se deslizan por mi cuello y tiemblo mientras cierro los ojos con fuerza ¿Por qué está haciéndome esto? ¿Quiere matarme? ¿Es así cómo me pide que lo perdone?
Suelto un sollozo y antes de que vuelva a pedir que me deje siento sus labios sobre los míos, suaves, tibios.

¿Por qué no recuerdo cómo es que llegué a esto?

Abro los ojos y giro el rostro con tal violencia que mi cuello duele; un beso no va hacerme rebobinar, ni deshacerme de los errores cometidos que me llevaron a este punto. Tampoco me permitirá retirar promesas, sentimientos, no me permitirá tenerlo de vuelta ni él a mi, aunque ese tenue contacto hace que mi interior se retuerza.

- ¿Por qué lo haces?

- Yo... Hyde, lo siento, yo pensé...

- ¿Pensaste qué? - Cuestiono alzando la voz a tal grado que el eco se esparce por la oscuridad. - ¡El maldito demente soy yo! - Sé que estoy exasperado, pero no se puede evitar.

Algo ha cambiando en su rostro mientras retrocede lo suficiente y me da espacio. Parece confundido, pero yo lo estoy más. No sé que pasa. Giro y me apoyo con un hombro contra la pared mientras me concentro en respirar como el médico sugirió. Toda esta reunión ha sido una equivocación.

- Te llevaré al ensayo. - Dice y me niego al tomar el móvil del bolsillo de mi pantalón. - Por favor, déjame hacerlo, me sentiré mejor si sé que estás bien. - Con una de sus manos toma el móvil y muy, muy suavemente me lo quita. - Si te hace sentir mejor llamaré a Hiro.

- No. - Me apresuro y lo miro horrorizado; la idea de que Hiro sepa dónde estoy después de lo que sucedió esta mañana me resulta mucho más tétrico que estar ahí, en una habitación a oscuras mientras Atsushi se impone ante mi.

- ... ¿Estás jugando conmigo?

- ¿Qué? ¿Yo? Eres tú quien de pronto me trata así.

- ¿Qué es esto, Hyde? ¿Qué quieres lograr? - De pronto ha fruncido el ceño.

- ¿Yo? - Sé que mis preguntas son muy redundantes, pero ¡¿Yo?! ¿qué mierda le pasa a él?

- Si cambiaste de opinión con algo que tú iniciaste, solo tienes que decirlo ¿piensas que voy a obligarte hacer algo que no quieres? - Está casi gruñendo mientras presiona con fuerza el móvil en una de sus grandes manos.

- Yo... ¿qué fue lo que inicié? - Cuestiono en un murmullo, pero en respuesta solo obtengo un bufido.

- Te llevaré al ensayo. - Dice con notoria molestia y me tiende el pequeño aparato que por supuesto recibo y entonces verle de espalda al alejarse.

¿Qué fue lo que inicié y por qué siento como si hubiera algo importante que no recuerdo? ¿Qué está pasando conmigo? Es como si por momentos desconectara completamente, y con eso en mente me infundo ánimos para despegarme de la pared e ir tras sus pasos aunque me siento ligeramente mareado.


Continúo con mi vano intento de recordar qué es lo que ha pasado y por qué de pronto Atsushi parece tan molesto mientras conduce. Observo el paisaje de las atestadas calles de Tokyo y algunos pequeños árboles que dan sombra por aquella avenida principal.

- En la siguiente cuadra detente. - Le indico aunque él se limita a enarcar una ceja y mirarme de soslayo. En una luz roja se detiene y suspira.

- En la siguiente cuadra no está la sala de ensayos. - Él lo sabe, porque en Tokyo no hemos cambiado nuestros hábitos, continuamos con la misma empresa, con los mismos jefes, mismas oficinas y por ende las mismas salas de ensayo, sabe muy bien por dónde nos estamos moviendo.

- Tendré problemas si Hiro nos ve juntos... o si cualquiera nos ve juntos.

- Quiero hablar con Hiro.

- Déjame en la siguiente cuadra, por favor. - Insisto cuando el vehículo reanuda su marcha aunque no se detiene en dónde he pedido. - Atsushi...

- Dime ¿qué pasa contigo? ¿Cuándo te volviste un tipo tan...? - Se detiene y sé que duda en terminar la pregunta.

- ¿Tan qué? ¿Tan pedante? ¿Tan exasperante?

- Tan diferente. - Concluye.

- Las personas cambian.

- Y vaya que los hecho, pero ¿qué fue lo que pasó? Había escuchado sobre algunos problemas que has tenido, de salud. - Le miro muy concentrado, lleva la vista al frente, de vez en cuando en el espejo retrovisor y el que tiene a un lado de su puerta.

Río y me cruzo de brazos. - ¿Es lo que has escuchado de la prensa?

- Es lo que he escuchado simplemente.

- Nada de qué preocuparse. - Respondo evasivo. - Detente, desde aquí caminaré.

- No te dejaré aquí... no sé si estás jugando conmigo, pero voy a saberlo de alguien... cuerdo. - Por supuesto, Atsushi no iba a quedarse con la duda.

Terminamos estacionados justo frente al edificio que alberga la sala de ensayos; todo parecía ir bien hasta que divisé a Ken, fumaba apoyando contra una pared cerca de un pequeño jardín.

- Mierda.

- Relájate. - Dice Atsushi... y parece tan malditamente tranquilo que tengo la necesidad de arrancarme el cabello ante esa absurda actitud.
Ken lo sabe, es decir, hablamos... o lo intentamos, él sabe algo más, pero Tetsu... él no puede saberlo.

Bajamos del automóvil y por supuesto, el vocal de BUCK-TICK se adelantó ante la curiosa mirada de mi compañero de banda al que saludó con un vago movimiento.

- "¿Qué mierda está pasando?" - Noto a Ken gesticular y yo solo me alzo de hombros antes de pasarme ambas manos por el rostro y acercarme, me posiciono a su lado y le arrebato lo que queda de su cigarrillo para darle una larga calada.
No sé qué está pasando, no sé lo que pasó, ni mucho menos lo que pasará.

¿Por qué no puedo recordar? Esto es nuevo.

- Creo... creo que estoy cruzando la frontera, Ken. - Susurró en aquella tardía respuesta mientras cierro los ojos y respiro hondo.



・・・--------☆

Al parecer tenía este capítulo guardado desde hace mucho tiempo, desde el año pasado.
Creo que no lo publiqué porque quería escribir un poco más.

Es mejor que lo publique de todas formas porque no quería continuarlo, aunque ahora me lo cuestiono un poco más.

Mis disculpas y gracias por leer, aunque en realidad solo espero que les haya gustado la historia.

Gracias, gracias.

PrayerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora