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Se alejó poco a poco y lentamente, con una sonrisa plasmada en sus labios. Amaba esa sensación de protección y calidez que le brindaba la cercanía del menor. Sucedía en él un cien de sentimientos, sin poder explicarlo con detalle. Sólo lo diría en una sola palabra.

Amor.

Aquella sílaba encajaba perfectamente con sus sentimientos puros, con tal de hacer feliz y hacerlo sonreír hasta que su vida dependiese de eso y hasta que logré acabar. No se cansaría de su compañía, es más agradece su tierna estadía junto a él. No será la mejor opción pero para él lo era todo.

Tan tierno— Pensó el peliplateado, completamente embobado.

Observaba con detalle el rostro del pelinegro quien estaba debajo de él, su sonrisa que le encantó la primera vez que lo vió, su risa que es una sintonía perfecta para sus oídos, sus tiernos ojos de color marrón café que lo cegaron al instante que los miró con atención.

Por otro lado, el menor se había dejado llevar por el momento, se sentó en la cama teniendo aún a TaeHyung en su regazo, mientras lo tomaba de la cintura apretándolo levemente. Recostó su cabeza en el pecho del mayor, escuchando con atención los latidos de su corazón.

Todavía no puedo creer que al fin te encontré.

Por alguna u otra razón tenía ganas de llorar, pero no de dolor, está vez no quería sufrir más de lo que ya había sufrido. Simplemente quería inundarse en el aroma de él peliplateado y decirle cuánto le quiere, desea perderse en aquellos labios bonitos que tanto deseó poder tocarlos con necesidad, permite perderse en su mirada, tan intensa y amorosa cuando se trata de él. Por qué no hay nada más puro y hermoso que el chico que lo está abrazando, como si un pequeño bebé se tratara.

Se quedaron en un pequeño y cómodo silencio, querían disfrutar de los mimos de parte de los dos.

— ¿Quieres salir hoy a cenar? — Preguntó Jungkook, levantando la mirada hacia el peliplateado quien lo miraba con amor.

— Prefiero que duermas hoy en mi casa. ¿Te parece? — Una sonrisa se asomó en el rostro del menor, dejando ver sus oyuelos en sus mejillas y que sus ojitos se encogieran.

— Me parece correcto. — Sonrió y abrazó con emoción al mayor, echándolo nuevamente a la cama, pero esta vez el pelinegro arriba de él. Le partió besos en el rostro, cuello, mejilla, labios, y por la clavícula.

El mayor reía con dulzura por las repentinas acciones de su ¿amigo/novio?

¿Porque aún no somos nada?
— Una punzada dolió en su corazón.

¡I'm Not Omega!-OmegaVerse<<KookV>>Donde viven las historias. Descúbrelo ahora