// BEAUTY IS DANGEROUS, BUT INTELLIGENCE IS LETHAL \\
« Son seres seductores y mortíferos capaces de sembrar el miedo y el caos entre los hombres »
- No traicionaría a Scott por el Alfa. Le traicionaría por mi hermano.
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"I'm young and I love to be young I'm free and I love to be free To live my life the way I want To say and do whatever I please"
Las acciones de Kayah eran cuestionables casi el noventa por ciento de ellas. Tenía buenas ideas la mayor parte del tiempo, sus planes eran los mejores y sin duda era inteligente. Entonces... ¿Porque siempre acababa metiéndose en la boca del lobo? Literalmente.
- No creas que esto cambia nada. - habló Kayah entre jadeos. - Yo no te pertenezco.
- Lo sé. - susurró Derek con voz ahogada.
- Tampoco seré parte de tu manada. - añadió la chica dejando que el Alfa besara su cuello.
- Ya veremos.
- No, no veremos nada.
- ¿Vas a callarte para que podamos tener sexo? ¿O prefieres que nos sentemos a tomar el té y discutimos todo lo que quieras?
- Soy mujer, puedo tener sexo y discutir a la vez.
Los labios de ambos volvieron a unirse con desesperación y brusquedad. Ninguno quería ceder el control del beso al otro, cada uno luchaba por mostrar su punto. Kayah peleaba por demostrar que no le pertenecía, que su naturaleza no dictaba sus actos. Mientras que Derek luchaba por demostrar lo contrario, era lo que era y lo mejor era aceptarlo.
El lugar se encontraba inundado por los obscenos sonidos que emitían cada uno. Ni si quiera se habían desnudado del todo, pero Kayah ya podía sentir la humedad entre sus piernas. Los besos del hombre lobo la estaban enloqueciendo a tal punto de empezar a olvidarse que todo aquello había comenzado tras una fuerte discusión.
- ¡No pienses que cada vez que gruñas vendré corriendo como si fuera tu perrita faldera! - había entrado gritando la chica al nuevo hogar del Alfa.
- Tu boca dice eso. Pero ya es la segunda vez que tus pies te traen a mí. - habló Derek sin molestarse en ocultar la sonrisa arrogante de su rostro, la chica deseo poder borrársela de un puñetazo.
- ¡Eso no quiere decir nada! - sabía que intentar defenderse era más bien imposible pues el hombre lobo llevaba razón, pero su orgullo le impedía mantener la boca cerrada. - ¡Solo estaba aburrida!
- ¿Las dos veces? - alzó una ceja el chico, claramente divertido.
- ¡Las dos veces! - afirmó ella con vehemencia.
Ni si quiera sabia como, pero al terminar la frase Derek la había aprisionado contra una de las paredes presionándola con su musculoso cuerpo. Atrapo sus muñecas con una de sus grandes manos y las elevo por sobre su cabeza.
