Reunión de amigas.

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Capítulo II.

[Narra: _____].

Ya pasaron cuatro días desde que llevo puesto el collar, y la verdad me siento diferente. No sé, ahora mis reflejos se desarrollaron más y me siento ligera. Cada vez que alguien se me acerca por la espalda con sus manos a mi dirección antes de tocarme me doy la vuelta y le tomo las manos. También ayer comencé a sentir las energías de los demás, unas más fuertes que otras. ¿Será el chakra? No estoy segura. Le hablé a mis dos amigas que tenían los demás collares y me respondieron que estaban igual. Decidimos juntarnos en la casa de Manu para una pijamada y hablar del tema.
Hoy es sábado, así que no hay lío.

[En casa de Manu]

Llegué con Joyce, pues ella no tenía idea de donde vivía, entramos, y saludé a todos los que veía, incluyendo los perros de mi amiga.
Subí por las escaleras con la pelinegra siguendome por atrás, al terminar de subir las escaleras fui directo a la habitación de Manu.

»Toc toc«. Toqué la puerta.

—Pasen.— Se oyó la voz de ella y abrí la puerta.

—Wenas noches~ —Saludé riéndome. En realidad son las 17:30pm.

[•]

Luego de un rato actualizando en los chismes comenzamos a hablar sobre los collares.

—Me es imposible quitarme el collar.— Habló Joyce.

—¿Intentaron con todo? ¿Incluso con una sierra? —Pregunté yo con el semblante serio, ellas asintieron. —Bien... ¿Qué dicen si unimos los collares? — Ambas se miraron entre sí, luego me volvieron a ver.

—Supongo que eso si podemos... — Habló Manu.

Nos paramos, y sacamos nuestros collares de debajo de nuestras camperas. Los acercamos ya que las cadenas eran algo largas, y cuando éstos estaban ya unidos, un botón sobre salió por debajo de éstos. Nos miramos y asentimos al mismo tiempo. Separamos el collar.
La dueña de la casa tomó su mochila y dinero, por si las dudas. Joyce y yo no nos quedamos atrás. Ya estando listas volvimos a unir los collares.

— Amén.— Habló la pelinegra.

Apreté el botón.

Una luz nos rodeó a cada una. Y desde ese momento todo fue negro.

[Narrador omnisciente].

Durante el momento en que la luz de diferentes colores rodeó a las tres chicas, las decoraciones se separaron y se trasladaron al pecho de las correspondientes dueñas. Se implantaron dentro, y las apariencias de cada una cambiaron. La castaña estando inconsciente abrió los ojos dejando ver su rinnegan, la albina los abrió con el byakugan y la de lentes había obtenido el sharingan con 3 aspas. Al terminar la transformación de todas, una nueva luz se hizo presente llevándose a las adolescentes.

[•••]

—¿Q-qué pasó...? — Se despertó la ahora albina. Se sentó lentamente en su lugar, sintió pasto entre sus dedos. Al recuperar la vista miró a todos lados. — ¡¿HEEEEE?!

Cambiar el destino. [En El Mundo De Naruto]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora