Capítulo 26: Un pedacito de cielo

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Los pies de la niña se mecían en el aire al ser muy pequeña para la silla en que estaba sentada. Metió otro bocado de panqueques a su boca y sonrió con las mejillas llenas.

Mike soltó un suspiro; era uno de ternura. Mientras, yo estaba apunto de mandar a la niña al rincón de castigos. -¿Y bien?- Ve a saber cuanto tiempo estuvo esa niña dentro de esa caja. Pudo hacerse daño. Pudo ser descubierta por Isabel. Lo cuál era peor que hacerse daño. Si Isabel llegase a tocarle un pelo me la comería viva.

La niña apartó el plato y tomó su vaso de leche ignorando mi pregunta. -Estuvo muy rico, gracias.-

-¡Amy!-

Mike colocó una mano en mi hombro. -Ya, mujer, calmate. No es como si se hubiese infiltrado al área 51. Lo importante es que está bien. Ya te explicará.-

No era suficiente. El simple hecho de estar aquí era un problema inmenso. -¿Y que pasa si se entera Isabel? ¿Que haremos entonces? ¿Acaso quieres otra paliza?- Sacudí mi cabeza para aullentar el recuerdo. - ¿Y si toca a la niña?-

El gesto de Mike se ensombreció. Dió un pequeño pellizco en mi barbilla para darme a entender que no me preocupara. -No pasará. Isabel puede ser malvada, pero no estupida. Meterse con una niña...con Amy, nos haría abrir la boca. Todo su reino se vendría abajo.-

-Espero y estés en lo correcto.- Enserio, lo esperaba.

Mike hizo una mueca; asumí fue un intento de sonrisa, luego se acerco a la niña para levantarla de manera juguetona y llevarla al sofá. -Hora de una muy buena interrogación, señorita.-

-No me vió nadie lo juro. Miranda me...-

Abrí mis ojos como platos. -¿Que dijiste?

Amy tapó su boca con sus manos.

-¡Con que fue Miranda! Ahorita mismo va a escucharme.- Tome mi celular pero Mike lo sujeto con una sonrisa de melón. No puedo creer que este tan deacuerdo con esto.

-Yo la llamaré, si eso hará que te calmes. Pero tampoco lo encuentro para hacer un revuelo.-

Antes de protestar por su ofrecimiento Mike ya había quitado el móvil de mis manos. Caminó con el hasta el pasillo y luego de unos minutos volvió con una sonrisa juguetona. -Dice que vendrá por ella en unas horas.-

Enarque las cejas.

-Tess...- Mike tomo mi brazo y tiro suavemente de el. -¿Te importaría venir conmigo un momento?-

Dejé que me guiara al pasillo sin queja alguna, acto al cual no suelo sucumbir. Una vez allí su rostro se torno serio.

El hecho de que sus dedos aun sostuvieran la piel desnuda de mi antebrazo hizo que me incomodara. Creo que iba a enloquecer. Probar a Mike había sido como subir a una montaña rusa sin ajustar el cinturón de seguridad; sin duda algo peligroso.

-¿Me éstas escuchando?-

Di un respingo he intente disimular mi falta de concentración. -Sí, claro.- di una corta mirada a mi antebrazo la cual Mike atrapó de reojo y al percatarse de la razón de mi desequilibrio dejó su mano caer para mirar a otro lado que no fuera yo.

Dos en uno ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora