Cambiar el destino. [En El Mundo De Naruto]

Recuerdos y un favor inesperado.

Capítulo XVII.

Narra: ?????

Desperté y...
???: ¿Eh? ¡¿Dónde estoy?!

Narra: Himeko.

Aún me cuesta creer lo que presencié, en verdad no quería que ésto ocurriera. Lo siento mucho Joyce... Hicimos lo que pudimos.

(Pequeño flashback)

—¡Yuna, controlate! —Grité yo. Aunque es inútil, ella está poseída.

—¿Y ahora qué hacemos? —Me preguntó Joyce. No soy de hacer planes en cuestión de segundos, ese es el trabajo de Yuna...—¡Himeko! —Me dió un golpe.— CORRE.

La miré un poco aturdida y comenzamos a correr. Joyce está muy mal herida, la estoy arrastrando para escapar de "Yuna".

(Fin del flashback)

(Otro pequeño flashback)

—¡Yuna, no me dejes! Joyce no respira! -Abracé a mi mejor amiga con lágrimas, fue un poco difícil ya que tenía los brazos malheridos.- Yuna... Por favor... No, no quiero estar sola. -La abracé con más fuerzas, mis lágrimas salían sin control.- Por favor...

(Fin del flashback)

Ese día desperté el Magenkyou Sharingan. Al presenciar la muerte de Joyce y la casi muerte de Yuna. Fue mucho el dolor que ese día sentí... Pero entonces el cuerpo de Joyce comenzó a brillar, su collar salió y se adentró al cuerpo de Yuna, mejorando su sistema respiratorio y logró despertar.

¿Sucederá lo mismo si una de nosotras dos muere? ¿Y si alguien más está ahí y se los roba? No nos podemos separar mucho...

En estos momentos estoy entrenando con Itachi el sharingan, ya que necesito perfeccionar.
Él tiene un Megazord, así no se vale! Injusticia total. Y los recuerdos de antes me hicieron más fuerte de alguna manera.
[30 minutos después]

Narra: Yuna.
Mientras volvía a la guardia con Sasori, sentimos unos chakras cerca. Nos miramos entre nosotros y sentimos. Comenzamos a correr.

Anbu 1: ¡Es ella! ¡La encontramos! -Apareció un cazador Anbu de Konoha frente a nosotros.-

Anbu 2: Si, no hay duda. -Apareció por detrás.-

Anbu 3: Pero miren, parece ser que pertenece a Akatsuki. -Apareció uno a unos metros mío y otro a metros de Sasori.-

Nos rodearon como 10.

Anbu 1: Tú vendrás con nosotros, Yuna. -Se acercó con una katana en sus manos.-

Sasori: No dejaré que hagan eso. -Sacó un pergamino e invocó 3 títeres.-

Yuna: Ja. No me iré hasta lograr mi objetivo. -Sonreí de lado.- Lo siento, me gustaría quedarme a charlar, pero tengo cosas más importantes que hacer. -De mi manga saqué dos de mis tubos de hierro y los clavé en el suelo.- Será mejor que corran si no quieren ser alcanzados por la bomba. -Sonreí ampliamente.-

Sasori me miró sin creerlo. Lo agarré del brazo e hice posiciones con mis manos. Nos teletransporte a la puerta de la guardia, en la cara del artista estaba escrito 'confusión'. Voltee a donde dejé el tubo, hice sellos.

Yuna: ¡Katsu! -En seguida se vió una gran explosión, tan grande que movió los árboles. Una ráfaga de viento se llevó volando a Sasori, pero tomé su muñeca y evité se le lastime.- ¿Estás bien? -Pregunté una vez que todo se calmó.-

Sasori: ¿C-cuando aprendiste eso? ¿Cómo nos trajiste hasta aquí? -Su invocación desapareció.-

Yuna: Hace un tiempo le pedí a Deidara que me entrene, pero en vez de usar arcilla yo uso mis tubos. -No dijo nada.- Y con respecto a lo otro... Mira detrás de tí.

