Regalos Tempranos

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CAPÍTULO VEINTICINCO

TESS POV

—Me quiero morir.

—No puedes, te toca lavar el baño. Luego si quieres te tiras allí y te mueres, es más fácil rodar tu cuerpo hacía afuera.

Mike me lanzó una mirada fulminante desde el sofá y yo le tire una bolsa de basura en la cabeza para que la pusiera afuera.

—¡Tess!

—¡MUEVE TU CULO MIKE!— Hizo un sonido de ballena mutante y rodó hasta caer en la alfombra para luego coger la bolsa y dirigirse a la puerta.

Nos tocaba limpiar hoy el apartamento ya que vendrían a hacernos la entrevista luego y Mike no quería ayudarme, estaba demasiado vago,  pero eso sí que no lo permitiría. Eran las 11 y llegarían a las 2:30 para prepararnos. Nos habíamos levantado tarde así que necesitábamos avanzar lo más posible.

—Bien, ya te ayudaré— Le di todo lo necesario para el baño y continúe trapeando la sala. Pronto estaríamos en Acción de Gracias y todo debía estar listo. Nos la pasamos hasta las 12 limpiando, ambos accedimos a limpiar el gran ventanal juntos y cuando ya estábamos terminando el timbre sonó. Mike me señaló para que fuera a contestar mientras él terminaba. Fui recibida con una sonriente Samantha y a un fastidiado Steve justo a sus espaldas.

—Huele bien, ¿lavanda?— Preguntó Samantha adentrándose a el apartamento y Steve resopló detrás de ella. Asentí abrazandola como saludo para luego abrazar a Steve. Samantha se veía hermosa como siempre. Una blusa lila volada en los hombros con un pantalón alto corto blanco y unas plataformas bajas del mismo color que su camisa. Y no podía faltar su cartera mágica. Juro que ahí podría meter una casa, tres autos, una ciudad,  mi odio por Mike y todavía habría espacio para un par de familias más.

—Vinieron temprano, ¿la entrevista no es a las dos?— Le preguntó Mike a Samantha mientras la saludaba. Un quejido de parte de Steve se hizo escuchar.

—¡Eso le dije yo! Pero no, me levantó para venir para acá. Y cuando le dije que fuera ella y yo vendría a las dos casi me axfisia con la almohada. —Se quejó infantilmente levantando sus manos al aire como si pidiera a Dios que se lo llevara. Reí por ese acto mientras Samantha lo fulminaba con la mirada cruzándose de brazos.

—¿Quién diablos duerme hasta las 2 de la tarde?— Mike aguantó un risa mientra desechaba el agua sucia por el fregadero.

Steve se señaló a sí mismo con ambas manos—¡Yo!

Reí por su exageración mientras Sam se limitó a rodar los ojos y agarrar mi muñeca para arrastrame hasta el cuarto. —Como sea, voy a preparar a Tess. No molesten— Cerré la puerta mientras Sam se tiraba de pecho en mi cama y dejaba que sus tacos cayeran de sus pies.

—Ugh— Hizo un sonido de ballena en mi almohada, no pude evitar reír y me senté a su lado.

—¿Pasó algo?— Ella giró su cabeza hacía mí y hizo un puchero.

—Aveces me dan ganas de golpear a Steve. La razón por la que lo quería levantar temprano era para que tuviéramos una cita. Pero no. Para él es más importante dormir. — Su voz se transformó en una llena de cinismo y un poco de enojo. Mi risa no se hizo de esperar. — ¡Hablo en serio Tess!

—¿Le dijiste que iban a tener una cita?—Su cara cambió a una avergonzada.—Tu silencio ya habla por ti no te preocupes. —Volvi a reír un poco mas fuerte. — Si no se lo dices obvio que preferirá dormir. Dormir es vida Sam.

—¡Pero no debería de ser más importante que yo!— Rebotó en la cama para darle énfasis a sus palabras.

—¡Pero dicelo y ya!— Me tiró con la almohada dándome justo en el centro de la cara.

Dos en uno ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora