Todavia no podia mirarla, más bien ella no podía mirarme a los ojos. Quería saber tantas cosas, pero tal parece que ella estaba reacia a darme siquiera una maldita explicación ¿Tanto me odia? ¿Tanto daño puede hacer una persona? Pero no podía mezclar, ya no más, cuando ella se murió, o al menos eso creí, se llevó consigo al viejo Robert. Y creo que ya no podré regresar más.
Mi mirada estaba atenta a las palabras del embajador y luego a las de Ian, aunque estaba un poco molesto con él, no podía culpar del todo, no podía otorgarle culpa a alguien que no la tenía. En este caso, no sabía qué pensar, qué creer, porque ahora no sabía lo que podría ser real o mentira. Sabía lo que había dicho Ian, quien me afirmó que Alba se había perfeccionado para ser una espía de alta categoría, y creo que lo había conseguido, ya que había conseguido que todo este tiempo desconozca su vida. Estaba al tanto que Alba se infiltraría con la mafia enemiga, para ser nuestros ojos dentro del lugar, a pesar de todo, esa idea no me dejaba tranquilo, el mandatuti de esa mafia era rotundamente despiadado, si ella no lo hacía bien, moriría. Y esta vez, lo haría de verdad.
Aun así confiaba en ella, siempre había sido una mujer que lo que se proponía lo conseguía, así que si pudo hacer el papel de muerta, ocultarse ante la persona que "más amó", podría conseguir lo que quisiera. Pero al parecer no todos estaban de acuerdo, ya que Butler tuvo que abrir su boca. Sabía que mi amigo estaba resentido por todo lo que yo tuve que pasar, su familia, había visitado a la familia Brooke siempre, y aun lo seguia haciendo, era un apoyo, sus padres, destruidos, ellos son unas personas que no se merecían tanto dolor.
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Entonces se desarrolló una trinchera de palabras, hasta que Ryan dijo aquello, y Alba respondió con total frialdad, aprieto mis manos mirando a un punto fijo para no armar un desastre aquí mismo. Una risa irónica tentó en salir, pero me mantuve callado. ¿Que yo monte un acting? Yo no fui el que aparento su muerte? El que oculto su vida durante tantos años, despiadandose hasta de su propia familia, no pensó en mí, en nadie. Y ella tenía una vision totalmente erronea de lo que realmente había pasado, y estaba arto, dolido, cabroneado por todo esto.
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— Robert — hablo Ian, a lo que lo mire.
— ¿Qué quiere que diga? Esta en ella si desea hacer el trabajo, si acepta, puedes dárselo, señor Banner, mientras yo haré el mío — le digo para levantarme y marcharme.