Sasori miró donde le indique, en aquel lugar se halló uno de mis tubos de hierro escondido.

Sasori: ¿Dejas tubos de hierro por ahí?

Yuna: Sirve para situaciones como esta. Inteligente, ¿no?

Sasori: Eh... Bien hecho. Siempre sales con algo nuevo, ¿no tienes otro truco bajo tu manga? -Levantó una ceja divertido.-

Yuna: Entendí esa referencia jajaja -Le dí un golpe en su hombro.- Entremos. -Comencé a entrar a la guardia, Sasori me siguió por detrás.-

Al pasar por aquella puerta esquivé, lo que sea que hayan lanzado hacia la puerta, haciéndome hacia abajo. Lo que me iba a golpear a mi golpeó a Sasori, haciéndolo caer de espaldas al piso.

Me incorporé y seguí caminando. Fuí a mi habitación, busqué ropa limpia y me fuí a bañar.

Narra: Himeko.

Terminé de entrenar con Itachi y nos fuimos a la guardia. Al pasar por la puerta hallamos a Deidara peleando con Tobi, lo de todos los días. Me fuí a sentar exhausta. Al rato oímos una explosión. Todos miramos a Deidara.

Deidara: Yo no fuí. -Levantó sus manos a la altura de su cabeza demostrando inocencia.-

Itachi: ¿Entonces...? -De repente escuchamos a alguien abrir y cerrar la puerta de la guardia.-

Tobi: ¡A Deidara-Senpai le han robado la técnica! Y al parecer lo hacen mejor. -Dijo Tobi.-

Deidara: ¡Cállate, Idiota! -Agarró una decoración y se la lanzó a Tobi.-

Pero Tobi salió corriendo. El objeto le iba a pegar a Yuna pero ella lo esquivó, y detrás de ella venía Sasori... ¡No puede ser! Deidara, te voy a matar.

Yuna se fue, fuí a revisar a Sasori que se hallaba en suelo.

Himeko: ¡Oye, ¿estás bien?! -No respondió.- Deidara... -Miré a la Barbie con mi Sharingan activado.-

Deidara: No, Himeko. Espera! No fue intencional! Era para Tobi, y tú lo sabes! -Me acerqué a él y se fue corriendo. Comencé a perseguirlo.-

Narra: Itachi.

Luego de aquella explosión apareció Yuna... ¿Fue ella? Pero pude sentir la intensidad de aquello, y fue enorme. Otra cosa fue cuando esquivó lo que Deidara lanzó, y lo hizo como si nada. Admito que me dió risa la escena, ya que cayó Sasori que no se lo esperaba.

Mmm... Sigo teniendo sentimientos hacia ella, pero lo único que hago es ignorarla. Es muy fuerte, inteligente, bonita... Dentro de poco cumplirá los 18, pero no sé qué regalarle.

Narra: Yuna.

Ya después de 15 minutos terminé de bañarme, me vestí y salí del baño. Tomé mi pergamino y saqué mi guitarra. Comencé a practicar.

Estaba cantando la canción de "Nadie como tú" de La Oreja de Van Gogh.
Me encanta esta banda..

—Nadie como tú, valora esta canción.—Canté, y seguí por un buen rato.

De repente alguien tocó la puerta.

—¿Quién es?—

—Soy Konan. —Habló la voz femenina del otro lado.

—Pasa. —Dejé la guitarra a un lado.

—¿Querías hablar conmigo? —Dió unos pasos hasta llegar a mi.

—Si. Quiero hablar con Nagato. —Hablé seriamente.

Ella me miró sorprendida, su miraba implora explicación.

—Por favor, necesito hablar con él. ¿Puedes llevarme a verlo? Les explicaré a ambos la situación.

—Muy bien... Saldremos mañana en la mañana. —Se rindió ella. —¿Hay algo más de lo que quieras hablarme?

—Por ahora no, gracias. —Y se retiró.

»No dejaré... No dejaré que más personas mueran.«

•C o n t i n u a r á•